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Mujica compartió escenario con Dilma y Lula, y abogó por la integración latinoamericana.

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No entraba un alfiler anoche en la apertura oficial del 12º congreso de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Brasil, que se realizó en San Pablo y donde el ex presidente uruguayo José Mujica participó como invitado. El senador y líder del Movimiento de Participación Popular habló durante 20 minutos ante un auditorio compuesto por cientos de trabajadores y 75 delegaciones internacionales. En el estrado lo acompañaban la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La presidenta, que reconoció que su país atraviesa “una crisis política seria que se expresa en la intención de los opositores de forzar una tercera vuelta electoral” mediante un “golpe de Estado”, comenzó y cerró su discurso con citas a Mujica. Si al principio dedicó “un saludo especial a Pepe Mujica, ese gran líder de América y del mundo”, hacia el final sostuvo: “Don Pepe suele decir, y lo cito: ‘esta democracia no es perfecta porque nosotros no somos perfectos, pero tenemos que defenderla para mejorarla, no para sepultarla’”.

En su intervención ante el congreso de la CUT, y en línea con el discurso de Rousseff, Mujica realzó varias veces el valor de la democracia. “Cuando la democracia amanece, y hubo que rescatarla desde las entrañas de las dictaduras, era mucha la desigualdad, mucha la mentira en nuestras repúblicas. Tuvieron que llegar las corrientes progresistas en nuestra América para definir que los hombres son iguales y que nadie es más que nadie”, sostuvo. Y agregó: “Por esto, los jóvenes tienen que tener memoria. Porque lo que se tiene hoy no cayó del cielo. Es el fruto dolorido de generaciones, de luchadores sociales que nos han precedido. El mundo de hoy no se entiende sin el dolor de ayer, y por eso hay que tener la inteligencia de pelear y sostener las conquistas que se han logrado. No porque sean suficientes, sino porque son necesarias para nuevas conquistas del progreso humano”.

“Pertenezco a un pequeño país al que nadie puede acusar de imperialista, pero, brasileros: llegamos tarde a la era industrial. La enorme ventaja en el campo del conocimiento que nos lleva el mundo desarrollado nos obliga, nos impone la necesidad de juntar fuerzas, de unir fuerzas, porque de lo contrario seremos nada en el mundo que viene”, advirtió el ex presidente, que repitió su discurso integracionista. “Tenemos que integrar nuestras universidades. Pero no es integrarnos por el sueño bolivariano o por lo que pensaba Fidel hace 50 años. No. Es por el espanto. El mundo se está organizando en gigantescos bloques. Los países no van a contar ante semejantes unidades”, alertó.

Apoyado sobre el atril, a un costado del escenario, Mujica reflexionó: “Estamos obligados los latinoamericanos, si no somos estúpidos y no tenemos vocación de siervos, a juntarnos por encima de nuestras diferencias”. “Eso no significa hipotecar la patria o perder el sentimiento de nacionalidad, significa tener un alero más grande, que nos proteja a todos, para ser fuertes en ese mundo”, agregó. Lula movía la cabeza en señal de aprobación.

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