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Nicolás Pons, Marcelo Abdala y Ana Amorós, en el acto de descubrimiento de la placa de la memoria, el viernes en el Hospital Militar. Foto: Federico Gutiérrez

Placa de la Memoria en Hospital Militar

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La Comisión Especial de Reparación a las Víctimas de la Actuación Ilegítima del Estado en el período comprendido entre el 13 de junio de 1968 y el 28 de febrero de 1985, que depende del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), instaló el viernes una placa de la memoria en la vereda del Hospital Militar, sobre la avenida 8 de Octubre. La sala 8 de ese centro funcionó como centro de detención, tortura y omisión de asistencia a militantes políticos y sociales.

En el acto estuvieron presentes el presidente de la Comisión Especial, Nicolás Pons, representantes del PIT-CNT, de la asociación de ex presos políticos Crysol, de la organización solicitante, la Mesa Permanente contra la Impunidad y público en general. Según pudo saber la diaria, hubo “presiones” para que la placa se colocara en otro lugar y no en la vereda donde está la entrada principal del hospital. Sin embargo, en una reunión que se realizó antes de la colocación, se acordó que no se iba a cambiar el lugar. Baldemar Tarocco, de Crysol, explicó a la diaria que la sala 8 de ese centro era “una sala amplia, dividida al medio por un biombo, donde estaban de un lado las mujeres y del otro los hombres”. Sin embargo, aclaró que no fue el único lugar del Hospital Militar en el que hubo presos políticos, ya que “existían los calabozos”, que eran celdas “individuales”. En esas celdas fallecieron, por ejemplo, los tupamaros Adolfo Wasem Alaniz y Eduardo Pérez Silveira (alias “el gordo Marcos”), cuyo cuerpo permanece desaparecido. Tarocco informó que el viernes 11, a las 18.00, se colocará otra placa de la memoria, esta vez frente a la Base Aérea Boiso Lanza, ubicada en Avenida Pedro de Mendoza y Avenida de las Instrucciones, donde también funcionó un centro de detención y tortura durante la dictadura.

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