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Sergio Botana. Foto: Sandro Pereyra (archivo, abril de 2014)

La pasta que se viene

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Previsiones, desilusiones y advertencias por la futura planta de UPM, que aterrizará en el centro del país.

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La locación de la segunda planta de UPM, anunciada ayer por el presidente Tabaré Vázquez, ya tuvo sus primeras repercusiones. Aunque todavía resta definir la ubicación exacta de la futura pastera, la divulgación de la zona en que se construirá provocó sonrisas y también algunas desilusiones.

De los tres departamentos que podían estar implicados en el emprendimiento, uno quedó totalmente descartado: Cerro Largo. Si bien resta saber de qué lado del río Negro se instalará la pastera, las autoridades departamentales de Durazno y Tacuarembó saben que el proyecto tendrá una influencia importante en las poblaciones de las dos orillas. La planta, según dijo Vázquez ayer, estará “en un punto en un radio de 25 kilómetros con centro en el cruce del río Negro y la ruta 5”.

“Sea del lado de Durazno o del lado de Tacuarembó, el emprendimiento va a tener un impacto de una enorme dimensión en el centro del país”, dijo ayer a Radio Uruguay el intendente de Tacuarembó, Eber da Rosa. También el secretario general de la Intendencia de Durazno, Juan José Bruno, dijo a la diaria que, “kilómetros más aquí o más allá”, el proyecto tendrá una influencia importante en la zona.

La desilusión estuvo del lado arachán. El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, declaró a Radio Uruguay que la información que brindó Vázquez lo “desconcertó”. “El país se pierde la posibilidad de salvar una zona sumamente deprimida”, con una situación de “bajo empleo, poca infraestructura eléctrica, poca infraestructura en materia de comunicación vial, baja comunicación electrónica y pocas posibilidades de educación”. El jerarca aseguró que es necesario que el departamento tenga un rol más protagónico que el de “plantar árboles, después tirarlos y dejar los campos destrozados”.

En cambio, tanto en Durazno como en Tacuarembó se vive una gran expectativa; este último departamento es el que parece haber recibido los mensajes más concretos, según dio a entender ayer Da Rosa, quien dijo que ya ha tenido contacto con jerarcas del gobierno tanto como de UPM. “He conversado con el ministro de Economía, Danilo Astori, en varias oportunidades, y con el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, pero en forma muy reservada. Con Astori hay que jugar las cartas contra el pecho y no salir con mucha alharaca, para no manosear el tema, en parte porque los propios capitales finlandeses no tienen interés en que se esté haciendo olas y especulaciones, por el propio manejo que ellos tienen de la actividad empresarial”, sostuvo. El jerarca dijo que también mantuvo contacto con “gente de UPM” y que “ellos han anunciado la próxima visita a la ciudad de Tacuarembó”. En Durazno, en cambio, no parece haber tantas certezas. Según Bruno, el intendente departamental, el nacionalista Carmelo Vidalín, también ha tenido contactos con la empresa, pero estos fueron de carácter informal.

Bruno mencionó además otros aspectos que a nivel departamental ambas comunas deberán tener en cuenta y de los que ya han conversado, como una “estrategia de obra y posobra”: “Por un lado, hay que ver cómo captar la mayor cantidad de mano de obra posible en la obra; pero también es necesario pensar en el impacto social que generará la posobra, porque la empresa quedará con una determinada cantidad de gente trabajando, pero muchos otros culminarán sus tareas. Hay que ver qué estrategias podemos emplear para que esa gente no quede en banda, sin trabajo, en una comunidad que no está acostumbrada a tener tanta desocupación, lo que generaría otras lógicas sociales”.

Otro tema que preocupa a las autoridades locales es el estado de la infraestructura vial de la zona. “El eje de la ruta 5 hoy está sobresaturado”, dijo Bruno, quien explicó que casi todo el tráfico del este de Durazno, Tacuarembó y Rivera se vuelca hacia esta vía. Ayer también también se refirió a esta ruta el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, quien dijo que había obras previstas con anterioridad. Aseguró que se está avanzando en planes de ensanche y refuerzo de los siete puentes de esa carretera, que se prepara para resistir una creciente movilidad de camiones pesados. Las obras fueron adjudicadas a la empresa Saceem. El jerarca también sostuvo que para “facilitar la instalación de la nueva planta” se va a recurrir a “todos los modos de inversión posibles”, aunque “el instrumento de la participación privada no es el más acorde”.

Voces contrarias

Pero aunque la nueva inversión de UPM cuenta con un amplio respaldo del sistema político, ya hay varias organizaciones sociales que están manifestando sus diferencias. Desde Gualeguaychú, el activista argentino José Pouler dijo a Montevideo Portal que volver a cortar los puentes entre Argentina y Uruguay “es una posibilidad que siempre estuvo” a consideración de las organizaciones medioambientales de la vecina orilla, que entienden que los efluentes del río Negro van a ir a parar, en última instancia, al río Uruguay.

En tanto, María Selva Ortiz, de la Red Amigos de la Tierra, advirtió que el río Negro ya tiene una contaminación de fósforo bastante alta en esa zona, y que el área del lago del Rincón del Bonete se encuentra “comprometida”. “El río Negro, que no tiene el caudal del río Uruguay, no puede soportar los efluentes de una planta de celulosa, y menos de una de estas características”. La activista ambiental también dijo que la cuenca del río Negro “es una de las más forestadas, y esto ocurre en las nacientes”. “Que no vamos a ser escuchados y que no nos van a tener en cuenta, ya lo sabemos. El tema ambiental no ha entrado nunca en el debate, y de cómo el río va a absorber los efluentes de esta planta no se habló mucho. No sé a quién están consultando, académicamente, respecto de la ubicación de la planta”, cuestionó.

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