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2016 vio surgir en Uruguay una de las experiencias de economía social más interesantes de los últimos años: el Mercado Popular de Subsistencia (MPS). La idea en sí no es del todo novedosa. Pero su rápido desarrollo y algunas características específicas llaman la atención.

La primera cooperativa que se registra en la historia fue una cooperativa de consumo creada en Rochdale, Inglaterra, en 1844. El objetivo era sencillo. Organizar a un grupo de consumidores, de modo de eliminar la intermediación de algunos comerciantes y, de este modo, acceder a productos más baratos. Este modelo se ha expandido de manera exitosa en varios países (como en Italia o España). Sin embargo, ese no es el caso de Uruguay. Las cooperativas de consumo uruguayas han creado estructuras de gestión bien pagas que, por una cuestión de costos, les impiden ofrecer productos a precios menores que los que se pueden encontrar en cualquier almacén o supermercado.

Esta intención originaria ha sido recuperada por el MPS. El MPS es una organización social con una estructura territorial, en la que diferentes hogares de una misma zona se juntan para hacer un pedido mensual de una lista de más de 100 productos. En esa lista es posible encontrar los alimentos y productos de limpieza más comunes que consumen los hogares uruguayos. El MPS ha priorizado la incorporación en la lista de productos ofrecidos por cooperativas u otras organizaciones asociativas como, por ejemplo, la harina de la Cooperativa Molino Santa Rosa o los refrescos de Cofuesa (Cooperativa Fuente Salto, ex Urreta).

Hoy en día, los productos son entregados por los propios productores o distribuidores mayoristas en el local del Sindicato de FUNSA. Allí se arman los pedidos, que son enviados mensualmente a un punto de recogida por barrio, a donde los miembros de los hogares tienen que ir a buscarlos. Para que dicho proceso no genere costos adicionales, el armado de los pedidos se hace con el trabajo de los propios miembros. Cada grupo barrial tiene que enviar mensualmente a un colaborador para el armado de los pedidos. En un grupo zonal que distribuya dicha tarea equitativamente, a cada persona debería tocarle ir a armar los pedidos menos de una vez al año.

Antes de cumplir su segundo año, el MPS ya nuclea a más de 400 hogares en 28 barrios del Área Metropolitana de Montevideo (por lo que podemos suponer, son más de 1.000 personas) que acceden a los productos del listado a precios más baratos que los que se encuentran en los supermercados de las grandes cadenas. Entre 5% y 15% más baratos, en el caso de las marcas blancas, y entre 20% y 40%, en el caso de varias marcas conocidas (el mismo producto, la misma marca y la misma presentación).

En cuanto a su estructura política, el MPS se gestiona de manera democrática, si bien aún no tiene una estructura formal totalmente definida. Las decisiones se toman en una asamblea en la que cada grupo zonal tiene un voto, mientras que la organización del trabajo se hace por medio de diferentes comisiones.

El MPS ha sabido también aprovechar algunas nuevas tecnologías. El contacto para sumarse a la organización se puede realizar por medio del sito de Facebook del MPS o por correo electrónico (mercadopopularbja@ gmail.com). La realización de los pedidos de los hogares puede hacerse online y el pago anticipado, mediante una transferencia bancaria. Actualmente se encuentran trabajando en el desarrollo de un sitio web (y una aplicación para celulares) que permita un mejor registro de miembros, realización de pedidos y pagos con tarjeta. A su vez, la expansión de la telefonía celular y las políticas de inclusión financiera van a permitir que más hogares puedan optar por esta vía. Sin embargo, cada grupo zonal decide si organiza los pedidos de manera digital o manual.

Por último, el MPS está haciendo las gestiones para que los usuarios de la Tarjeta Uruguay Social (TUS) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) puedan también comprar por este sistema. Como es sabido, la TUS es otorgada por el Mides a los hogares de ingresos más bajos en Uruguay. Sin embargo, debido a las políticas de promoción de precios de las empresas o a los mayores precios que suelen pagarse al comprar pequeñas cantidades, estos hogares muchas veces sólo acceden a opciones de compra que son más caras que aquellas a las que acceden hogares de mayores ingresos. El MPS es una muy buena oportunidad para atenuar este problema.

Desde el punto de vista organizativo, el MPS es un interesante ejemplo de economía social, en el que una parte de la sociedad civil se organiza para realizar una actividad, proveer un servicio y reemplazar al mercado.

El MPS no es una cooperativa de consumo, pero en Uruguay no hay nada más cercano a lo que buscaba la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale.

Una versión previa de esta nota fue publicada en Razones y personas.

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