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Marisa Lindner (c), nueva presidenta del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU); Fernando Rodríguez, director entrante del INAU; y Marina Arismendi, ministra de Desarrollo Social, ayer, durante el acto de asunción de nuevas autoridades en la sede del organismo. Foto: Sandro Pereyra

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Nuevas autoridades del INAU buscarán reducir institucionalización de niños y adolescentes y que el Sirpa pase a depender del Mides.

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Marisa Lindner asumió ayer como presidenta del Directorio del Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay (INAU). La trabajadora social y ex directora de la División de Políticas de Género del Ministerio del Interior estará acompañada en el Directorio por el psicólogo social y ex defensor del Vecino de Montevideo Fernando Rodríguez, y resta completar un puesto que se resolverá en los próximas semanas.

Acompañada por la ministra de Desarrollo Social (Mides), Marina Arismendi, junto al presidente y los directores salientes del INAU, Javier Salsamendi, Dardo Rodríguez y Jorge Ferrando, respectivamente, Lindner remarcó que su gestión tendrá perspectiva de género “para deconstruir esta sociedad patriarcal y adultocéntrica, que permea todos los órdenes de la vida, desde la familia hasta las prácticas institucionales”. Buscará pasar de la lógica “tutelar, paternalista y autoritaria” a una que garantice el cumplimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Asimismo, se incorporará la “perspectiva de cuidados familiares, contemplando los distintos arreglos familiares que existen en la realidad”; esto también supone “dar vuelta la lógica de ‘madres que no cumplen con su deber’, a la construcción de una lógica de corresponsabilidad”.

Otro eje central de trabajo será la profundización del trabajo en primera infancia, en coordinación con el Sistema Nacional de Cuidados, mediante la “creación de nuevos centros diurnos y Centros de Atención a la Infancia y la Familia [CAIF]”, y adelantó: “Nos estamos planteando cifras impactantes e históricas para nuestra institución”.

En vistas de que Uruguay tiene uno de los índices de niños institucionalizados más altos de la región (409 por cada 100.000 niños, según un informe de la Fundación Justicia y Derecho y UNICEF publicado en noviembre de 2013), Lindner anunció el diseño de una estrategia de desinstitucionalización “para que los niños puedan vivir con sus familias y en comunidad”.

En la misma línea, el INAU “acompañará la descentralización del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente [Sirpa]”, para que éste pase a depender del Mides. “Ya hay un compromiso asumido por la ministra Arismendi para promover la ley” que permita el cambio de órbita, señaló.

“Queremos favorecer la integración del adolescente en la familia y la sociedad, con oportunidades de trabajo y estudio. Continuar los procesos de reeducación de los cerca de 800 chiquilines que tienen medidas privativas y no privativas de libertad”, sostuvo Lindner. “No queremos que quede como que los niños y adolescentes son un problema. Son un capital, son parte fundamental de nuestra sociedad”, sostuvo.

Consultada por las críticas que la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) hizo sobre el estado de “deterioro” de centros del Sirpa inaugurados durante 2014, la presidenta del INAU reconoció que “hay muchos aspectos para mejorar”, entre los que se destacan las “mejoras edilicias” correspondientes. “Somos conscientes de las dificultades que persisten en el Sirpa, como el deterioro edilicio. Vamos a continuar las investigaciones referidas a malos tratos de funcionarios a adolescentes internados, y se mejorarán las condiciones educativas”, añadió. Sostuvo que la nueva Comisión Delegada encabezada por Gabriela Fulco asumirá a comienzos de mayo y hará “anuncios importantes” sobre nuevas políticas de conducción.

“Marisa es la imagen de cómo queremos la institución”, elogió Arismendi a Lindner. “No encontré a nadie mejor que ella: una mujer que se enamoró de la transformación de la sociedad a través de su profesión”, dijo, y enfatizó: “Queremos un INAU potente, y quién mejor que Marisa para presidir una aventura como ésta”. De Rodríguez destacó su trayectoria: “Lo conocimos por su trabajo en una ONG, peleando contra la miseria, y luego fue la voz de los montevideanos” como defensor del Vecino.

El flamante director subrayó su anhelo de que para cada funcionario “sea un orgullo trabajar para la institución” y que consideren que “en cada acto administrativo que hacemos pasa algo que repercute en la vida de un niño, de una familia”.

Lindner habló de profundizar la profesionalización y capacitación de los funcionarios. Joselo López, titular del Sindicato Único del INAU, concordó en que “hay que profundizar la formación en todos los aspectos”.

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