La producción de energía aumentó en 2014, producto de un incremento en la amplia mayoría de las fuentes y de la tímida incorporación a la producción nacional de la energía solar. Los volúmenes importados se redujeron -salvo en el caso de la gasolina- y el magro excedente sirvió para mantener las exportaciones energéticas en volúmenes similares a los de 2013, según el Balance Energético Preliminar, correspondiente a 2014, que la Dirección Nacional de Energía (DNE) publicó como “una primera aproximación a la información anual de oferta y demanda de energía a nivel nacional”. Desde el lado del consumo se aprecia un aumento significativo de residuos de biomasa y de coque de petróleo, así como del consumo eléctrico industrial y residencial.
Un primer capítulo incluye los hidrocarburos y biocombustibles. La importación de petróleo crudo fue de 13.705 de barriles en 2014, valor que superó el promedio de los últimos diez años, mientras que fue levemente inferior respecto del año anterior. En el caso del fuel oil -utilizado para generación de electricidad-, las importaciones disminuyeron de manera significativa desde 2012, ya que “los últimos años presentaron buenos niveles de hidraulicidad, lo que implicó un menor consumo de derivados para generación de energía eléctrica”.
En 2014 la operación de la refinería fue similar a la de 2013 en lo que respecta al crudo procesado y a la producción de derivados. Desagregados por sectores de actividad, se destaca el consumo del transporte, que representó 70% del total, seguido por el sector residencial y el de agro, pesca y minería, cuya demanda alcanzó en ambos casos 10%. A partir de 2010 se comenzó a contabilizar en el balance la producción y el consumo de biocombustibles: bioetanol y biodiésel, que se utilizan en mezclas con gasolinas y gasoil, respectivamente. La producción de ambos aumentó en 2014, en cifras equivalentes a 9% y 28% respecto del año anterior.
La importación de gas natural -que abastece principalmente al sector residencial- disminuyó 8% respecto de la registrada en 2013 y prácticamente la mitad si se compara con las compras de 2007 -año en que se registró la mayor importación de ese energético en la última década-, consecuencia de que Argentina pasó de ser un exportador neto a tener que importarlo.
La energía eléctrica aparece en el segundo capítulo, en el que la DNE destaca que en 2014 -tal como sucedió en 2013- no se importó electricidad, “situación que no se daba desde hace más de 20 años”. La diversificación de la matriz energética se tradujo, una vez más, en una participación creciente de la energía eólica y la biomasa como insumos para la generación. En 2014, 93% de la energía eléctrica fue de origen renovable, mientras que 7% de la electricidad se generó a partir de combustibles fósiles, a pesar de que el año pasado registró el mejor nivel de hidraulicidad de los últimos 11 años, lo que aumentó la producción fósil 17,6%.
El balance de 2014 incorpora por primera vez la energía solar fotovoltaica en la matriz de resultados, que si bien se utilizaba desde hace varios años no se incluía por representar valores pequeños respecto del resto de las fuentes de energía; en 2014 la generación representó menos de 0,1% de la electricidad total generada. Otra fuente recientemente incorporada y de evolución creciente es la biomasa, cuyo aumento de potencia instalada correspondió a la instalación de las plantas de celulosa en el país, pasando de una participación de 1% en 2004 a 13% el último año. La energía eólica de gran porte también presenta un desarrollo significativo en los últimos años, en especial en 2014, año en que se instalaron más de 400 megavatios y se registró un crecimiento de 1% a 6% de su participación en la matriz.
El consumo final de electricidad, que presenta una evolución creciente en los últimos diez años, aumentó 5% en 2014, producto de un incremento de 2,8% en la demanda de los hogares -que representan 40% del total- y de 15,6% en la industria -que consume 29%-. La DNE estima que los resultados presentados “no van a diferir en gran medida” de los correspondientes a la edición final, que se publicará “en los próximos meses”.