Ayer la cancillería emitió un comunicado en el que “saluda” a los Estados Unidos de América, y a su presidente electo, Donald Trump, por su victoria en las elecciones nacionales del 8 de noviembre. “Uruguay ha seguido con particular interés el proceso electoral, y felicita al pueblo estadounidense por su compromiso y apego a los principios y valores democráticos, los cuales son compartidos por ambos estados”, señala el comunicado, que invita a “continuar consolidando la relación de amistad con los Estados Unidos de América tanto en el ámbito bilateral como multilateral”.
Diferentes fueron las apreciaciones de la senadora frenteamplista Constanza Moreira (Casa Grande) tras los comicios en Estados Unidos. “Ganó Trump, con su discurso xenófobo, racista y misógino; con su dinero y con su enorme popularidad mediática, al modo berlusconiano”, escribió la legisladora en una columna que publicó ayer. Tras marcar cómo las mujeres, los negros, los hispanos y los jóvenes se inclinaron en las elecciones por Hillary Clinton, Moreira sostiene que la victoria electoral de Trump se debe a que en Estados Unidos hay un “corazón 'profundo', dominado por los republicanos”, entre los que se encuentran “hombres blancos que no quieren a las mujeres, generaciones nostálgicas de lo que recuerdan como un pasado glorioso, defensores de las armas, puritanos escandalizados con la anomia de la modernidad”.
La senadora asegura que “la idea de que un buen hombre de negocios, un empresario [...] puede resolver la crisis no es nueva. Es la idea de que el empresariado salvará al capitalismo. Y ya nos imaginamos cómo y quién pagará el pato”. Además, sostiene que la campaña manejada por Trump de “devolverle a Estados Unidos su viejo esplendor se viste de un falso proteccionismo que sólo oculta xenofobia y nacionalismo”.
Finalmente, la senadora frenteamplista asegura que “no hay modo de engañarse con Trump”. “Cabe a todos los progresismos preguntarse hoy, ya no sólo por nuestros errores, por la tibieza de nuestras propuestas, por nuestras concesiones a la derecha”. La pregunta más pertinente, sostiene, “es previa a ello” y remite a “cómo no convencemos a la gente de que vaya a votar, cómo nuestra capacidad de protesta es tan débil, cómo nuestra capacidad de organización queda sometida al juego de los medios de comunicación, el dinero, y la capacidad de ambos de explotar los sentimientos básicos de la gente”.