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Nací en febrero de‭ ‬1980,‭ ‬en un país con dictadura.‭ ‬Eso me dijeron.‭ ‬Y también que a mi papá lo corrieron‭ ‬por alguna calle‭ ‬y escapó,‭ ‬que mi mamá no pudo venir a estudiar a Montevideo por el miedo de su mamá,‭ ‬mi abuela,‭ ‬a la cual los milicos le saquearon‭ ‬o perdieron todos los discos de canto popular que tenía en su instituto de música.‭ ‬Cuando era un niño que llegaba a los‭ ‬5‭ ‬años escuché cómo un tío hablaba desde Euskadi y me contaron que el primo de mi viejo vivía en Bélgica,‭ ‬pero no fui capaz de entender a esa edad lo que significaba la palabra exilio.‭ ‬Un año después,‭ ‬en‭ ‬1986,‭ ‬el barrio a donde me habían mudado en Mercedes estaba confundido en un silencio de impotencia llamado Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.‭ ‬Sólo escuchaba.‭ ‬A los‭ ‬9,‭ ‬ya más consciente,‭ ‬sentí que el color verde que empapelaba la ilusión de los grandes los movía por todos lados,‭ ‬incansables,‭ ‬conmigo de tiro y mi hermana en brazos.‭ ‬Pero no.‭ ‬Ganó el amarillo.‭ ‬Los vi llorar.

El martes iba en bicicleta.‭ ‬Era un día cualquiera,‭ ‬tranquilo.‭ ‬El mensaje de texto me dijo‭ “‬encontraron al nieto‭ ‬#114,‭ ‬parece que es el de la Carlotto‭”‬.‭ ‬Conmocionado.‭ ‬Reí y lloré.‭ ‬Confirmo que Ignacio Hurban se hizo las pruebas de ADN y fue identificado como Guido Montoya Carlotto.‭ ‬Argentina recuperaba un hombre,‭ ‬un trozo de memoria.‭ ‬Uno más.

Guido nació un año y medio antes que yo,‭ ‬el‭ ‬26‭ ‬de junio de‭ ‬1978.‭ ‬Somos contemporáneos y por eso lo siento cerca.‭ ‬Mucho más cuando Patricia me contó que había estado con su Orquesta Errante en el Encuentro Jazz a la Calle de este año en Mercedes,‭ ‬sin saber que era quien era.‭ ‬Uno más entre todos nosotros.‭ ‬Reencontrado este‭ ‬5‭ ‬de agosto representa a un conjunto de historias que,‭ ‬aunque no tengan sanación,‭ ‬dan un poco más de credibilidad a la justicia.‭ ‬Una alegría,‭ ‬una luz de esperanza,‭ ‬para esas incansables y valientes cabezas con pañuelos blancos que no descansan en significarnos que todo es posible,‭ ‬y que lo imposible sólo demora un poquito más.‭ ‬Por eso la alegría,‭ ‬por eso el llanto.‭ ‬Por Estela de Carlotto,‭ ‬que es presente,‭ ‬por nuestra querida Luisa Cuesta,‭ ‬que vive con esperanzas,‭ ‬y por tantas otras razones inconclusas que debemos rearmar.‭ ‬De ninguna manera serán pasado.‭ ‬Es presente.‭

Guido tiene‭ ‬36‭ ‬años y es cualquiera de nosotros.‭ ‬Un hijo del triunfo de la paz sobre la violencia.‭ ‬Dejo el singular y paso al plural.‭ ‬Si somos conscientes de eso,‭ ‬si nos percatamos‭ ‬de‭ ‬que nacimos en la misma generación,‭ ‬deberíamos elegir comprometernos más.‭ ‬Es verdad:‭ ‬ya marchamos,‭ ‬ya recolectamos firmas,‭ ‬militamos desde dentro y desde fuera de todo aparato o causa,‭ ‬reclamando en espíritu colectivo para disimular los desalientos individuales.‭ ‬Pero podemos más.‭ ‬Somos la voz cantante ahí donde trabajamos,‭ ‬ya sea en un diario,‭ ‬la radio o la televisión,‭ ‬en los ministerios,‭ ‬en la intendencia,‭ ‬en la universidad o en la calle.‭ ‬La herramienta somos nosotros mismos y las convicciones que de ella‭ ‬-y con ella-‭ ‬queremos hacer.

El‭ ‬Sí rosado lo tenemos cercano.‭ ‬Dolió y ya sabemos porque nos dolió,‭ ‬no teníamos‭ ‬9‭ ‬años.‭ ‬La impunidad sigue en forma de ley y la impotencia nos late como fuego.‭ ¿‬Dónde están‭? ‬Ese silencio es la peor mentira.‭ ‬El hallazgo de Guido en Argentina debe ser amortizado en Uruguay,‭ ‬profundizando nuestras búsquedas,‭ ‬insistiendo con la verdad,‭ ‬reclamando más voluntad política para sostener el compromiso y la sensibilidad de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y de todos quienes acompañamos desde el anonimato.‭ ‬Nos queda mucho por hacer.‭ ‬Conmovidos,‭ ‬además de seguir creyendo,‭ ‬recordaremos este‭ ‬5‭ ‬de agosto en donde todos lloramos y Estela reía.‭ ‬Será que el amor compadece y la verdad perdona.‭ ‬Y esa sonrisa que es de allá y también de acá,‭ ‬caricia dulce de la historia,‭ ‬debe seguir generando estímulos porque la búsqueda continúa y clamará,‭ ‬cada‭ ‬20‭ ‬de mayo,‭ ‬al grito de presente.

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