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Calle Reconquista, en la Ciudad Vieja. Foto: Iván Franco (archivo, febrero de 2017)

Ómnibus en Ciudad Vieja: autoridades informarán en “tres semanas o un mes” si saldrán por Reconquista o Buenos Aires

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Cerca de 80 personas concurrieron anoche a una reunión con el alcalde del Municipio B, Carlos Varela; el director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo (IM), Pablo Inthamoussu, y la directora de Espacios Públicos, Hábitat y Edificaciones de la IM, Patricia Roland. Eran vecinos y comerciantes de la Ciudad Vieja, interesados en saber si los ómnibus que salen del barrio volverán a circular por la calle Buenos Aires o seguirán haciéndolo por Reconquista. El recorrido habitual cambió el 26 de setiembre de 2016, cuando comenzaron las obras de repavimentación de Buenos Aires y la reconstrucción de sus veredas, incluyendo la ampliación de la acera sur, para evitar que los usuarios del transporte debieran esperar amontonados o parados en la calle; se proyectaban también nuevos refugios peatonales. Se anunció un tiempo estimado de obra de cuatro meses.

Siete meses después, las obras no sólo no han concluido, sino que están detenidas, reclamaron anoche los vecinos. Ocurre que en este tiempo la IM empezó a considerar la posibilidad de que los ómnibus circularan, definitivamente, por la calle Reconquista. Esa es la postura de buena parte de los vecinos de Buenos Aires, que en octubre, liberados temporalmente del estruendo que causan los ómnibus, comenzaron a reunirse y a juntar argumentos para pedirle a la IM que Buenos Aires quedara libre y cumpliendo una función de arteria. En febrero, en una nota de la diaria, Inthamoussu informó que ese pedido era de recibo, y que lo estudiarían. Por su parte, los vecinos de Reconquista, que ya estaban preocupados por el tránsito vehicular, se organizaron, desarrollaron sus argumentos y pidieron una reunión. La comunicación de la IM llegó en marzo: la reunión había sido agendada para abril.

La noche de ayer estaba fría, pero aun así la reunión duró más de dos horas. Las autoridades reiteraron que estaban pensando y estudiando las dos alternativas: Reconquista o Buenos Aires. Los vecinos les pidieron que explicaran los motivos de una decisión u otra y por qué se daba el apartamiento del Plan de Revitalización de la Ciudad Vieja -en el que muchos de ellos han participado- y que, al igual que la obra, prevé como salida la calle Buenos Aires. Pero las autoridades se limitaron a decir que aquella era una reunión a la que concurrían a escuchar. Algunos pocos vecinos, enojados, se fueron.

Mediante la lectura de una carta, los de la calle Reconquista pidieron cumplir con el plan y reclamaron que la obra en la calle Buenos Aires implica una inversión de 1.500.000 dólares. Alegaron que Reconquista es “históricamente una calle residencial” y una de las más habitadas del barrio, cuya dinámica ha cambiado con el tráfico, no sólo por la mayor circulación, sino por la alta velocidad de los ómnibus, que superan los límites permitidos. Afirmaron que no respetar el plan favorece la especulación inmobiliaria, porque “sacar los ómnibus de la calle Buenos Aires está beneficiando a intereses económicos absolutamente ajenos al plan de la comunidad”. Reclamaron, además, que Reconquista no tiene veredas más anchas que Buenos Aires, como se dijo, y que no es cómoda para esperar el ómnibus, por los temporales del sur. También preguntaron si se volverá a invertir una gran suma de dinero para que Reconquista soporte el tránsito.

Juan Casares, habitante de la calle Buenos Aires, leyó una carta en nombre de su grupo. Citó un estudio que hicieron. Los ómnibus por Buenos Aires y Reconquista circulan normalmente con un ruido de 94 decibeles, que alcanza picos de 100 decibeles. Citaron que la Organización Mundial de la Salud considera que es nocivo soportar un ruido de más de 85 decibeles por más de dos horas. Agregó que la IM establece como límite de ruido permitido para automotores de más de 3,5 toneladas los 92 decibeles y, con eso, afirmó que “la mayoría del transporte actual” está fuera de las normas establecidas. Precisó que el impacto es mayor en Buenos Aires, porque la calle es más angosta y el ruido llega de forma más directa a las viviendas. Por otra parte, planteó que estudios de calidad del aire en ambas calles arrojaron que la calidad del aire es muy pobre, especialmente por la presencia de particulado sólido de pequeño tamaño, y que los resultados fueron menos nocivos en Reconquista, por la mayor circulación de aire de la costa. El otro gran argumento de los vecinos de la calle más al norte son las vibraciones del patrimonio edilicio, que según ellos es mayor que en Reconquista porque los edificios son más antiguos. El vecino pidió sustituir las 5.000 unidades diarias que circulan por Ciudad Vieja por un circuito con cuatro o cinco unidades eléctricas silenciosas y ágiles que funcionen las 24 horas. Estimó que podría circular por Buenos Aires o por Reconquista y, si fuera por esta última, pidieron cambiar la ciclovía a Buenos Aires para permitir el estacionamiento de vehículos en forma diagonal en la acera norte de Reconquista. Estaba enumerando los puntos que pedían, como prohibir el estacionamiento libre o tarifado en Buenos Aires y fijar horario para carga y descarga de mercadería, cuando fue a cambiar de página y el resto de los vecinos -sobre todo los de Reconquista- le pidieron que terminara de una vez, porque la carta era verdaderamente larga. A todo eso intermedió Inthamoussu, pidiendo calma y tratando de aquietar las aguas, pero fue peor. El jerarca aclaró que no había ninguna decisión tomada; reiteró que había un plan y “una pequeña modificación que surge a partir de otra modificación que se está estudiando”; repitió varias veces que se tenía que ir y que, si era necesario, tendrían tres, cuatro reuniones más, las que fueran necesarias.

Casares no retomó la palabra y se abrió la lista de oradores. No todos los vecinos habitaban una de las dos calles sobre las que se centra la polémica. Había también comerciantes de Buenos Aires: un carnicero dijo que las ventas desde octubre habían bajado 50%, pese a haber implementado otras estrategias de venta; que ya había enviado a seguro de paro a uno de los empleados y que no sabía si llegaba a fin de año. Otra mujer, que tiene un quiosco, transmitió la angustia de no saber qué pasará en unos pocos meses. Dijo que antes, entre las 16.00 y las 19.00 hacía 70% de sus ventas, y que compró el comercio con esa promesa, al igual que el resto. Los comerciantes de Buenos Aires apoyan el pedido de los residentes de Reconquista.

Muchas de las intervenciones dispararon contra el transporte, no sólo por la polución, sino por la saturación de algunas líneas que hacen el mismo recorrido y cuyos coches van uno tras otro, cada cinco minutos, y vacíos.

Sobre el final, Varela anunció que la decisión se tomaría con los insumos de los vecinos y los de los técnicos. Roland anunció que no había un plazo exacto para tomar la decisión, pero les adelantó que en tres semanas o un mes los estarían convocando nuevamente. Aclaró que el hecho de que los ómnibus circulen por una u otra calle “no cambia los postulados esenciales del plan”, que “optimiza cierto uso del transporte público” y “hace que la Ciudad Vieja sea más caminable, que las construcciones patrimoniales sean más protegidas; los argumentos básicamente estuvieron acá, no hay blancos y negros”, afirmó, y propuso verlos en la siguiente reunión.

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