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Nada claro

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Hoy, a las 9.00, los docentes del liceo 1º de Barros Blancos comienzan la ocupación que la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) del barrio había anunciado el lunes. “No se puede trabajar y estudiar en estas condiciones”, dice el comunicado que enviaron los docentes, motivados por “situaciones de violencia [...] producto del hacinamiento y la falta de personal especializado”. Según afirman, hay un sólo psicólogo para los 1.400 alumnos del liceo. “Muchos estudiantes se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad psicológica y social”, agrega el comunicado.

En diálogo con la diaria, el docente Gonzalo Curuchaga dijo que “no hubo ningún contacto concreto” por parte del Consejo de Educación Secundaria (CES) ante los reclamos que vienen haciendo desde junio. Sí recibieron una nota de la inspectora regional, que les informa que no habría posibilidades de agregar un cargo de psicólogo o asistente social hasta 2017 e incluye una oferta de charlas con los docentes y capacitación que “no es nada clara”.

Los profesores demandan que se construya un tercer liceo en la ciudad, ya que entre el 1º y el 2º no logran brindar una oferta adecuada a los 5.000 jóvenes en edad de estudiar. “El 1º es un macroliceo de 1.400 alumnos”, cuenta Curuchaga; “Hay alrededor de 43 grupos, y eso genera un manejo complejo por parte del personal. Se calcula que un docente puede trabajar con 25 y hay grupos de 45. Este año se ha logrado bajar el número, pero dejando gente afuera, que termina yendo al liceo de Pando”. La ocupación será acompañada por una asamblea para resolver nuevos pasos a seguir.

Los parches

También hoy, los trabajadores de la UTU de Santa Catalina ocuparán el local y realizarán una asamblea para evaluar un plan de acción con “ocupaciones sistemáticas y denuncias sobre una situación ya insostenible”. Los reclamos son por falta de adscriptos y de servicios como la portería; según los trabajadores, las autoridades prometieron incorporar pasantes para cubrir cargos de gestión, pero estos no llegaron. Desde hoy, comunicaron desde el núcleo de base, habrá tres adscriptos para 470 alumnos, más uno que se quedará “haciendo de parche” por un mes. La escuela, según opinan los empleados, “funciona a costillas de la salud de nuestros compañeros, que se enferman, que piden traslado, que renuncian”, con materiales que faltan y con “un edificio que a menos de dos años de estrenado se llueve” y “con salones que se han inundado”.

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