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Desde adentro

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Suicido en la cárcel de mujeres tensó el clima, y las internas reclaman mejores condiciones en el quinto piso.

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La situación en la Unidad de Reclusión Nº 5, más conocida como Cárcel de Mujeres, llegó a un punto de tensión alto después de que en la mañana de ayer se suicidara una de las internas, que se encontraba en el quinto piso del establecimiento, en el que funcionan celdas de castigo para reclusas que cometen infracciones. Desde hace tiempo quienes están detenidas en el centro se quejan por las condiciones de privación de libertad que hay en ese piso del edificio, y el suicidio reavivó los reclamos, que tensaron los ánimos en la cárcel.

En diálogo con la diaria, una de las internas del centro se quejó de que pese a que el reglamento de la cárcel establece que una reclusa no puede permanecer en el quinto piso más de 60 días, ese plazo es excedido reiteradamente. Según añadió, cuando una de sus compañeras está en esa situación, tiene que pasar “23 horas encerrada” en una celda “de dos por dos” y una hora, “como mucho”, en el patio. Además, dijo que sólo tienen acceso a un termo de agua caliente por día y a fumar cada tanto. Si bien no atribuyó el suicidio directamente a las condiciones de reclusión, aseguró que “se podría haber evitado” si la situación de contención hubiera sido otra.

Otra de las internas dijo que en ese sector de la cárcel sus compañeras están “peor que un perro” y que cuando alguna grita “desesperadamente” -como es costumbre- los policías “se acercan si tienen ganas”. Además, indicó que sólo se les permite tener dos mudas de ropa durante la estadía en el sector y que esas celdas se inundan a menudo. También señaló que la comida que les acercan a quienes se encuentran allí “es un asco”, y ni las visitas ni las propias internas les pueden acercar otra comida. Durante el día de ayer, las reclusas tomaron medidas -no entregaron la comida que ellas mismas cocinan- y enviaron una nueva carta al director de la cárcel, Alejandro Caraballo, a quien responsabilizan de la situación, porque antes de su gestión “estas cosas no pasaban”, según aseguran. la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con las autoridades del Instituto Nacional de Rehabilitación.

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