“Me acuerdo de que Julita [Pou] un día estaba en Bangkok [Tailandia] y había un vendedor de camisetas del Che Guevara. Y Julita le preguntó quién era. Le contestó: ‘No sé, es un héroe’”. Esta es una de las tantas anécdotas que usó el ex presidente Luis Alberto Lacalle para ejemplificar parte de los temas que aborda en el libro que acaba de publicar: América Latina, entre Trump y China, el cambio esperado (editorial Aguilar, 159 páginas). “No busque el lector de estas páginas otra cosa que una interpretación de la historia, un análisis geopolítico y alguna sugerencia respecto del futuro”, dice el ex presidente en la introducción del libro.
El texto tiene como hilo conductor lo que a juicio de Lacalle son tres episodios que “mueven todas las fichas y cambian la perspectiva”, como fue en 1989 la caída del Muro de Berlín. El ex presidente sostuvo que esos episodios hoy serían “el avance de China sobre América Latina”, la victoria de Donald Trump y la muerte de Fidel Castro. A cuento de lo último venía la anécdota del Che Guevara, con la que Lacalle se ayudó para decir que “toda esa simbología de una cantidad de generaciones es de cuño de Fidel”: la “incursión” de la guerrilla en Uruguay se produjo porque “ese romanticismo de ir a la montaña, bajar con barba y ser aplaudido al ingresar a una capital arriba de un camión o de un tanque, le llenó el ojo a mucha gente”.
La presentación se hizo ayer de tarde en el hotel Hyatt Centric Montevideo, en Pocitos. Antes de Lacalle, tuvieron la palabra Sergio Abreu y el periodista Alfonso Lessa, que dijo que cuando el ex presidente lo llamó para la presentación le dijo: “Criticalo”. El periodista señaló que sólo quería marcar una diferencia con respecto al tema de Cuba, que ocupa “una parte importante del libro”. Indicó que “no hay ninguna duda” de que Cuba jugó un papel relevante, “sobre todo” en el estallido de las guerrillas en América Latina, pero subrayó que Estados Unidos “también jugó un papel”, y puso como ejemplo que “2.800 oficiales uruguayos fueron adiestrados entre 1950 y 1982 por Estados Unidos”.
Además, Lessa se refirió a una parte del libro en la que Lacalle señaló que Salvador Allende fue un presidente electo democráticamente, “al que se lleva a una radicalización que provocó el golpe de Estado”. El periodista dijo que esa “radicalización”, que incluyó “tomas de propiedad privada”, “sin duda ayudó al golpe [de Estado], pero cuando uno lee las memorias de [Henry] Kissinger, se ve que mucho antes la Casa Blanca veía con precaución el triunfo de Allende y ya estaba actuando para tratar de derrocarlo”.
Siguiendo con el repaso histórico de la política de América Latina, Lacalle dijo que Hugo Chávez se convierte en el “vicario” de Fidel Castro, “con la diferencia de que lo votaron, mientras que a Fidel nunca nadie lo votó”. “Pero con ese agravante de tener una legitimidad de origen, vino después todo el socialismo del siglo XXI, que es un cuento del tío, enancado en la peor manera de hacer revoluciones, que es dilapidando dinero que es de todos”, señaló el ex presidente.
Luego se refirió al estilo discursivo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, conformado generalmente por frases sucintas como un eslogan. “Al presidente que tiene cuenta de Twitter le hago un descuento, porque representa un striptease, no una vez sino varias veces por día. Así, el ejercicio del poder pierde misterio, distancia y tiempo de reflexión. [Mauricio] Macri incurre en el mismo defecto. No se puede opinar todo el tiempo. Cuanto más se opina, hay más margen de error”, dijo.
Al cerrar la charla, Lacalle tocó el tema del intercambio comercial con China. Contó que fue a visitar a José Mujica cuando fue electo presidente y le dijo que fuera a China “y pidiera grande”. “Pídale mil kilómetros de vía férrea y locomotoras. Pero se ve que al presidente no le pareció un consejo inteligente”, afirmó Lacalle, y agregó que “sigue siendo el momento, pero no hay que aceptar cualquier cosa de China, porque tampoco son filántropos ni carmelitas descalzas”. Al final, el ex presidente dijo que “hay que atreverse a cerrar el Mercosur o transformarlo de tal manera que se convierta en lo que tiene que ser”.