Con motivo de la visita del geógrafo y antropólogo británico David Harvey, se realizó ayer en la planta de Funsa una actividad para dialogar con este académico marxista sobre El capital en “escenarios de autogestión y economía solidaria”.
El presidente de Funsacoop, Enrique Romero, abrió la charla narrando la historia de la fábrica que hoy produce neumáticos y guantes de goma, gestionada por los propios trabajadores. La empresa cerró durante la crisis de 2002 y los trabajadores decidieron “resistir al desempleo” y organizarse “en pos de la reapertura”, lo que consiguieron luego de aliarse con capitales privados. Con el apoyo del gobierno venezolano del entonces presidente Hugo Chávez consiguieron adquirir la maquinaria y la marca Funsa. En 2011, la sociedad con el inversor se disolvió y el emprendimiento quedó en manos de Funsacoop, que recibió el apoyo del Fondo para el Desarrollo (Fondes).
Carlos Aulet, representante del PIT-CNT en la Junta Directiva del Fondes que gestiona el Instituto Nacional del Cooperativismo, dijo que se está “en un momento de construcción de la autogestión y de la economía social y solidaria”. “El Estado, el bloque social de la autogestión, los sindicatos, la Udelar y la UTU deben conformar un bloque que posibilite y afirme nuevos emprendimientos en una visión distributiva, democrática, de desarrollo local y social. Ésta es una forma de evolución de la autogestión”, agregó. Aulet destacó que “esta movida” fue la que logró que se redactara la ley de institucionalización del Fondes, y que “se va a reeditar” cuando se piense “en cómo se va a gestionar” ese fondo.
Juan Geymonat, del Grupo de Estudios del Capital y Núcleo de Economía Política de la Universidad de la República, se refirió “al lugar del pensamiento marxista” en la universidad, al que calificó de “marginal” tanto en la producción académica como en la enseñanza, lo que se explica, dijo, por la influencia del posmodernismo y del neopositivismo en el ámbito académico desde los 90.
Por su parte, Harvey, de 80 años y residente en Nueva York, hablando en inglés afirmó que “hay una crisis social, política, económica, pero además intelectual”, y que mientras que en el pasado, cuando había crisis, “surgían nuevas ideas”, ahora “hay crisis y nadie sabe qué hacer”. “Hace un tiempo que estoy tratando de entender cómo nos puede ayudar el análisis marxista. Hay muchos marxistas que son conservadores en su pensamiento, que se mantienen en los años 30 o en los 70, y creo que hay que revitalizar ese pensamiento”, agregó. “No podemos ir a Marx esperando encontrar todas las respuestas, tenemos que hacernos muchas preguntas a nosotros mismos yendo al contexto”, dijo. Harvey destacó que a lo largo de la historia surgieron sindicatos, movimientos sociales y de autogestión que son considerados por el marxismo fundamentales “para un cambio social radical”, pero “Marx dice que la autogestión de los trabajadores nunca va a ser suficiente”, porque “es más probable que por sí misma lleve a una situación más de autoexplotación que de emancipación”.
El académico añadió que hay que ver al capital “en general” como capital de mercancía, capital de producción y capital financiero. “Si controlamos una de las formas y no las otras, estamos sumergidos en la lógica capitalista”, explicó. Por lo tanto, para que la autogestión funcione “se tiene que tener un poco de control de todo”, “un poco de control de las finanzas, una fuerte relación con el aparato estatal y un poco de control sobre las mercancías”. “Para que la autogestión sea una fuerza emancipadora, se necesita una revolución social en general”, precisó.
Marxistas y anarquistas, uníos
Más adelante afirmó que la autogestión, que es un movimiento “muy inspirador”, no se puede separar de un proyecto político general de país, y destacó la relación de las fábricas recuperadas de Uruguay y de Argentina con los barrios donde están ubicadas. Harvey expresó que hay que relacionarse con el “aparato estatal” y no concebirlo como un enemigo aunque tenga una lógica capitalista. “Con frecuencia se adopta la posición anarquista de no querer tener nada que ver con el Estado, pero para que éste pueda avanzar hay que tener algún tipo de relación. El Estado no va a ser bueno con nosotros, pero hay que saber manejar esa relación”, explicó. Contó que muchos marxistas no aprueban que sea “amigo de los anarquistas”, y afirmó que el futuro de la izquierda depende de poner lo mejor de los marxistas y de los anarquistas en un programa común.
Para Harvey no sólo hay una crisis del pensamiento burgués, sino también del pensamiento de izquierda, y afirmó que además de las discusiones intelectuales, hay que “crear nuevas prácticas”.
Finalmente, dijo que a nivel mundial unas 2.000 familias tienen concentrado el poder, destacando que “la concentración ha aumentado dramáticamente” desde 2008. Según Harvey, controlan las decisiones políticas y la prensa, y mientras “al capitalismo le está yendo muy mal, a la clase capitalista le está yendo muy bien”. “Organizaciones como ésta que funciona en Funsa son la base para generar políticas alternativas. Establecer alianzas entre los diferentes movimientos es crucial”