El sábado y el domingo se llevó a cabo el 35º Congreso Ordinario de la Juventud Socialista del Uruguay (JSU), en La Huella de Seregni. Al cierre de esta edición estaban votando a los 23 integrantes de la Dirección Nacional del sector, que más adelante elegirá al secretario general, cargo que hasta ayer ocupaba Gustavo Beloqui, quien señaló a la diaria que están enfocados en construir una Dirección Nacional “fuerte y unida” y que desplazaron el debate de nombres para después del congreso, porque eso “mina la discusión” en torno a otros temas. “El congreso estuvo bien. Fue ordenado y fraterno; más allá de que los socialistas en general somos bastante discutidores y apasionados, siempre buscamos cuidar los vínculos humanos y la fraternidad entre los compañeros”, dijo Beloqui.
El saliente secretario general de la JSU indicó que en el congreso se discutieron temas diversos como, por ejemplo, la migración. Subrayó que “a todos los latinoamericanos que están viniendo a vivir al país tenemos que recibirlos de brazos abiertos”. “Somos totalmente contrarios a cualquier tipo de discriminación. Si esa gente ve en el país una esperanza de vida, es nuestra responsabilidad hacerles un lugar”, dijo Beloqui, y agregó que otro de los temas tratados fue la “segunda reforma de la salud”, para intentar, poco a poco, “desplazar las leyes muy fuertes de mercado, porque la salud no es una mercancía”.
En la declaración final del congreso hicieron un repaso de las reflexiones sobre “los principales temas de interés de Uruguay, la región y el mundo”. Advirtieron que “con caras y palabras nuevas” están retornando las concepciones “dominantes, que marcan la cancha rumbo al individualismo, la voluntad y el esfuerzo como único diferencial entre las personas”, y señalaron como ejemplo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su discurso “fascista, misógino y racista”, la victoria del brexit en Inglaterra y “el avance significativo de la ultraderecha” en Europa, con el ejemplo de la caída electoral de la socialdemocracia en Alemania y Francia. Todo esto, a juicio de la JSU, deja en evidencia que “aquella hegemonía cultural, a la que como izquierda nos hemos rebelado durante años, vuelve a encontrar voz”.
“A pesar de los avances de resacas neoliberales que trae el usurpador de Temer o el frívolo empresario Mauricio Macri, que recortan derechos a diestra y siniestra para dinamizar sus estancadas economías, mientras en ambos gobiernos se discute la baja de la edad [de imputabilidad] penal, nuestra América Latina no se ha rendido”, indicaron en la declaración final, y subrayaron que “en las calles se proyectan multitudinarias manifestaciones en búsqueda de una democracia tanto política como económica” y “las luchas populares por el reconocimiento de los derechos humanos siguen latiendo en tierras latinoamericanas”. “Se hace visible la indignación ante las injusticias y ante la pérdida del valor de la vida. Las reivindicaciones de los pueblos originarios, de las y los estudiantes, la clase obrera y el surgimiento de un poderoso movimiento feminista, son procesos que debemos continuar integrando a nuestra lucha”.
Más adelante subrayaron que en Uruguay los gobiernos del Frente Amplio lograron construir una “situación privilegiada”, a pesar de las realidades de los países vecinos, y que hoy contamos con tasas de desarrollo económico antes “nunca alcanzadas”. También resaltaron que la agenda de derechos del país es “de vanguardia”; no obstante, “tiene aún mucho por fortalecerse y expandirse”. “Un movimiento social que logra unirse bajo banderas comunes, que sale a la calle con una sola voz; un movimiento obrero único y diverso; un movimiento estudiantil como siempre vigente; y una movilización feminista muy potente. Nuestra cultura política es nuestra arma más importante frente a los golpes conservadores, y es a esos movimientos que debemos apoyar, fortalecer y sobre todo cuidar como partido político”, señalaron desde la JSU.
Por último, subrayaron que “mientras algunos señores oxidados que se conservan en vinagre gustan decir que la política y la juventud son polos que se repelen”, “la realidad” muestra que los jóvenes uruguayos participan “activamente de la vida política de nuestro país”, como lo demuestran las movilizaciones callejeras “que a lo largo y ancho de nuestro territorio aglomeran a jóvenes bajo distintas banderas”. “Creemos que es positivo el recambio generacional de los cuadros de izquierda, no como un fin en sí mismo, sino como parte del proceso de avance del proyecto hacia nuevos objetivos. Los nuevos horizontes traerán nuevos liderazgos; así, el proyecto de izquierda será sustentable en el tiempo”.