Hace un par de meses informamos acerca de un acuerdo entre el sello Warner y el grupo de seis familiares del músico Prince involucrado en la sucesión de ese artista, por el cual la mayoría de sus canciones volvieron a estar disponibles mediante streaming en plataformas de las que él las había retirado, en el marco de largas e intrincadas disputas por el control de su obra. Esa movida, así como la próxima edición ampliada del disco Purple Rain (1984), el funcionamiento de un museo que cobra entrada en Paisley Park, Minneapolis, donde Prince vivía, ensayaba y grababa, y también los planes para realizar documentales, una película biográfica, musicales para Broadway y un espectáculo del Cirque du Soleil, son muestras del afán de los deudos por obtener dinero de un legado que, como el músico murió sin hacer testamento, se prevé que sufrirá grandes quitas impositivas.
De todos modos, las cuestiones legales están lejos de resolverse, y no está claro quién podrá disponer de la enorme cantidad de música inédita atesorada en Paisley Park. Lo que sí está claro es que los familiares no permitirán que, mientras ellos lidian con abogados, bancos, administradores transitorios y sellos discográficos, otros empiecen a lucrar con la obra del difunto.
Para el viernes de la semana pasada, en el primer aniversario de la muerte de Prince, se había anunciado el lanzamiento de un disco con seis canciones nunca antes editadas oficialmente, bajo el título de una de ellas, “Deliverance”, y ese tema llegó a estar disponible como adelanto para quienes reservaran el fonograma completo. El responsable de esa iniciativa fue el ingeniero de sonido Ian Boxill, que trabajó con Prince en 2006 y 2007, y que presumiblemente “se olvidó” de devolverle grabaciones de esa media docena de canciones, vaya uno a saber en qué estado de desarrollo. Pero antes de que apareciera el disco, los aspirantes a herederos interpusieron un recurso legal que frenó su lanzamiento y determinó el retiro de la canción “Deliverance” de las plataformas que lo ofrecían. Por supuesto, el tema ya estaba en poder de millones de personas y muchas de ellas lo pusieron en circulación “irregular” masiva).