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Juez pide más “elementos probatorios” de la agresión en la vía pública denunciada por una trabajadora doméstica

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A Mirta el hombre la persigue porque es la sirvienta de los judíos, y porque anda paseando un perro judío. Ya la había agredido antes; la había empujado y le había mostrado dos veces un arma. El sábado, cuando salió de trabajar, en la esquina de Ellauri y Montero la agarró del brazo. Ella ni cuenta se había dado. “Te dije que te voy a matar, sirvienta de mierda, todavía que les dimos espacio en este país y en este barrio a los judíos ustedes los vienen a servir”, le dijo, y le pegó. Le dejó hematomas en varias partes del cuerpo -en la cara, en la barriga, en la espalda- que se le fueron a las piernas, porque tiene problemas de coagulación. Y dos dientes rotos; uno hay que sacarlo y el otro no se sabe. El Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD) emitió ayer un comunicado en repudio al hecho, en el que manifiesta su “absoluta solidaridad con la compañera víctima de la agresión”. Al mismo tiempo, repudian “enérgicamente todo acto de intolerancia, discriminación y violencia dirigida hacia cualquier ciudadano, sin importar la causa”. En el texto expresan: “Somos conscientes de que nuestro colectivo es generalmente víctima de discriminación por distintas razones, por la falta de reconocimiento hacia nuestra tarea, por ser mujeres, por cuestiones de nacionalidad, raza, religión, etc; y por ello episodios como el ocurrido recientemente, no hacen más que impulsarnos a redoblar la lucha por el pleno goce de nuestros derechos”. La presidenta del sindicato, Lucía Gandara, dijo a la diaria que este episodio muestra que “la agresividad no viene solamente de los patrones, y que en general hay una fuerte agresividad hacia las trabajadoras domésticas, por la función que desempeñan, pero también por su condición de mujeres”. Sobre el caso, dijo que “el agresor no está en sus cabales, y la Justicia debe actuar ya”. Mirta, la trabajadora atacada, estuvo declarando en el Juzgado de 12º Turno, y ayer de noche, cuando la diaria se comunicó con ella, estaba yendo a la Seccional 10ª para saber si el hombre estaba libre. Una vecina le dijo que lo había visto en la casa, y a ella, según cuenta, la fiscal le dijo que se quedara tranquila porque había pedido el procesamiento con prisión. Ella entendió que eso implicaba que iba a quedar preso, pero según confirmó a la diaria el juez encargado del caso, Nelson dos Santos, ayer “no se hizo lugar al pedido de procesamiento con prisión de la fiscal”, ya que se entendió que “no había elementos de prueba suficientes”. El juez pidió a la Policía que ubique más testigos y elementos probatorios para proseguir con la indagatoria. Según cuenta Mirta, todo el barrio sabe que el hombre la perseguía, porque ella lo contaba siempre. Ahora por unos días no va a ir a trabajar a causa de las lesiones, pero tiene miedo de volver: “Estoy muy asustada. Si lo dejaron libre voy a pedir que me pongan alguna protección o algo, yo no voy a estar arriesgando mi vida con él rondando por ahí”. la diaria llamó a la casa del supuesto agresor. La primera vez cortó con un “no, disculpame, gracias, ta’ luego”. En el segundo intento, y después de decir el apellido que no podemos publicar, pero que nos sirvió para confirmar que, efectivamente hablábamos con la persona que buscábamos, nos dijo esto: “No hubo ninguna agresión por mi parte a ninguna vecina, y no hay nada que conversar, ¿me explico?”. Y cerró de nuevo con un “muy amable, gracias, hasta luego”.

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