Las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED) hacia los 16 países de América Latina y el Caribe disminuyeron 21% durante la primera mitad del año respecto de igual período de 2014 y alcanzaron un total de 88.717 millones de dólares, según datos divulgados ayer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En Uruguay, que se posicionó como el segundo país receptor en la región en 2014, las inversiones cayeron 25% en el primer semestre, consolidando un monto de 1.256 millones de dólares, mientras que en igual período del año pasado habían alcanzado 1.670 millones.
También cayeron las entradas de IED en Brasil (36%), producto, según el organismo multilateral, de “la caída de la demanda doméstica y las perspectivas negativas de crecimiento”. De hecho, lo hicieron en casi todos los países considerados: Bolivia (3%), Colombia (22%), Costa Rica (2%), Ecuador (15%), Guatemala (26%), Nicaragua (4%), Perú (11%) y República Dominicana (21%), “confirmando un panorama regional bastante preocupante”, estimó la CEPAL.
Algunas excepciones a la tendencia regional son Argentina, El Salvador, Honduras y Panamá. En el país vecino, los flujos de IED registraron un ingreso neto de 5.302 millones de dólares, con un crecimiento muy pronunciado si se lo compara con el del 2014. Sin embargo, la CEPAL explica que esto se debe a que la desinversión de la empresa española Repsol en la petrolera YPF fue contabilizada en el primer semestre de 2014: si se descontara este cambio de propiedad, habría una caída de 11,5%. Teniendo en cuenta esto, Centroamérica fue la única subregión donde se incrementaron estas corrientes.