Hemos arribado a un momento de la historia de la humanidad en el que cualquier cosa puede ser un artificio, cualquier cosa puede ser un robot, una máquina, un algoritmo, millones de algoritmos. Sin darnos cuenta, podemos estar entablando comunicación, apasionándonos, discutiendo, tirándonos de los pelos, con cosas que no tienen sentimientos (con todo respeto por los algoritmos y los robots, a los que les mando un corazoncito).
A usted: ¿le da miedo esta situación?, ¿le ocasiona algún tipo de rechazo? Sea sincero, ¿usted es de los que no piensan dejarse llevar por este tren bala repleto de novedades tecnológicas? ¿Usted es de los fervientes defensores de las cosas simples y naturales? Y sea un poco más sincero: ¿no me diga que no le había pasado ya con el movicom y la internet, y ahora tiene un smartphone e ingresa a la red de redes para saciar sus más diversas necesidades? Pucha, lo cacharon. En el siglo XIX, nuestros tatarabuelos naturalistas también expresaban absoluto repudio por el advenimiento del ferrocarril, porque lo consideraban un arma del diablo que venía a insensibilizarnos, y ahora vea, en Uruguay estamos tratando de que vuelva a peinar nuestras oxidadas vías.
En la pasada edición de esta columna (que arriba dice que es de humor para ocultar que es de ensayos científico-académicos) les compartíamos algunas de las aplicaciones tecnológicas que estarán exhibiéndose más temprano que tarde en las vidrieras de las empresas informáticas que ejercen funciones en nuestro país. Y allí aguardarán, como novia en el altar, a ser descargadas y accionadas por todos los ardientes hinchas de estas simplificadoras de la vida, y por los que vienen detrás haciéndose los que no les gusta nada esto, pero pegan dos vueltitas, como perro en la cucha, y también caen.
Aquí van algunas otras herramientas virtuales novedosas:
Amigos son los que siempre están conectados GoFriends es una aplicación ideal para aquellos cuarentones que están viviendo la situación de que sus amigos de la juventud están todos casados o energéticamente demasiado disminuidos como para una salida nocturna. Con GoFriends podés rastrear grupos de amigos cerca de tu ubicación y con diversos propósitos (levantar minas/machos, emborracharse hasta llorar abrazados y terminar entre vómitos y “te quiero mucho”, llamar a tu ex a las cuatro de la madrugada, terminar presos, un simple asado...).
Yo no sé si a tu perro le gusta chatear Nuestros mejores amigos no podían quedarse fuera de esta ola de oportunidades virtuales. Una nueva red social los atiende a ellos y les da la posibilidad de chatear con otros perros, no sólo de su cuadra, sino de cualquier rincón del mundo. La red viene con una cucha provista de una conexión inalámbrica, un teclado con tres teclas (guau, guau-guau y un emoticón “lengua afuera”) y un mouse (este dispositivo no es apto para gatos).
¿Cómo ganar una elección? Otra aplicación para nostálgicos: en este caso, para viejos dirigentes políticos acostumbrados a tener militantes que coreaban su nombre en los comités. DEMOCRACIAPP-ERFECTA es un videojuego que consiste en darle apertura y llevar adelante un comité de base. Armás tu perfil a partir de características de los dirigentes políticos más renombrados del mundo, podés dar discursos y hacer que los militantes te aplaudan a rabiar, que pinten pancartas y salgan a grafitear muros, cobrarles afiliación, que te hagan notas en la radio y ¡hasta podés ganar la próxima elección todas las veces que quieras!
Godbook Es una aplicación para sacerdotes, muy útil en el confesionario, y además, Padre, con ella en tu celular, podrás corroborar, a la hora del sí, si realmente esos dos van a estar casados para siempre.
Explotify Es un software para ser utilizado por encargados de salas de teatro y cine: luego de dar la advertencia de que apaguen sus celulares, la aplicación registra si hay algún celular que se activa durante el espectáculo, y si es así, se conecta con este y lo hace explotar en las manos de su dueño. La explosiva acción desconcentrará a actores y público, pero ese no te entra nunca más con el celular prendido a una sala de espectáculos.
Si desconfía de la verosimilitud de este artículo, sepa que, en realidad, fue escrito por una app que la diaria se ha mandado traer desde Silicon Valley. Como medio de prensa que pelea por imponerse en este mercado tan acotado, competitivo y absorbido por la tecnología, no podía jugársela a contratar, para esta columna tan necesaria, a un columnista con emociones inestables. Un peligro. ¡Ay del día que esté para descargar el Marx de los robots y las aplicaciones tecnológicas!