Eran cientos y habían venido de todas partes. En ómnibus, en auto o en bicicleta, cualquier medio de locomoción valía con tal de estar presentes en una nueva edición de la Marcha Mundial por la Liberación de la Marihuana en el Molino de Pérez, junto a amigos, hijos y mascotas. No faltaron los vinos, las cervezas ni, obviamente, los porros para condimentar la espectacular tarde veraniega que se coló en pleno mayo.
La muchedumbre llegaba a la calle Juan Scasso, cuya elevada ubicación sobre el acantilado de la parte este del parque funcionó como una suerte de palco que ofrecía una vista panorámica de la convocatoria. Si bien ésta era numerosa, no se podía decir que el público estuviera apretado o incómodo; más bien ocurría todo lo contrario.
La gente se sentaba o acostaba en el pasto, en pareja o en grupos de amigos. La mayoría miraba hacia la rambla: en un coqueto escenario montado en la parte sur del parque actuaban bandas como Dóberman o Sirilo, que les sacaban el jugo a sus guitarras con un volumen bastante ensordecedor que dificultaba el intercambio entre los presentes. Aun así, no había pogo ni agite. La tranquilidad imperaba.
Seguramente el olor predominante de ayer contrastaba con el de hace ocho años, cuando se realizó la primera de estas convocatorias en el lugar. El suave y dulce aroma de las flores cosechadas ha venido paulatinamente sustituyendo, al menos en ambientes como los de esta jornada, al fuerte y ácido hedor de los “prensados paraguayos”, todavía muy populares en las cabeceras del estadio Centenario.
No por casualidad la convocatoria celebraba la “primera cosecha soberana”: se trata de la primera cosecha de los autocultivadores (que se suele realizar en abril y mayo de cada año), amparada legalmente por la Ley 19.172, de regulación del mercado del cannabis, y su correspondiente decreto reglamentario, que fue aprobado hace poco más de un año.
Debajo del pequeño acantilado que caracteriza al parque, un stand del Ircca intentaba desarrollar una campaña informativa por medio de todo tipo de materiales: desde guías para cultivadores domésticos de cannabis, pasando por pegotines con recomendaciones para consumidores de alcohol y de cannabis, hasta vasos de plástico para tomar agua e incluso preservativos.
La voz del pueblo
El momento sirvió para reflexionar acerca del proceso de regulación del mercado del cannabis que vive el país, a partir de la aprobación de la ley en diciembre de 2013.
“Tenemos que hablar de la lucha que implica esto, y no sólo sentarnos a fumetear”, dijo Fabiana, de 38 años y habitante de Punta del Diablo. “Hay poca cabeza en la gente sobre lo que es la ley”, sostuvo, tras describir cómo le habían robado sus plantas de su casa. Según dijo, es necesaria otra “cultura” respecto del autocultivo, que implique más “respeto” por esta actividad.
Entre lo positivo, tanto Fabiana como la mayoría de quienes estaban allí dijeron que tras la aprobación de la ley actualmente existe “menos prejuicio” hacia quienes consumen cannabis. A la vista está que hoy en día, prender un porro no genera tanto rechazo social como antes, señalaron. “Hay una energía especial”, llegó a conjeturar Rafael, de 25 años.
Patricia, de 32 años, dijo que no quiere cultivar, pero está esperando que comience a venderse en las farmacias para poder consumir. Fabiana dice que no cree que sea posible esta política, y duda de que el gobierno de Tabaré Vázquez continúe avanzando en la aplicación de la norma.
En tanto, Alessandro, de 27, quiere que el gobierno deje la situación “como está” y no comience a vender cannabis en las farmacias. “No queremos competir con el Estado”, lanzó, señalando que hay muchos cultivadores que venden su cosecha y con eso pueden conseguir dinero extra para, por ejemplo, arreglar su casa. “Va a bajar mucho la venta de flor. Lo mejor es que la producción quede en manos de la población local”, opinó.
La plataforma y los desafíos
La no concreción de la venta de marihuana en farmacias es uno de los temas que preocupan a la organización que llevó adelante la convocatoria, el Movimiento por la Liberación del Cannabis. “Hoy estamos a un año de la reglamentación de la ley y todavía falta una vía de acceso a la marihuana legal”, dice la declaración del Movimiento.
En agosto, el gobierno hizo un llamado a “expresiones de interés” para empresas dispuestas a realizar el cultivo del cannabis masivo que luego será vendido en las farmacias. En total fueron 22 las interesadas. A partir de esa presentación se realizó una preselección de 11 empresas, que ahora son las que pujan por quedarse con la producción mediante una licitación que ha tenido continuas idas y vueltas. “Tienen que aportar alguna documentación que les falta”, decía el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, a la diaria en marzo. Su explicación tenía implícito uno de los principales motivos del retraso: “No queremos que, por apurar la cosa, se cometa un error. Si adjudico a una empresa y después resulta que no está claro de dónde vienen sus fondos, podríamos arruinar una experiencia única en el mundo”.
De hecho, es el artículo 7° del decreto reglamentario el que estaría generando las principales dilaciones del proyecto, en la medida en que establece que es necesario que el Ircca solicite información “relativa a la estructura societaria del postulante” para una “adecuada identificación y conocimiento del beneficiario final”, y también “de los fondos que se propone destinar a la ejecución del proyecto”. Todo esto, “respetando la normativa vigente en materia de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo”.
En este procedimiento, el Ircca puede solicitar todas las “aclaraciones y ampliaciones” pertinentes, y está obligado a pedirle un informe a la Secretaría Nacional Antilavado de Activos “en forma previa al otorgamiento de la licencia respectiva”.
Además, se espera que la primera cosecha se concrete alrededor de cuatro meses después de la siembra, por lo que habrá que esperar bastante para que la sustancia esté disponible en las farmacias. Se estima que los primeros cogollos estarían disponibles en diciembre.
Sin embargo, el Movimiento por la Liberación del Cannabis asegura que “la voluntad y el compromiso del gobierno están”. Así lo dijo a la diaria Bruno Calleros, vocero de esta organización, quien se reunió, junto con otros de sus compañeros, el miércoles con Romani y otros actores de la sociedad civil. “Las exigencias [para las empresas] son importantes, pero eso corresponde en una materia tan especial como ésta”, agregó. Se espera que la venta en farmacias sea la forma más masiva de acceso a la sustancia. “Es la vía universal, seguramente la más importante, y es la que regulará el precio del mercado”, ilustró Calleros.
Pero las otras dos patas de la marihuana para uso recreativo también deben resolver varios desafíos. “Existe un desconocimiento de la ley por parte de la Policía; algunos procedimientos no se ajustan a los derechos”, sostuvo Calleros.
Explicó que los efectivos a veces piden carnés “inexistentes” o confiscan marihuana de forma irregular. La apuesta, argumentó, es avanzar junto al Ministerio del Interior en un protocolo para actuar en estos casos. Pero el problema, advierte, también abarca al sistema judicial, por lo que también es necesario que los jueces y fiscales entiendan y apliquen el contenido de la ley. La innecesaria “judicialización” que ha habido en allanamientos a cultivadores registrados es considerada innecesaria tanto por las organizaciones civiles como por el gobierno, en la medida en que muchos de estos casos podrían haber sido corroborados por el Ircca sin necesidad de ninguna orden judicial ni procedimiento policial.
Actualmente existen más de 2.000 cultivadores registrados y se estima que muchos más no lo están. Si bien el Movimiento incita a quienes tengan plantas a que se registren en el Ircca (y exige a las autoridades que insistan en el carácter confidencial del registro), esta organización tiene entre sus principales reivindicaciones que “no se puede aceptar más denuncias por plantas”, sin importar que el registro en el Ircca se haya concretado o no. Según Calleros, “cuando una persona cultiva para consumo personal, automáticamente no va a estar participando en el narcotráfico, por lo que no se puede criminalizar a ese cultivador”.
La proclama de la organización complementa: “La denuncia tiene que ser por comerciar, por vender, por traficar, no por plantar”.
Por último, también el registro de los clubes de membresía ha tenido algunas dificultades. Ningún proyecto de club ha completado el trámite, y, según Calleros, eso se debe a los extensos requerimientos del MEC para conformar una asociación civil. A raíz de esto, el Ircca habilitó a que los clubes puedan continuar su procedimiento e incluso funcionar como tales mientras culminan el trámite en esa secretaría de Estado, si son debidamente inspeccionados por el organismo. Actualmente hay 17 proyectos de clubes que tramitan su habilitación.