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Hipódromo de Maroñas. Foto: Nicolás Celaya (archivo, enero de 2011)

Aún no se esclarecieron las responsabilidades por las muertes de dos caballos en Maroñas

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“Nosotros los turfistas nunca vimos algo igual; una cosa es que pase un accidente, que lamentablemente pasan, pero otra cosa es fundir a un caballo”, dijo a la diaria una persona vinculada con el turf que prefirió no ser identificada. Se refería a lo que pasó en el Hipódromo de Maroñas el sábado 17, cuando se corrió la Copa de Oro Raid Libertad, carrera en la que de 12 -finalmente eran 12 caballos- murieron dos y abandonaron diez. El evento fue organizado por el Centro Social y Democrático de Cerro Chato (CSD). Luego de que el hecho trascendió, se multiplicaron las críticas y la indignación, y se hicieron denuncias ante la Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal (Cotryba).

Durante los últimos días de la semana pasada se intercambiaron documentos. El miércoles, la Cotryba recibió la respuesta de la Federación Ecuestre del Uruguay, que alega no haber tenido ninguna relación con el evento -y así lo confirmaron a la diaria desde la propia federación- y de Hípica Rioplatense (HRU), la concesionaria del Hipódromo de Maroñas. En el caso de HRU, la empresa dice que solamente cedió las instalaciones. Según dijo a la diaria Horacio Ramos, gerente del hipódromo, “nosotros auxiliamos y apoyamos, pero siempre bajo responsabilidad de los organizadores”.

Las partes llegaron a un acuerdo según el cual Maroñas autorizaba el uso del espacio físico del hipódromo para el evento y, a su vez, hacía algunas exigencias para el desarrollo del espectáculo, que debían incluirse en el contrato firmado con los competidores y la organización, el CSD. “Incluso les solicitamos cosas que no suelen hacerse afuera, en las competencias normales. Por ejemplo, todos los pilotos tenían que estar de chaleco, casco, tenían que tener determinado peso, carné de salud al día. Los caballos tenían que contar con certificado de [que no tenían] anemia, vacunas, registro, antidoping; todas cosas que las organizaciones habitualmente no cumplen, y que nosotros hicimos cumplir acá adentro”, afirmó Ramos. Según el gerente, “se les exigía también que si un caballo se alejaba 200 metros del resto, debía salir. Esa norma se estableció en el contrato”.

En un informe firmado por el doctor Miguel Morales, veterinario a cargo por el CSD, “los 12 equinos participantes cumplían con los requisitos sanitarios” y fueron inspeccionados por dos veterinarios contratados por el CSD, que constataron que “todos se encontraban aptos para competir”. En el mismo informe consta que “durante la prueba había más de diez veterinarios distribuidos por toda la pista”, entre “contratados por el club organizador e integrantes del servicio veterinario de Maroñas”. Según el gerente del hipódromo, “el equipo veterinario de Maroñas no tiene nada que ver, porque solamente apoyó el evento, brindó apoyo y auxilio en la pista”.

Las responsabilidades parecen apuntar hacia el CSD de Cerro Chato. “Nosotros asumimos la responsabilidad”, dijo a la diaria el presidente del club, Ruben Araújo, pero “no sé cómo lo podríamos haber evitado”. Sin embargo, en un comunicado emitido el miércoles, el CSD da a entender que la responsabilidad no sería exclusivamente de ellos: “En el artículo 12 del contrato firmado los competidores se comprometen a preservar la salud de los equinos y la buena imagen del espectáculo”. Y en el artículo 14: “Los competidores son responsables por el accionar de sus equinos”. El CSD dice haber tomado “todos los recaudos que este tipo de competencias exige, tomando como referencia las dos ediciones anteriores que se realizaron en este mismo hipódromo con total éxito”. Dice, también, que “la organización no es responsable del cuidado y de la preparación previa de los equinos para esta competencia”. Araújo sostuvo que no, que los controles no fallaron. Que fue mala liga, y que esto puede pasar en el interior, puede suceder en otros raids, pero es muy raro que mueran dos animales.

Estudiar la responsabilidad con respecto al hecho, en qué punto le puede caber al CSD, a Maroñas o a los propios competidores, está a cargo de una comisión que tiene su cuota de responsabilidad. Según el Decreto 62/014, que regula la Ley 18.471, de protección, bienestar y tenencia de animales, “es obligatoria la presencia de un veterinario inspector del Servicio de Contralor de Bienestar Animal en el lugar del espectáculo, quien deberá controlar el estado sanitario de los animales previo a la iniciación de cada evento”.

Gustavo Soriano, gerente de Cotryba, dijo a la diaria que “efectivamente estos espectáculos deberían tener controles que la ley define y que nunca se implementaron”. Esta es, según Soriano, “una tarea gigante que no se ha hecho hasta ahora”, pero asegura que “con esta comisión no va a haber dilatorias para fiscalizar los eventos de este tipo”. Las pautas, afirmó Soriano, “se están elaborando desde hace tres meses”, pero “no llegamos a tiempo”. Este hecho, explica, les pone “más presión para trabajar”. El gerente de la Cotryba introdujo otro elemento: “El tema de los recursos es un problema. Cualquier ciudadano que lea la cantidad de cometidos de la comisión y los ponga junto a nuestro presupuesto efectivo anual, de un millón y medio de pesos, verá que son muy difíciles de alcanzar y que con el esquema actual, plantearnos cosas como el control de todos los espectáculos públicos no resulta muy razonable”. Este dinero, apuntó Soriano, “no es suficiente para cubrir ni la mitad de las personas que la integran”, lo que lleva a que tengan que trabajar con personal cedido por el Ministerio de Ganadería, Agricultura, y Pesca.

La Cotryba trabaja en un plan quinquenal, sobre cuya base buscará recursos. Luego de la polémica pública, Maroñas decidió suspender la realización de este tipo de competencias en todas sus instalaciones -Hipódromo Nacional de Maroñas e Hipódromo Las Piedras-, “mientras los organizadores y participantes de los mismos no brinden todas las condiciones que aseguren el bienestar animal”. “Está bien”, dijo el presidente del club organizador, “la empresa está muy expuesta, y es para sacarse un poco el lazo de las críticas”. El gerente del hipódromo explicó que este fue un “golpe muy grande en un lugar en el que estas cosas no suceden”. Consultado por la diaria acerca de si la medida es definitiva o puede reverse, Ramos dijo: “Hoy están suspendidas. Si mañana existen más garantías se puede rever”. Sobre la definición de las responsabilidades, habrá que esperar que avance la investigación de la Cotryba, que envió el viernes la notificación al club organizador solicitando información. Para su gerente, es “demasiado temprano para poder dar alguna respuesta al respecto”.

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