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Cámara de Diputados, ayer, durante el tratamiento de la ley de los cincuentones. / Foto: Federico Gutiérrez

Tensa sesión durante la votación del proyecto de cincuentones en la Cámara de Diputados

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“Hagamos el máximo esfuerzo para hacer de esta una sesión productiva y enriquecedora”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, José Carlos Mahía, al volver del cuarto intermedio en la sesión de ayer, en la que se discutía el célebre proyecto de ley de los cincuentones, y que terminó pasada la 1.00 de hoy. El motivo del pedido radicó en que en las primeras dos horas de intervenciones se dieron debates laterales y alusiones a alusiones. La sesión terminó durando más de 10 horas, y el proyecto fue aprobado con votos del Frente Amplio (FA), y de algunos legisladores blancos y colorados.

Alejandro Sánchez, diputado del FA, dio el puntapié inicial. Subrayó que su partido trae la “mejor solución posible” a un problema que generó la Ley 16.713, que creó las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), en 1995. Agregó que el proyecto tiene costos fiscales “que es posible asumir por el Estado uruguayo”, y destacó que mientras en el Parlamento de Uruguay se debate sobre aumentar jubilaciones, en Argentina “se discute lo contrario”. Más adelante, Sánchez enfatizó que la importancia del proyecto se ve en los bolsillos de los cincuentones: implicará un aumento de 20% en las prestaciones jubilatorias. Además, destacó la incorporación de la regulación de las comisiones (que no podrán superar en más de 50% a la comisión menor).

Sánchez señaló que el proyecto original tenía un costo máximo de 3.600 millones de dólares, que se calculó en el “peor escenario de todos, aunque no tiene probabilidad de suceder”, y acotó que ese gasto se haría en el transcurso de 48 años, un período en el que “cualquier cifra siempre va a ser elevada”. Explicó que, luego de hechas las modificaciones, el proyecto costaría 35% menos en la “peor hipótesis posible”, a saber, que el rendimiento del fondo previsional fuera de una tasa de 0,5% y que todos los cincuentones se jubilen a los 63 años. “Si deciden jubilarse después de los 65 años, implica que los costos del proyecto terminan disminuyendo por el simple hecho de que han aportado más años”, sostuvo Sánchez.

En tanto, Jaime Trobo, del Partido Nacional (PN), que adelantó que no votaría el proyecto, sacó a relucir que el problema de los cincuentones “fue advertido” por el PN en 2013, y que en las elecciones 2014 formó parte de su programa de gobierno. Acto seguido, levantó un ejemplar de la propuesta programática del FA y dijo que en ese texto no hay “ni una palabra sobre la situación de los cincuentones”. Agregó que el proyecto del FA no es una solución al problema de los cincuentones, sino “a un problema político” del partido de gobierno. Luego dijo que, mediante “una técnica ideada por la mitad del siglo pasado en Alemania”, se repite el “sonsonete” de que el problema “es culpa de la insensibilidad” de los que llevaron adelante la ley de 1995. Después citó palabras del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, en una entrevista con el diario El País, que fue publicada el miércoles: “Si el país no hace una profunda reforma de su seguridad social, va a tener serios problemas en el futuro”. Trobo destacó que Astori dijo eso ayer, y no en 1995.

Sánchez pidió la palabra para retrucar a Trobo y señaló que el diputado blanco “lee a Danilo Astori pero no lo entiende”, y “ese es su problema”. “Sigan leyendo a Astori, pero antes traten de entenderlo”, aconsejó el diputado oficialista, que señaló que la solución en el programa de PN llegó “21 años tarde”.

En tanto, el diputado del Partido Colorado (PC) –la mayoría de cuyos representantes planeaba votar a favor del proyecto en general– Conrado Rodríguez señaló que la reforma de 1995 era “inexorable e ineludible”, ya que todos los que estudiaban los números del Banco de Previsión Social decían que si no se hacía, “el sistema iba a la quiebra”. Subrayó que fue el primer legislador en presentar un proyecto para solucionar el problema de los cincuentones, en diciembre de 2015, y luego una “solución global”, en marzo de 2016. Señaló que en los corredores del Palacio Legislativo sus pares le decían “qué bueno tu proyecto de ley”, pero “nadie quería reconocerle algo a un legislador de PC”. Por último, indicó que la opción para cambiar de sistema tiene que darse al final del camino, cuando la persona se va a jubilar, y no como en el proyecto de FA, en el que “se obliga a decidir de forma anticipada”, en un escalonamiento. “Una persona que tiene 51 años, a los 54, va a tomar una opción por los próximos diez años. Esto va a llevar a que muchos uruguayos vayan a desafiliarse de las AFAP por las dudas”, culminó.

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