Hoy comienza la décima edición de Enredanza, un encuentro y festival de danza contemporánea relacionado con la infancia y la juventud, que se llevará a cabo hasta el sábado 17 en el Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) del Ministerio de Educación y Cultura, la Sala Verdi, el Centro Cultural de España (CCE) y la plaza Matriz. Enredanza, además de ofrecer escenarios y experiencias a pequeños artistas, ha sido un espacio clave para el encuentro de quienes trabajan con ellos. Busca profundizar en la investigación pedagógica y la creación escénica, democratizando los insumos necesarios para el trabajo, y ayuda a visibilizar la danza contemporánea como campo de conocimiento imbricado en espacios de enseñanza y aprendizaje, no sólo como un lenguaje experimental para consumo de espectadores “calificados”.
El festival pasó de niño a casi adolescente con escasa o casi nula financiación, apoyando su continuidad en el esfuerzo: el núcleo principal lo forman Daniela Marrero, Florencia Delgado y Triana Fernández, y a ellas se agregan Macarena Prada (diseño), Gabriel Macció Pastorini (revista Entre Patas) y el equipo de Enredanza Bolivia. Así se demuestra que las iniciativas independientes pueden sostenerse, pero también queda clara la necesidad de respaldarlas.
Según explicó Fernández en una entrevista con TNU, Enredanza combina cuatro actividades fundamentales: el encuentro de escuelas y grupos comunitarios, que presentan sus obras o su trabajo del año y los comparten con otros grupos de todo el país; el festival en sí mismo, en el que participan compañías nacionales e internacionales orientadas a la infancia y a la juventud; los espacios de reflexión sobre temáticas vinculadas con la educación, los derechos del niño, la cultura en general y la creación escénica para niños y jóvenes; y los talleres, como el titulado Prohibido estacionar que brindará este año Uxa Xavier, una coreógrafa de San Pablo que va a hacer una residencia artístico-pedagógica. Todo el evento va a culminar con la presentación de los resultados de ese taller, dirigido más bien a adultos. Hay, además, un “espacio de jóvenes creadores”, y “esa es una de las semillas o flores de Enredanza”, cuya necesidad se fue viendo con el paso del tiempo, señaló Fernández.
Sobre el crecimiento de estos diez años, la gestora comentó que se produjo “al compás de lo que fue evolucionando la cultura en general en nuestro país”, y en especial la danza, en referencia a su inserción en espacios educativos, como los bachilleratos artísticos, la formación docente en el Instituto de Profesores Artigas y la división específica de danza contemporánea del SODRE, entre otros.
Del lado más triste de la historia, Delgado contó a la diaria las dificultades del proyecto para sostenerse y el modo en que depende de una red de solidaridades entre colegas, poniendo en contradicción la maduración de Enredanza y la precariedad de sus modos de funcionamiento: “Paradójicamente, en este décimo año del proyecto, por el que han pasado tantas personas y que se ha expandido fuera del país, fue cuando menos recursos logramos conseguir. Nos hemos sustentado de distintas formas, con apoyo de instituciones nacionales públicas y privadas, o de fondos internacionales, como Iberescena, pero en 2016 sólo contamos con apoyo en dinero del INAE, la única institución que desde hace tres años se ha comprometido a mantener la continuidad de su respaldo (en los demás casos, para cada edición debemos retomar las solicitudes, presentarnos nosotras y presentar el proyecto, y eso es muy desgastante para un equipo de sólo tres personas). También son importantes los espacios que nos brindan para realizar las actividades, y el de la Casa INJU, donde albergamos a algunos de los participantes del extranjero. Los colegas que vienen y Uxa están poniendo de sus recursos para poder participar”.
El taller de Xavier está dirigido a artistas y educadores interesados en la relación entre cuerpo, ciudad, infancia y juventud, a partir de la pregunta “¿Podemos replantear los espacios públicos a través de la danza?”. La propuesta es “habitar en el presente un cuerpo sensible en relación con la ciudad, en sus articulaciones con la arquitectura y el espacio imaginario a través de matrices de juegos”. La presentación del resultado de ese proceso se realizará el 17 a las 17.00 en el CCE, y a continuación vendrá el cierre del encuentro en la plaza Matriz.
Los círculos de reflexión tendrán lugar los días 12, 13 y 14 de diciembre en el CCE, y proponen un espacio para el intercambio sobre metodologías de danza y educación, desde abordajes pedagógicos y didácticos relacionados con la danza contemporánea como instancia de aprendizaje creativo, haciendo foco en el papel del docente como creador que también aprende, y su particular forma de transmitir o generar las condiciones para que el alumno cree su propia danza. Entre los invitados participantes estarán Xavier, las también brasileñas Priscilla Villasboas, Andrea Fraga y Patricia Pardo, y la argentina Lucía Merlo.
El encuentro de escuelas y grupos comunitarios abre un espacio para el intercambio de las diversidades y singularidades del quehacer en danza contemporánea entre niños, jóvenes y docentes creadores en diálogo con la comunidad. La entrada es gratuita y se podrán ver trabajos coreográficos de niños y jóvenes de seis a 15 años los días 9, 10 y 11 en la Sala Verdi.
Enredanza tiene la particularidad de aproximar la creación artística a la reflexión y la investigación, pensando la danza en la etapa infantil y adolescente, y sus múltiples posibilidades como herramienta pedagógica. Espacios como los círculos de reflexión o la revista Entre Patas, junto con procesos de muestra y creación, contribuyen a reconceptualizar a los niños y a los jóvenes como artistas, y también a reflexionar sobre sus singularidades en tanto espectadores. Así se vienen acumulando saberes y vínculos en Uruguay, y el proyecto también ha crecido en el exterior. De la colaboración entre artistas y el contagio de ganas nació el proyecto Enredanza Bolivia, que ya va en su segunda edición y que toma del uruguayo la filosofía, la forma y el logotipo.
Entre Patas es una publicación dedicada a las artes escénicas dirigidas a publico infantil y joven, mediante el registro de esas actividades, su sistematización y la reflexión sobre ellas. Surgió del Centro Uruguayo del Teatro y la Danza para la Infancia y Juventud, creado en 2010, y ha venido generando, en el contexto de Enredanza, en el del Festival Internacional de Artes Escénicas del Uruguay y por sí sola diversas acciones que aportan al quehacer de las artes escénicas uruguayas, como mesas de reflexión, debates, ponencias, espectáculos, talleres, promoción de la formación de nuevos públicos y relevamiento de grupos y propuestas en Uruguay. Actualmente se está preparando una edición especial con motivo de los diez años de Enredanza.
Sobre lo aprendido hasta aquí y las perspectivas de continuidad, dijo Delgado: “Ha sido una escuela de gestión y de aprendizaje en cuanto a cómo desarrollar el proyecto, conseguir los apoyos e ir leyendo las necesidades, tanto del contexto como del equipo, para lograr su proyección en el tiempo. Internamente, ha sido un gran aprendizaje de tolerancia, aceptación y escucha. Esta es la décima edición, pero la primera fue hace 13 años, y eso es mucho tiempo para un grupo que, por supuesto, ha tenido varias crisis en cuanto a entendimiento, formas de trabajo y de sustento. Sin embargo, creo que las diferencias nos han fortalecido como equipo y como personas. Ha sido un espacio para el encuentro con artistas, docentes y gestores que trabajan para y con la infancia y la juventud desde la danza, una red nacional pero también internacional, y eso implica una responsabilidad en cuanto a las acciones que generamos. ¿Cómo seguir? Aún no tenemos respuesta. Luego de esta edición tenemos que evaluar lo que hemos venido haciendo y cuáles son los intereses del equipo, los personales y los relacionados con el contexto en nuestro país y en la región. Estamos en un momento en el que nos interesa mucho generar estas redes y conexiones con otros países y colegas”.
En el texto que convoca a la edición de este año, la primera palabra es “gracias”: “a la danza, a la red y al encuentro”, a “compartir, crear, reflexionar, hacer juntos”, a “quienes acompañan, comparten y sostienen hace tantos años”, “a cada uno: bailarines, técnicos, docentes, creadores, directores, organizadores, fotógrafos, diseñadores, auspiciantes, colaboradores, familiares. Especialmente a todos los niños y jóvenes que inspiran esta magia”.