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Marcha silenciosa, el sábado en Paysandú. Foto:Mauro Goldman, Semanario 20once

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Miles de sanduceros marcharon por el centro de la ciudad en repudio al crimen de un comerciante judío.

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Difícilmente se encuentren antecedentes de convocatorias tan masivas como la del sábado en la ciudad de Paysandú, en repudio al asesinato, el martes, del comerciante David Fremd por ser judío. Una silenciosa marcha convocada en las redes sociales partió desde avenida España y Guayabos, lugar donde se encuentra el comercio donde se cometió el crimen, y se dirigió hacia la plaza Constitución.

Los manifestantes recorrieron un total de cinco cuadras portando velas y pancartas que se distribuyeron en el lugar. Los familiares del comerciante no participaron en la movilización, entre otras razones porque minutos más tarde se desarrollaba un servicio religioso, una costumbre judía luego del fallecimiento de un ser querido. Sí concurrieron algunos dirigentes comunitarios, políticos y el presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Sergio Gorzy. Al final del recorrido se cantó el Himno Nacional. No hubo discursos públicos.

Rossana Migliónico, portavoz del grupo de vecinos que convocó la marcha y allegada a la familia de Fremd, explicó que quisieron “honrar su memoria pero también dejar un mensaje mucho más profundo”. “Yo veo que estos días la gente ha dicho que es un loco, yo no creo que sea un loco. La Justicia dijo que es una persona imputable, que sabía lo que hacía, que lo pensó, que se preparó, que aprovechó su formación en artes marciales y la desprevención de David. Precisamente él, con su bonhomía de siempre, había saludado instantes antes a una mujer por su día. Lo tomó de forma desprevenida, matándolo de una manera que nos mata doblemente a los sanduceros, con una alevosía y con una saña que nos tiene totalmente consternados”, manifestó Migliónico. “Todos sabíamos que David era judío, y él mismo bromeaba con ese tema, jamás con un sentido de discriminación. La palabra ‘convivencia significa vivir con el otro, y yo creo que ninguna de las personas que estamos reunidas aquí queremos vivir contra el otro, vivir a pesar del otro, vivir cuidándome del otro porque quizá tiene una loca idea”, agregó.

Al finalizar la movilización, la diaria dialogó con el dirigente comunitario Marcos Gerstenblüth, quien manifestó que tiene la esperanza de que sea “un hecho aislado”. “Acá nos conocemos todos, estoy seguro de que no se va a volver a repetir”, expresó.

En el portal informativo www.ecos.la, el periodista Leonardo Haberkorn hace referencia al relato de periodistas locales, que cuentan que el homicida “era asiduo concurrente a algunos cibercafés donde jugaba a videojuegos en los hay que matar gente”. “Cada tanto manifestaba que los muertos virtuales que él mataba eran judíos. ‘Lo hacía de vez en cuando, no le dábamos importancia’, dijo un empleado de uno de esos cibers. Como maestro había tenido diversos problemas y denuncias, incluso una por supuestos tocamientos a los niños. Sus problemas en la enseñanza, [el homicida] los achacaba a una conspiración judía en su contra. Pero nadie le dio trascendencia al asunto”, escribió Haberkorn.

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