Ingresá

¿El aumento de la desigualdad es inevitable?

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Europa era más desigual que Estados Unidos antes de las guerras mundiales; luego de la Primera y la Segunda Guerra hubo una gran reducción de la desigualdad, y a partir de los 80, un incremento, pero bastante menor que el de Estados Unidos en la misma época.

¿Cómo podemos explicar estas diferentes evoluciones de la desigualdad en diferentes partes del mundo? Una explicación que escuchamos entre los economistas estadounidenses es que esto también es consecuencia de la globalización, básicamente porque la globalización, en décadas recientes, con la competencia que viene de China y los países emergentes, presiona sobre el mercado laboral en los países desarrollados, perjudica los salarios de los trabajadores y genera desigualdad. Nos dicen que no hay nada que podamos hacer contra esto, porque la globalización es buena para los países, y que no deberíamos preocuparnos. No creo que esto sea completamente equivocado. Por supuesto que la globalización juega un rol, pero el problema con esta explicación es que la globalización sucede en todos los países, y no en todos ellos existe el mismo nivel de desigualdad. Esto pasa porque esos países tienen diferentes instituciones, diferentes sistemas educativos, sociales, tributarios. Por lo tanto, si queremos explicar por qué la desigualdad ha aumentado tanto, por ejemplo en Estados Unidos, tenemos que considerar una mezcla de razones: la globalización, sí, pero también es importante, por ejemplo, el acceso inequitativo a la adquisición de capacidades, el sistema impositivo. La desigualdad se redujo en el siglo XX básicamente por las guerras mundiales y por un aumento progresivo de la tributación.

[...] En ocasiones hay una gran brecha entre el discurso oficial de la meritocracia y lo que realmente sucede. A veces nos cuentan cuentos de hadas. Las elites en todos los países tienen mucha imaginación para justificar la desigualdad. Lo importante es que exista transparencia en la información para determinar cómo las políticas públicas inciden en la desigualdad en el largo plazo.

[...] La desigualdad en países como Sudáfrica se explica en gran parte por la discriminación racial. Y no hubo redistribución luego del fin del apartheid. En el Medio Oriente hay una gran desigualdad debida a la distribución territorial de los recursos petroleros. La desigualdad moderna es una mezcla de todo eso. En particular, en Occidente, si se escucha a los ganadores del sistema, te hacen cuentos de hadas acerca de que la desigualdad moderna sólo es una cuestión de meritocracia, y no tiene nada que ver con la desigualdad del pasado. Pero si miramos la historia, no funciona así. Tenemos una combinación de factores: la discriminación racial juega un rol importante todavía, la concentración de los recursos petroleros puede tener un gran efecto.

La historia de la desigualdad es profundamente política. Y no hay soluciones ideales. Se trata de implementar una combinación de políticas: impuestos progresivos, educación, una economía democrática.

Fragmento de una conferencia dictada en Sidney Opera House, Australia, en octubre de 2016.

Si se considera la evolución a largo plazo de la desigualdad en materia de ingresos, se observa el fuerte impacto que tuvieron shocks como la Primera y la Segunda Guerra Mundial en la reducción de la desigualdad. Se observa que los determinantes políticos de la desigualdad son más importantes que los económicos. Por determinantes políticos entiendo, por ejemplo, las guerras, pero también la transformación de las políticas sociales, el sistema tributario, el sistema educativo, que a su vez están influenciados por estos shocks del siglo XX y por los procesos políticos y las ideologías.

Thomas Piketty Fragmento de una conferencia dictada en Sidney Opera House, Australia, en octubre de 2016.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura