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Óscar Caputi. Foto: Pablo Vignali

Moscas en la casa

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El problema de la basura tiene que ver con la falta de camiones, pero también con los hábitos, dice el nuevo director de Limpieza.

En las paredes de la dirección de la División Limpieza de la Intendencia de Montevideo (IM) hay fotos en blanco y negro de los vehículos con los que se ha recolectado residuos a lo largo de décadas: hay camiones de los años 60 y, más atrás en el siglo, prolijos carros municipales tirados por caballos. Hace exactamente 21 días, Óscar Caputi llegó a la oficina y tuvo que descolgar dos cuadros: había que hacerle lugar a un moderno mapa con las rutas de los camiones que hoy levantan contenedores por Montevideo. Con 57 años y 32 de funcionario municipal, ingeniero agrónomo de profesión y ex director del servicio de Áreas Verdes por concurso, ahora le toca remangarse y poner manos a la obra en el rubro más criticado de la gestión de la comuna.

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-¿Cuál es la situación que dejó en Áreas Verdes?

-Pienso que en la población en general es de las cosas que menos se reclaman. Hay un buen estado de conservación, por más que sufrimos vandalismo, destrozos, problemas que no son exclusivos de Áreas Verdes, como la gente que vive en los parques, pernocta, ensucia y destruye. Montevideo está muy bien rankeada mundialmente en cuanto a la cantidad de árboles por habitante: tenemos 210.000 ejemplares en el ornato público, en las calles, sin contar los de las plazas y los parques.

-¿Cómo recibió la designación como director de Limpieza? ¿Se estaba manejando su nombre antes de que asumiera? Es un área sensible del trabajo de la intendencia.

-Fue algo inesperado. Cuando [Néstor] Campal se fue a Dinamige [Dirección Nacional de Minería y Geología] se generó un vacío, pero no esperaba que me fueran a convocar a mí. Sí, es un área muy sensible, por la que la población nos está cuestionando continuamente.

-¿Cómo estamos posicionados en eso? ¿Montevideo es una ciudad sucia?

-Creo que estamos en la mitad de la tabla. En cuanto a lo que es recolección, tenemos la situación controlada, pero enfrentamos un déficit de equipamiento para realizar la gestión. Contamos con 20 camiones operativos, de los cuales diariamente salen entre 15 y 18, porque siempre alguno se rompe, y que se rompa un equipo significa un atraso en el levante del contenedor. Levantamos contenedores en promedio cada dos días, y en algunos lugares, diariamente, pero si se rompen los camiones, empezamos a tener acumulaciones. Por suerte, no hemos pasado de los tres días.

-¿20 camiones es un buen número para levantar los contenedores de toda la ciudad?

-No, es un muy mal número. Tenemos 11.300 contenedores; precisaríamos entre 30 y 35 camiones en la calle para poder darles el mantenimiento que necesitan para prolongar su vida útil. Hoy, a estos 20 que hay les estamos dando un palo considerable; los tenemos de sol a sol y a veces el mantenimiento de las unidades es imposible, porque no podemos parar. El mes que viene entran cinco camiones, por una compra directa que hicimos por razones de urgencia, y a principios del año que viene llegarían 20 más. Entonces vamos a estar en condiciones de brindar un buen servicio. Eso va acompasado por una licitación que vamos a hacer en los próximos meses para la compra de 4.000 contenedores nuevos, a efectos de hacer el recambio de los que han llegado al final de su vida útil o que han sido vandalizados o sufrido accidentes varios y no pueden estar en la calle. Basta que transites por Montevideo y veas contenedores prendidos fuego o pegotineados. Hace dos años, la empresa Consorcio Ambiental del Plata puso contenedores nuevos en la zona céntrica, y hoy más de 80% o 90% están totalmente grafiteados.

-¿Cómo influyen las medidas de ADEOM [Asociación de Empleados y Obreros Municipales] en los problemas en la recolección?

-Si hay un paro de 24 o 48 horas eso resiente el servicio, porque tenés, aparte del atraso con el que venís corriendo para levantar el contenedor, un par de días más, y va a haber partes de la ciudad donde la capacidad del contenedor no va a soportar.

-¿Mantuvo diálogo con ADEOM en estos días?

-Sí, nos reunimos en la Usina 5. Hay reivindicaciones que son muy justas y otras que son más generales de la administración y que habrá que ir encauzando. Un poco por mi manera de ser, soy un tipo que apuesta al diálogo, al trabajo en equipo, y eso fue lo que les planteé hoy. Las puertas de la dirección están abiertas y me pueden convocar cuando quieran al lugar de trabajo, como estoy yendo. Eso va unido a una reestructura que se está haciendo en la dirección, que es el nombramiento de dos gerencias, una operativa y otra de mantenimiento, que va a ordenar la cancha.

-¿Cómo se evaluaron las dos jornadas especiales de recolección?

-Son dos cosas distintas. La primera jornada, que fue antes de que yo llegara, se hizo para poner al día la ciudad después de un conflicto gremial. Ese día se hizo un trabajo fabuloso y Montevideo quedó como la tenemos hoy. El 5 de junio, coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, se pensó hacer una recolección de aquellos residuos que terminan en el contenedor o al costado, con los que el vecino no sabe qué hacer, si bien hace muchos años que funciona una línea ambiental, que es el 19503000 opción 3. Pudimos constatar que el público no la conoce, que no estaba bien difundida, y eso nos llevó a que ese día recogiéramos 98 toneladas de basura en camiones con caja abierta, que no son los que se usan para levantar contenedores. Se cargaron lavarropas, sofás, colchones, etcétera.

-También hay un problema cultural de parte de los vecinos.

-Creo que sí. En este momento, diariamente vemos contenedores que están al 50% o al 25% y tienen basura tirada alrededor. Eso es un problema del hurgador, que saca la basura, la clasifica en la vereda y no la devuelve al contenedor, pero también un problema del vecino, al que le resulta más cómodo tirar la bolsa a un costado. Eso genera una mala imagen, porque la bolsa o el papel empiezan a volar por la calle y dan una sensación de ciudad sucia. Es cierto lo que se dice por ahí, que la ciudad más limpia no es la que más se limpia sino la que menos se ensucia. Vos ves todo el tiempo los autos o los ómnibus transitando y nunca falta alguno que baje la ventanilla y tire una botella o un papel de alfajor. ¿Qué nos cuesta esperar a cuando paremos en un lugar, seguramente a diez o 20 metros, para depositarlo?

-¿En qué estado está el sistema de las cámaras que la IM instaló en abril para monitorear algunos basurales?

-Hay ocho cámaras instaladas en basurales endémicos. Son los históricos, que Limpieza puede levantar a diario y al otro día están de vuelta, porque la gente ya se acostumbró a que, por más que haya carteles que lo prohíben, va y tira dos bolsas de escombro, una heladera vieja, un televisor que se le rompió. Hay una treintena de basurales grandes y algunos pequeños, y generalmente están en la zona periférica. Pusimos vigilancia las 24 horas y cuando va un particular en un auto o una moto, tomamos la matrícula, y gracias a la patente única pudimos aplicar fácilmente la sanción. En estos lugares se pudieron aplicar ya 50 multas efectivas y cobradas. Estamos pensando en duplicar el número de cámaras, que no son fijas y se pueden trasladar, lo que nos permitiría cubrir más o menos todos los basurales que hay.

-¿Hay posibilidades de que se convoque al Ejército de nuevo a recoger residuos? Fue una medida criticada por ADEOM y que llamó la atención a la población en general.

-Fue una situación muy particular. Nos encontrábamos con una ciudad tapada de basura y había que levantarla rápidamente porque había un riesgo sanitario. En una circunstancia similar es una medida que no descartaría. No sólo el Ejército levantó basura: también hubo empresas contratadas y algunas organizaciones no gubernamentales. El tema es que quizá el Ejército se vio más.

-¿Ha tenido contacto con la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos [UCRUS]? ¿Son suficientes las cuatro plantas de reciclaje que hay en Montevideo?

-Este jueves me reúno con UCRUS. Algunos de ellos han dejado de ser trabajadores informales y ahora aportan al sistema formal del trabajo y tienen seguridad social. La administración había armado otra planta en Casavalle, que no llegó a funcionar por el problema de que cayó el contrato de vigilancia. Estamos viendo si podemos reactivar esa planta para que vayan los envases que estamos recolectando de los supermercados y las grandes superficies.

-¿Cree que se puede solucionar el problema de la basura en Montevideo?

-Pienso que sí. Si no, no hubiera aceptado el desafío.

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