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Clase de yoga y meditación del servicio de Bienestar Universitario, en el gimnasio del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA). Foto: Juan Gonnet

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Udelar organiza Primer Simposio de Yoga Científico para discutir su introducción en el sistema educativo.

Si bien hay aristas del sistema educativo uruguayo que se mantienen sin cambios casi desde la época de José Pedro Varela, también aparecen movimientos. El viernes y sábado, la Universidad de la República abrirá sus puertas a una actividad inusual: el Primer Simposio de Yoga Científico, en el que especialistas, investigadores y practicantes de varias formas de yoga, junto con científicos y autoridades de la educación y la salud, expondrán resultados de investigaciones científicas relacionadas a la disciplina y los distintos ámbitos de aplicación, con el fin de, “entre todos, descubrir si el yoga tiene un lugar en el sistema educativo uruguayo”, según adelantó el coordinador de la actividad, Octav Fercheluc, a la diaria.

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La palabra “yoga”, que viene del sánscrito, tiene varios significados, entre ellos, se lo podría traducir como “unión” o “fusión”. En pocas palabras, eso es lo que se pretende del simposio, y para eso fueron convocados estudiosos de diversas áreas -antropólogos, periodistas, psicólogos, escritores, pediatras y docentes-, “como prueba de que el yoga va más allá de la preparación científica que cada uno tiene”, dijo Fercheluc.

Entre las presentaciones, que serán voluntarias, se destacan “Una mirada científica sobre el sistema yoga tradicional”, “Yoga para la educación de los niños y de los educadores”, “Efectos neurobiológicos de la meditación”, así como los resultados de aplicar las técnicas de yoga en situaciones especiales, porque, aunque no se han difundido de manera amplia, hay programas y planes en escuelas y liceos -públicos y privados-, centros penitenciarios y casas culturales -como el Instituto Nacional de la Juventud- en todo el país.

El simposio surgió de una intención conjunta entre Fercheluc (coordinador de Yoga en la Udelar) y un colectivo de profesoras que dan talleres de yoga en escuelas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). La Udelar se unió después, brindando apoyo desde la locación. Autoridades de ambos organismos y de los ministerios de Salud Pública, del Interior, de Desarrollo Social y de Educación y Cultura han mostrado interés en el evento y ya confirmaron su asistencia, y participarán en la apertura.

“Es evidente que como sociedad necesitamos una ayuda, y lo que trataremos de ver entre todos es qué papel puede jugar el yoga en la sociedad, sobre todo en el sistema educativo”, sostuvo Fercheluc, consultado por sus expectativas.

Aprender a enseñar

Fercheluc, de origen rumano y matemático de profesión, hace más de 20 años que enseña yoga y tres que es coordinador de Yoga en la Udelar, una actividad del Servicio Central de Bienestar Universitario gratuita y abierta a estudiantes, egresados, docentes y funcionarios. Actualmente concurren por clase entre 150 y 200 personas, que llenan el gimnasio del IAVA y uno de los salones de la Facultad de Psicología, donde se realizan los encuentros.

Fercheluc dice que fue enseñando matemáticas que se dio cuenta de la complementariedad entre las materias curriculares y lo que el yoga podía aportar para entenderlas. “El ser humano tiene que responderse algunas preguntas fundamentales, y el yoga nos ayuda a concentrarnos para responderlas. Antes los matemáticos eran filósofos”, comienza diciendo para explicar que “no hay antagonismo entre la ciencia y la espiritualidad”. “Para educar, los docentes primero deben conocerse a sí mismos. Es beneficioso estar conectado con una sensación de paz y armonía, porque la actitud de los alumnos va a ser un reflejo de la forma en que el profesor se muestra”, y eso es lo que sucede con el yoga: “Siempre sos el alumno [de la naturaleza], y ésa es la actitud que el docente tiene que tener para dar las clases”.

No es menor que el yoga sea considerado un sistema laico, razón por la cual se podría introducir en cualquier ámbito educativo.

Sintonizando

El yoga, una disciplina con más de 5.000 años, hoy en día se posiciona como una ciencia; lo que la diferencia de otras es que “mientras que en las matemáticas, por ejemplo, estudiás las leyes de la naturaleza afuera, en el yoga las estudiás en tu interior”, explicó Fercheluc.

Hay varias formas de yoga. La más conocida es la de las prácticas de posturas corporales (llamadas asanas), pero también constan de diversas técnicas de relajación, visualización creadora, meditación y ejercicios para aumentar la concentración mental. Fercheluc asegura que la sensación de bienestar se experimenta en la misma clase, pero se potencia una vez que se sale de ésta.

“Cada postura corporal nos da una postura interior, psíquica, y su práctica nos permite acumular energía a nivel sutil”, comienza explicando, e inmediatamente lo relaciona con la ciencia, porque entiende que “nosotros necesitamos argumentos para todo lo que hacemos”. “Desde el punto de vista científico, se sabe que tenemos un cuerpo energético, y una de las leyes sobre las que trabaja el yoga es la de la resonancia. Una vez que sintonizás con un aparato de radio en una frecuencia -comienza con la analogía-, después podés recibir todo lo que vibre en la misma frecuencia; del mismo modo, en yoga sintonizás con las posturas y vas acumulando la energía que se recibe desde ahí, que puede ser concentración o bienestar, lo que aparece es un fenómeno que hay detrás”.

Cada jornada del simposio empieza y culmina con una meditación grupal, porque según Fercheluc, es mediante esta práctica “que el ser orienta su mente, pasando de un estado cognitivo a un nivel intuitivo”. Además, sostiene que “ayuda a la unión de energías para que la información se transmita correctamente”.

Científicamente comprobado

El carácter laico y universal del sistema yoga lo hace adaptable a todas las personas, por lo que se lo considera una disciplina integrable en la enseñanza formal. En el simposio, además de “difundir un modo correcto de practicar el yoga”, se buscará compartir las distintas visiones sobre “el papel que puede jugar en la sociedad y en la educación, particularmente, qué necesidades existen en Uruguay”.

En los últimos años la ciencia se adentró en el estudio de los beneficios del yoga y la meditación, y comprobó que “con la práctica consciente y constante la gente empieza a amar más, a utilizar mejor su inteligencia, a ser más armoniosa y, por ende, más feliz”. De hecho, “hay experiencias a nivel internacional que avalan científicamente los beneficios del yoga”; a modo de ejemplo, “hay iniciativas en cárceles, escuelas y liceos de todo el mundo, incluso el Parlamento británico medita antes de entrar en sesión”.

En Uruguay, el proceso de aceptación es un poco más lento. Si bien hay colegios privados que integran el yoga en su actividad curricular, Fercheluc consideró “fundamental” introducir el yoga en los ámbitos de ANEP. Las autoridades de la educación pública se han mostrado receptivas a la iniciativa, pero Fercheluc afirma que “recién después del simposio se va a poder saber si están a favor”.

Después de las jornadas de discusión, el coordinador pretende presentar los resultados del simposio ante las autoridades, de manera de poder “integrar otras actividades” a las ya ofrecidas, es decir, las clases semanales de yoga y meditación en instalaciones de la Udelar.

El simposio se llevará a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Psicología el viernes 22 de mayo de 9.00 a 18.00 y el sábado de 9.30 a 15.00. Las inscripciones, gratuitas, se realizan en línea en www.bienestar.edu.uy/yoga.

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