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Álvaro Garcé junto a los canditatos a alcaldes del Partido Nacional por la Concertación en la plaza Juan Antonio Cabrera, Pocitos. Foto: Federico Gutiérrez.

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Lacalle Pou y Garcé ratificaron la Concertación como “herramienta” para el futuro en Montevideo.

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“Sumar es bueno y dividir es malo”. Así fundamentó el candidato nacionalista a la Intendencia de Montevideo, Álvaro Garcé, la existencia del Partido de la Concertación, durante el cierre de campaña de la lista 1 (Todos hacia Adelante). Aunque las encuestas no son para nada alentadoras para la coalición blanquicolorada, el candidato deseó que esta alianza se mantenga en el futuro y dijo que se trata de “una experiencia que permite sumar a los que tenemos una visión común”. “De los adversarios hay que aprender, y si hay algo que ha tenido la izquierda es la perseverancia”, entendió Garcé, que recordó la insistencia de la izquierda luego del fracaso del Frente Amplio (FA) en 1971. “Es de buena aritmética y de personas inteligentes sumar entre los que pensamos igual, en lugar de concurrir divididos”, manifestó.

El líder de este sector político, Luis Lacalle Pou, también defendió a la Concertación e incluso la proyectó en el futuro de la política montevideana: “Si es cierto que el Partido Nacional [PN] es un partido que incluye y que derribamos muros, el éxito de la Concertación no sólo está dado para el 10 de mayo, sino en los próximos años”, sostuvo. Luego agregó: “Ninguno de nosotros deja de sentirse nacionalista, sino que clava más las raíces nacionalistas cuando somos capaces de caminar hacia el distinto sin sentir que perdemos nuestra esencia”. El ex candidato presidencial aseguró que se trata de un “buen instrumento” y auguró que a “algunos les tocará vencer” con él, “seguramente más temprano que tarde”.

El cierre de campaña se celebró ayer de noche en la plazuela José Antonio Cabrera, en pleno corazón de Pocitos, en el Municipio Ch. El lugar no fue para nada casual. Tampoco lo fue la oratoria de los tres candidatos a alcalde blancos del Partido de la Concertación, todos del sector de Luis Lacalle Pou. Andrés Abt, uno de los aspirantes a alcalde, describió la decisión de forma inmejorable: en las últimas elecciones nacionales, blancos y colorados juntos superaron en el municipio por cerca de 10.000 votos al FA, recordó. El mismo candidato afirmó que el Ch es la principal apuesta de la Concertación, y argumentó sobre la importancia de que los habitantes de ese municipio valoren la gestión del gobierno de la Concertación en la zona, en caso de que se concrete un triunfo del PN, para así, dentro de cinco años, “conquistar otros barrios de Montevideo”.

Los demás candidatos tampoco perdieron la oportunidad de mostrarse. Enrique Quique Arezzo anunció que si gana implementará una auditoría en el Municipio Ch, ya que allí, sostuvo, “hubo muchas desprolijidades”. En tanto, Elgue arengó enérgicamente al público para “dar vuelta las encuestas”.

El acto enfrentó algunos imprevistos. Una señora mayor tropezó cerca de la calle Gabriel Pereira y requirió asistencia médica. El médico más inmediatamente disponible era nada menos que el senador Javier García, que le brindó rápida atención. Luego, en plena oratoria de Garcé, una vecina colocó en el balcón de su apartamento un par de banderas del FA, lo que motivó algún exabrupto proveniente de la concurrencia al acto. “¡Sacá la bandera, hija de puta!”, le gritaron desde la multitud. Garcé detuvo su discurso, preguntó si estaba todo bien y se limitó a mandarle un saludo a la señora. El candidato cerró su discurso asegurando que en vez de “cambiar para ganar”, como hace el FA, es necesario “ganar para cambiar”.

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