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Tareas de reconstrucción en el centro de Dolores, a un mes del tornado que arrasó gran parte de la ciudad. Foto: Santiago Mazzarovich (archivo, mayo de 2016).

Foto: Santiago Mazzarovich

Primer congreso regional sobre riesgos naturales

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Por mucho tiempo estuvimos convencidos de que nuestro país, a diferencia de tantos otros, debía sentirse afortunado porque no sufría desastres naturales de entidad. Sin embargo, algo cambió: en el último año y medio la población se vio sacudida por ciclones extratropicales, tornados, inundaciones y hasta sismos. “Siempre tuvimos esa cultura de que en Uruguay no pasa nada. Pero hoy, gracias a las telecomunicaciones y al desarrollo tecnológico, la percepción de la frecuencia de estos fenómenos cambió y se comete el error de decir que ahora suceden más. No es que ahora sucedan más, lo que pasa es que hoy sabemos todo al instante”, dice Leda Sánchez, doctora en Ciencias Geológicas y una de las organizadoras del Primer Congreso Regional sobre Riesgos Naturales que tendrá lugar en la Facultad de Ciencias entre el 15 y el 16 de setiembre.

Científicos y científicas, actores de áreas sociales y estatales de toda América Latina se reunirán en nuestro país para hablar sobre clima, tsunamis, terremotos, erosión, dinámica fluvial y costera, deforestación, incendios y contaminación, abordando temas como la investigación, prevención, mitigación, preparación, alerta, resiliencia, respuesta, coordinación, rehabilitación y reconstrucción. El encuentro apunta también al público en general. Leda es clara: “Como científicos y como equipo nuestra mayor preocupación es la población, que no se vea afectada y tenga capacidad de resiliencia ante estos eventos de origen natural”. La importancia del encuentro regional queda clara: la mayoría de los países que vendrán con delegaciones, en lugar de negar la incidencia de los riesgos naturales como hace este Uruguay que recién ahora parece entender lo que ocurre, llevan años enfrentando activamente las contingencias que impone la naturaleza. “Compartir, debatir y, sobre todo, aprender de la experiencia de los colegas de la región” es lo que propone Leda, que aclara que así como en ciencia se comparten datos, ahora es el turno de compartir experiencias.

Lejos de ser agoreros de la catástrofe, el congreso hará énfasis en cómo actuar. “La idea no es tirar pálidas. Así no se aporta a la sociedad. La idea es compartir modelos e ideas sobre cómo paliar la incidencia de estos fenómenos teniendo siempre como centro a la gente”.

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