La promesa finalmente se hizo realidad y los cientos de trabajadores relacionados con Tiempost cobraron el dinero que la empresa les debía por motivo de retenciones judiciales y bancarias, descuentos de las cooperativas, meses de licencia y facturación de los tercerizados. La urgencia quedó laudada, pero los reclamos siguen vigentes. “Es una buena señal”, interpretó el dirigente Daniel Cañete, integrante de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios, quien de todas formas aclaró que la sensación de “incertidumbre” se mantiene a raíz de que aún no se sabe quién será el nuevo inversor del negocio. Entonces, la planta de Camino Cibils sigue ocupada, sin entrada ni salida de mercadería, mientras que los locales del interior están siendo prendados por la Justicia producto del deterioro financiero de la empresa.
Hay una audiencia en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social agendada para el lunes. En las últimas instancias la empresa se presentó con intermediarios y no se llegó a ninguna síntesis. Hasta ahora el único contacto de la empresa con los trabajadores es Rubens Martínez, que no es ni dueño ni inversor. No se conoce ningún posible desenlace de la situación por el momento.