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Bulevar Artigas y Canelones, ayer a las 16.30. Foto: Pablo Vignali

Desatormentándonos

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Así como lo había sido en buena parte de 2016, en apenas tres días de 2017 el clima volvió a ser protagonista de la agenda mediática. La diferencia fue que esta vez las afectadas no fueron Dolores, San Carlos o Melo, sino la capital y su zona metropolitana, y aunque no hubo muertos, se registraron 17 personas heridas, una de ellas, un niño de 12 años, de gravedad, debido a una explosión de vidrios ocurrida en Malvín Norte.

Árboles caídos, calles cerradas, autos destrozados, cables descolgados y vidrieras hechas añicos eran una constante ayer en las calles de Montevideo. El evento meteorológico no fue un tornado ni tuvo nada que ver con un temblor, como aquel tímido sismo que aconteció el 23 de noviembre en la capital y algunas zonas de Canelones. En cambio, tuvo la forma de una corriente o sistema organizado de tormentas que impactó, con actividad eléctrica, en la zona este del país, en la que estaba pronosticada una advertencia naranja, explicó la directora del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), Madeleine Renom, en una conferencia de prensa que brindó en la tarde de ayer. El momento más intenso y destructivo duró cerca de 15 minutos.

Como ya ha ocurrido con otros eventos climáticos, el Inumet volvió a estar (paradójicamente) en el ojo de la tormenta. Las críticas llovieron, y no faltaron los pedidos de renuncia de Renom. El senador colorado José Amorín Batlle escribió en Twitter: “‘Inumet dice que llueve y hay viento’. Alertas deben ser únicas y estatales. ¿Podemos pedir que sean antes de que suceda? Equipos y personal ya”. Lo mismo hizo el diputado nacionalista Jorge Gandini: “Directora de Inumet se justificó ‘en alerta hubo error humano’. En ciertos lugares el error humano es inexcusable. Atención Juan Andrés Roballo”, escribió, mencionando al prosecretario de Presidencia.

De hecho, la propia Renom admitió, durante la conferencia de prensa, que hubo “cierto error” cuando al mediodía se actualizó la advertencia amarilla para la capital, ya que debió colocarse una advertencia naranja. “Salió a las 12.10 una actualización en amarillo, pero era naranja. Errores humanos. No más que eso”. La jerarca explicó que “ya se tenía conversado que [la alerta] iba a ser naranja”, y que el error se extendió diez minutos. No obstante, defendió la decisión de que en un principio se haya asignado una alerta amarilla y no una roja. “Es lo mismo que pasó en San Carlos. Localmente o puntualmente podés tener tormentas intensas o corrientes descendentes muy intensas. Fue lo que pasó en Montevideo en la zona costera, pero no en todo Montevideo: en el Prado no hubo registros de ningún viento fuerte. Eso está dentro de la alerta amarilla”. Luego explicó que “no se puede declarar una alerta roja para Ciudad Vieja, Carrasco y la zona costera”. Además, argumentó que la intensidad concreta de estos fenómenos “no tiene predictibilidad”, y “es imposible hacer un pronóstico”. Según la cuenta de Twitter de la empresa Katoen Natie, accionista mayoritaria de Terminal Cuenca del Plata, la operadora de la playa de contenedores de Montevideo, sobre las 13.15 hubo en sus instalaciones ráfagas de viento que alcanzaron los 166 kilómetros por hora e incluso tiraron “las columnas y los contenedores en el sector [de la] escollera”.

En medio de las críticas al Inumet, la empresa de consultoría y previsión de tiempo y clima Metsul, con base en Porto Alegre, respaldó la actuación del organismo público uruguayo mediante su cuenta de Twitter: “1) el fenómeno que afectó a Montevideo fue una ráfaga descendente (viento abajo). Análisis de Inumet sobre el fenómeno es CORRECTO”. La empresa norteña agregó que “no hay ninguna manera de advertir” este tipo de evento climático “con antelación”. El pronóstico de Inumet, dijo Metsul, era “puntualmente intensas tormentas. CORRECTO! Se confirmó!”.

Sobre la tarde de ayer, los recaudos mayores se trasladaron al centro del país. Cuando el clima en la capital se apaciguó, se declaró la alerta roja en seis departamentos de la zona del litoral y centro del país: Paysandú, Río Negro, Soriano, Flores, Durazno y Tacuarembó. El Poder Ejecutivo emitió una resolución, firmada por Roballo, en la que advertía de “tormentas severas”, “granizo” y “actividad eléctrica” en esos departamentos, además de vientos sostenidos de 120 km por hora. Ayer a las 19.56, el Inumet emitió un nuevo informe en el que volvió a ubicar a Montevideo en alerta naranja, con “actividad eléctrica”, “precipitaciones puntualmente abundantes” y “rachas de viento fuertes (de 75 a 120 km por hora), ocasionalmente superiores”.

Daños varios

En el centro del país no hubo mayores complicaciones, pero tal como había dicho Renom en la conferencia de prensa, la zona costera fue la más afectada por la tormenta, especialmente los departamentos de Canelones, Rocha y Montevideo. El informe del Sistema Nacional de Emergencias confirma que en Canelones hubo más de 100 llamadas por problemas de drenaje, especialmente en Ciudad de la Costa, Las Piedras, Canelones y La Paz. En tanto, en Rocha alrededor de 60 viviendas sufrieron distintos tipos de daños. “Hay familias que en 30 segundos perdieron el trabajo de una vida, y eso es doloroso”, dijo a Canal 12 el intendente de ese departamento, Aníbal Pereyra.

En la capital, los municipios más afectados fueron el B, el E y el Ch, dijo a la diaria Jorge Cuello, responsable del Centro Coordinador de Emergencias Departamentales de Montevideo. El jerarca transmitió que la Intendencia de Montevideo recibió más de 200 denuncias por caídas de árboles, una cifra similar a las que llegaron a la Dirección Nacional de Bomberos (DNB), pero explicó que la suma de ambas no sería correcta, porque es probable que algunas casos se repitan en uno y otro organismo. El alcalde del Municipio Ch, Andrés Abt, comentó que en su territorio siempre se preparan “cuadrillas” para trabajar ante una situación de alerta climática, pero en este caso se vieron desbordados por tanta actividad. “Me avisaron en el municipio que hay unos 800 reclamos de toda índole”, ilustró. El trabajo en este nivel, explicó, lo hacen unos 15 funcionarios. Otros barrios también sufrieron destrozos. Cuello mencionó, entre otros daños, las múltiples vidrieras rotas en Ciudad Vieja, y que debió ser evacuada la sede de la Dirección General Impositiva, en el barrio Cordón, luego de que estallaran los vidrios de dos de los pisos del edificio.

Tras la tormenta que azotó al sur del país sobre el mediodía, el Centro de Comando Unificado 911 informó que promediando la tarde se había recibido un total de 1.206 reclamos. De ese total, 295 fueron derivados a la DNB. La mayoría se debió a voladuras de techos, caída de árboles y caídas de cables del tendido eléctrico. Pero en el norte también hubo consecuencias, al punto de que cinco personas -un mayor y cuatro menores- debieron ser evacuadas en Paysandú.

Capítulo aparte merecieron los cortes de energía eléctrica que ocasionó la tormenta. “Los fuertes vientos que se han registrado sobre el mediodía de hoy han producido desperfectos en las redes de distribución de energía y también la ocurrencia de caídas de cables del tendido eléctrico, con el riesgo que ello implica”, señaló ayer un comunicado de UTE, que informaba que sobre las 14.00 de ayer había 39.500 clientes afectados, “mayoritariamente ubicados en las zonas sur y litoral del país, en los departamentos de Paysandú, San José, Florida, Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha y Lavalleja, donde las consecuencias del fenómeno han sido más severas”. Los problemas más graves en este sentido se produjeron en Rocha, donde 9,5% de los clientes sufrieron interrupciones en su servicio.

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