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Cárcel de Punta de Rieles. Foto: Iván Franco (archivo, noviembre de 2013)

Salubridad marginal

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Estudio muestra que muchas patologías de las personas presas no están diagnosticadas ni tratadas.

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Al 1º de junio había 10.228 adultos presos en las 29 unidades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), y unos 700 adolescentes en el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA). Los datos del INR indican que 93% de los reclusos son hombres, cerca de 70% del total tiene menos de 30 años, casi 40% está ahí por delitos contra la propiedad, y en su mayoría se trata de gente pobre, con un bajo nivel educativo. El perfil epidemiológico de 10.159 personas privadas de libertad indica lo mismo: que se trata de “una población expuesta a un conjunto importante de factores de riesgo vinculados al entorno y al modo de vida, que generan una doble carga de enfermedad”, según el Diagnóstico Epidemiológico en Centros de Privación de Libertad, que se presentará hoy. El estudio indica una “prevalencia relevante de enfermedades no transmisibles, acompañada de una alta incidencia de enfermedades transmisibles”, y señala como “particularmente preocupante” que en una “elevada proporción” estas patologías no están diagnosticadas ni tratadas.

Los resultados del estudio están incluidos en la publicación “Salud y enfermedades en condiciones de privación de libertad”. Se entrevistó a 10.159 personas privadas de libertad (adultos y adolescentes), y se utilizó una muestra aleatoria de 832 personas, de 18 centros del INR y del INISA. La recolección de datos se realizó entre el 15 de marzo y el 29 de mayo, y estuvo a cargo de 21 funcionarios de la salud que trabajan habitualmente en centros de privación de libertad. La investigación surgió en el marco del Programa Justicia e Inclusión, proyecto de cooperación internacional entre el gobierno y la Unión Europea, con el objetivo de generar una “base para la formulación y diseño de un sistema integral de atención a la salud, con énfasis en atención primaria” para las cárceles.

Datos generales

El estudio mostró una población predominantemente masculina (94%) y joven (72,2% menores de 35 años), con un promedio de edad de 31 años. El promedio de edad de las mujeres es dos años más alto, y tienen mayor nivel educativo: 6% de los varones son analfabetos, frente a 0% de las mujeres; 60% de las mujeres tienen realizados estudios secundarios frente a 47,5% de los hombres. 44% de las mujeres y 52% de los hombres tienen un oficio o profesión. Por otro lado, 17% de las mujeres y 30% de los hombres estuvieron presos siendo menores de edad, y 38% de los adolescentes presos ya estuvo preso antes; la tasa de “reincidencia” del total de hombres y mujeres es de 49,4%.

Respecto de las enfermedades no transmisibles, se señala que 15,9% de los reclusos sufre de hipertensión arterial, y que entre los hipertensos sólo 17% estaba recibiendo tratamiento. A su vez, la prevalencia estimada de diabetes fue de 3,9%, y entre las personas con glucemia elevada sólo 9,3% estaba en tratamiento. 16% de las personas presas afirmaron que pasan más de diez horas al día sin hacer actividad física, sin contar las horas de sueño: en promedio, pasan seis horas sentados o recostados. Casi la cuarta parte de los entrevistados manifestó no consumir nunca frutas y verduras, predominantemente entre las mujeres (56,1%); en 40% de los casos se identificó sobrepeso y obesidad, mayoritariamente en las mujeres (56,8%). También se observó que 74% de los reclusos fuman tabaco -entre ellos son fumadores diarios 93%-; que 28,5% tiene alguna enfermedad infecciosa respiratoria y que 2,2% tuvo que ser internado por asma.

Sexualidad

Respecto de la salud sexual y reproductiva de los reclusos, el estudio señala que 40% recibe visitas íntimas, con una “frecuencia significativamente menor entre las mujeres”; que 4,5% de los reclusos manifestó tener relaciones sexuales por fuera de la visita íntima, y que el uso del preservativo “fue consignado solamente por 14%”. Si se discriminan los datos por sexo según el uso de condón en las visitas íntimas, 28% de las mujeres y 37% de los hombres indicaron que no utilizan condón, y que sí lo usan 7% y 15%, respectivamente; el resto prefirió no contestar. Fuera de las visitas íntimas, 8% de las mujeres y 13% de los hombres lo utiliza, y 16% y 19% no, respectivamente.

Otro de los puntos señalados en el informe es que la tasa de prevalencia de personas que viven con VIH ascendió a 1,3%, y que la tasa mayor está entre las mujeres (3,6%). La tasa de incidencia de sífilis activa ascendió a 0,9%, y “se estima que sólo un tercio está en tratamiento”. Respecto del test de Papanicolaou, casi un tercio de las mujeres de entre 21 y 64 años nunca se lo había hecho o se lo había hecho hacía más de tres años.

Salud mental

El informe señala la “tenencia de visitas” como primer punto: en la población femenina 29% no recibe visitas, porcentaje bastante mayor al de los varones (18,3%). Respecto de las lesiones autoinfligidas, 17,9% de los reclusos debió ser internado por ese motivo. 13,2% había intentado suicidarse antes de caer preso (entre los adolescentes la cifra es de 11,6%); 22,4% pensó en hacerlo estando preso; 8,2% (que representa a 723 personas presas) lo intentó, más frecuentemente los varones (8,3%) que las mujeres (6,4%). Entre los adolescentes la cifra asciende a 9,8%.

Sobre el consumo de sustancias psicoactivas en el último mes (mayo), se concluyó que la marihuana y los psicofármacos sin indicación médica fueron las más utilizadas. La prevalencia de consumo de marihuana alcanzó 35% entre los varones, 8% de las mujeres y 28% de los adolescentes. En cuanto a los psicofármacos, los consumen 19% de los varones, 6,6% de las mujeres y 17,7% de los adolescentes. 2,6% de los reclusos afirmó consumir alcohol a diario.

Hospitalización

22% de las personas privadas de libertad (2.140) sufrieron lesiones graves: 22,4% de hombres, 17,2% de mujeres y 30,5% de los adolescentes. 37% de los casos requirieron hospitalización; la causa más frecuente fueron las heridas con objetos cortantes (46,8%). Si se discriminan los datos por sexo, la mayoría de los hombres que sufrieron lesiones y traumatismos fueron heridos con objetos cortantes, mientras que la mayoría de las mujeres recibieron golpes dados por una o más personas. En cuanto a los adolescentes, la mayoría recibió disparos de armas de fuego. El estudio también señala que 40% de los reclusos aseguraron que hay “barreras para la atención de urgencia”; un tercio de ellos “las vinculó al personal de custodia”.

El antecedente de haber sufrido o sufrir violencia sexual (violación o abuso sexual) en reclusión fue reportado por 1,3%, que representa 130 personas. Fue mucho más frecuente en mujeres (6,6%) y en menores de 19 años (2,6%).

Salud bucal

34% de los reclusos tienen menos de 20 dientes naturales; la décima parte de la población penitenciaria tiene menos de diez dientes naturales. La problemática afecta más a las mujeres y comienza a expresarse antes de los 19 años. 38,1% de las personas presas (3.690) manifestaron haber tenido síntomas bucodentales de dolor o algún tipo de malestar.

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