Ingresá

Karima Mohammed, ayer, en la plaza Independencia. Foto: Pablo Vignali

Más refugiados sirios piden irse de Uruguay

4 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Karima al Mohammed es madre de cinco hijos: dos mayores y tres menores de 18 años. Los seis llegaron a Uruguay mediante el Programa de Reasentamiento de Personas Sirias en Uruguay, impulsado durante el gobierno de José Mujica. La hija mayor, Haisha, de 19 años, es paciente oncológica. Hace unos siete meses le surgió una inflamación en el rostro que derivó en una alteración en uno de sus ojos. Después de un mes le diagnosticaron un tumor en el cerebro. Hoy es tratada en el área de oncología infantil del hospital Pereira Rossell por el equipo de la Fundación Pérez Scremini, dirigida por el doctor Luis Alberto Ney Castillo. Karima, Haisha y el resto de la familia viven en Montevideo, en un apartamento ubicado en la calle 8 de Octubre, otorgado y subvencionado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

Desde el lunes otra familia de refugiados sirios, residentes en Salto, acampa en la plaza Independencia reclamando irse de Uruguay; a ellos, el martes, se sumó Karima con sus hijos y con el mismo pedido. En un comunicado emitido el miércoles, la Secretaría de Derechos Humanos (SDH) de Presidencia asegura que “se siente muy cercana a la situación de esta familia: una mujer sola, que expresa su desesperación como lo haría cualquier madre en similar contexto”. Dice que es el único núcleo familiar que, en su tercer año en el país, continuará recibiendo apoyo económico. “Durante el primer año del Programa, la familia recibió 56.000 pesos por mes, acompañamiento técnico (para todos los aspectos de inserción social, sistema educativo, cobertura de salud), clases de español a demanda, servicio de intérprete y la vivienda. Durante el segundo año, pasó a percibir 35.000 pesos mensuales, manteniéndose todos los aspectos de apoyo sin modificar. En la actualidad, continúa percibiendo el mismo fondo, sin reducción alguna, al contrario del resto de las familias”. Con su hijo Audo (14 años) como intérprete, la diaria habló con Karima. La mujer confirmó que sigue recibiendo dinero pero aseguró que no le alcanza porque tienen “muchas facturas”; también tienen que pagar algunos de los medicamentos para Haisha, aunque parte de ellos se los brinda el hospital. Según Karima, el tratamiento no es el adecuado, y teme por la vida de su hija. “Si le pasa algo a Haisha, la culpa la tendrá el Programa. No sé qué voy a hacer”, dijo. La mujer relató que su hija acampó dos días (martes y miércoles) pero tuvo una reacción alérgica en el pie por una picadura; ahora la chica está internada.

Consultada sobre por qué están acampando, dijo que quieren salir del país para tratar a Haisha en otro sitio. “Nos gustaría ir a un lugar con más tratamiento médico, que le den más atención a la enfermedad, por ejemplo, Turquía, Líbano, Alemania o Canadá”, dijo.

El documento difundido por SDH asegura que “la madre jefa de hogar tuvo dos experiencias laborales que no pudo sostener. La hija mayor se encontraba trabajando cuando tuvo que cesar por tema de enfermedad. En cuanto a la tercera hija, que cumplió 18 años hace poco, concurre al liceo y es preparada en forma paralela a través del Área Laboral de INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay], para su primera experiencia laboral”. Según Karima, uno de los trabajos era cocinando comida árabe tres veces por semana con un sueldo de 70 pesos la hora, y después le ofrecieron barrer calles por 6.000 pesos al mes. No aceptó. De todas formas, desde la Secretaría señalan que después del diagnóstico, los médicos, por la gravedad de la enfermedad, recomendaron que Haisha no trabajara ni estudiara y que la madre la acompañara, sin trabajar. SDH dice que la joven cuenta con tres acompañantes terapéuticas que cubren turnos de 24 horas cuando es internada y que se le brindan medicamentos específicos “a demanda del cuerpo médico”.

Audo, quien tuvo varios intercambios de opinión con su madre al momento de servirle como traductor, dijo a la diaria que en la escuela los compañeros lo molestaban, pero ahora, que pasó al liceo, recibe mucho apoyo por parte de los profesores. Asiste al liceo 19, Ansina, ubicado en la calle 20 de Febrero.

Preguntas frecuentes

Junto con el comunicado del miércoles, la Secretaría de Derechos Humanos (SDH) de Presidencia difundió un texto en el que aclara preguntas. En primer lugar, explica que estas personas no pueden volver a Siria porque “nuestra Ley 18.076 del derecho al refugiado, en su artículo 13, expresa que toda autoridad pública se abstendrá de devolver, expulsar, extraditar o aplicar cualquier otra medida que implique el retorno del solicitante o refugiado a las fronteras del país donde su vida, integridad física, moral e intelectual, libertad o seguridad estén en peligro”, y lo mismo establecen las convenciones internacionales.

Sobre la residencia de los refugiados en otros países, dice que cuentan con el título de identidad y viaje que expide el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Sin embargo, Uruguay no es responsable de conseguir visas de terceros países porque es el país que recibe el que otorga o no el documento. Todos los refugiados tienen este documento uruguayo que les permite salir del país, pero es el tercer país el que tiene que conceder la visa y aceptarlos”. SDH afirma que en otras oportunidades intentó conseguir visas, pero las respuestas fueron negativas; “no es por Uruguay, sino porque hay cinco millones de sirios en esa situación”. Sobre los subsidios, dice que se había prometido un programa de dos años. “Se cumplió con lo que el país había pactado y como Estado decidimos que, dado que había situaciones heterogéneas, se debía extender un año más, y durante ese año reducir mes a mes, proporcionalmente, el ingreso a cada familia y el acompañamiento técnico. Se espera y se incita a las familias para que se manejen de manera cada vez más autónoma, con todo el apoyo del estado social que está atrás de cualquier habitante de este país, como ya vienen haciendo varias de las familias”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura