En 1989, hace ya 28 años, Sony fue pionera entre las grandes compañías discográficas en su decisión de dejar de fabricar discos de vinilo para dedicarse por completo al formato de compact disc, a pesar de que la tecnología de pasaje de lo analógico a lo digital distaba mucho de estar perfeccionada, y los primeros CD no sonaban a nada en comparación con sus equivalentes vinílicos (por no hablar de la estética de las portadas y de su atractivo como objeto). Pero nunca es tarde para volver atrás, sobre todo cuando los discos de vinilo han vuelto a ponerse de moda en algunos círculos y se han convertido en un objeto de estatus melómano, por su formato sonoro aún no superado en algunos aspectos, y la corporación ha anunciado que volverá a editar discos en vinilo.
Para esto, Sony volvió a abrir una fábrica de vinilos al sur de Tokio. Aún no se sabe qué discos de su catálogo serán los primeros que lanzará, pero sí que debió recontratar a ingenieros ya retirados, para que les enseñaran cómo fabricar estos discos a las nuevas generaciones de empleados.
Aunque las ventas de discos en vinilo se mantienen en cifras relativamente modestas, no han parado de crecer desde que volvieron a ser un objeto cool, no sólo para los coleccionistas y los melómanos maniáticos, sino también para la generación de los hipsters en general, y se especula con la posibilidad de que las ventas en este formato lleguen a ser en los próximos años la quinta parte del total de la música grabada. Las fábricas de discos de vinilo en Estados Unidos se habían reducido a 16 en 2015, pero ante la demanda, actualmente ya suman más de 30.