“Sabemos que hay una decena de empresas interesadas, pero ahora llegó la hora de la verdad”, dijo el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi. Con una convocatoria que superó las expectativas al punto de dejar a una porción de los interesados fuera de sala, el equipo de gobierno presentó ayer el proyecto para la instalación del ferrocarril central que pretende unir la ciudad de Paso de los Toros con el Puerto de Montevideo.
La jornada comenzó con la presentación del plan que propone la construcción de 273 kilómetros de vías férreas, que incluye un tramo de doble vía inicial de 26 kilómetros, una docena de carriles secundarios para cruces de trenes, un tramo para acceso industrial y más de 40 puentes ferroviarios que se refuerzan o se construyen nuevos.
Se informó que el trazado definido incluye varios by pass en centros poblados y la rectificación de curvas para permitir mayor seguridad en la circulación de trenes. En cuanto a la interacción con las tramas urbanas de las diferentes ciudades, se prevé la realización de pasajes en desnivel soterrados o en trinchera, así como la colocación de sistemas de barreras con señalización luminosa en los cruces. Estas características permitirán que el tren circule a una velocidad de 80 kilómetros por hora con unas 22,5 toneladas por eje.
Tal como se había anticipado, la Administración de Ferrocarriles del Estado será la propietaria de la obra, aunque será el Poder Ejecutivo, por intermedio del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, el que haga el llamado a licitación abierta a empresas nacionales y extranjeras mediante el mecanismo de participación público privada (PPP).
Tras la presentación, se abrió un espacio para que los interesados realizaran sus consultas a los seis representantes del Poder Ejecutivo presentes en la mesa: los ministros de Economía y Finanzas, Danilo Astori; de Relaciones Internacionales, Rodolfo Nin Novoa; de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, y de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, a los que se sumaron el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, y Rossi.
El gobierno se encuentra aún armando el proyecto de licitación, por lo que los jerarcas no accedieron a responder sobre algunos temas, como el monto de inversión del proyecto. Si bien Rossi confirmó que está estimado, dijo que “no corresponde hacerlo público porque es parte de de la competencia entre los interesados”. No obstante, adelantó que está en “alrededor de los cientos de millones” de pesos. Por otro lado, si bien Astori afirmó que “habrá un tope” máximo de la oferta económica, tampoco quiso adelantar cuál será. El ministro de Economía y Finanzas también aseguró que habrá garantía de pago, ya que las obras “van a formar parte de los presupuestos del país”.
Se pretende que el llamado esté “pronto y publicado” a “fines de setiembre”, de manera que entre marzo y julio de 2018 se inicie la obra, que llevará “36 meses de construcción” y, luego, “22 años de mantenimiento”, afirmó Rossi. “Sabemos que son plazos exigentes”, reconoció el secretario de Estado, que además consideró que el proyecto podrá tener más de un adjudicatario: “Esto dependerá de las ofertas y de quién haga la evaluación” indicó.
Consultado respecto de la posibilidad de que la construcción sugerida soporte trenes eléctricos, el ministro de Transporte y Obras Públicas respondió que “no habrá problema”. No obstante, advirtió que por el avance de la tecnología en el país, es probable que este deba “convivir al menos en un período de tiempo con la circulación de trenes de combustibles fósiles”.
Los presentes también preguntaron por la posibilidad de revisar la traza, algo que el responsable técnico del proyecto y gerente de la Corporación Ferroviaria del Uruguay, Fernando Scolieri, negó que sea posible, si bien mostró apertura a que se presenten variantes a los puentes que “consideren mejores que las características que se plantean en el pliego”. Ante una consulta, también informó que el acceso al Puerto de Montevideo será por la calle Máximo Tajes.
Por su parte, Rossi sostuvo que se aceptará la realización de mejoras en el diseño del plan. Cuando se le preguntó si habrá un mínimo de mano de obra nacional a emplear durante la ejecución del proyecto, respondió que es “consciente de que el emprendimiento exige una tecnología y experiencia que Uruguay no ha podido desarrollar”, pero advirtió que, más allá de esto, un “alto porcentaje” de mano de obra deberá ser local.
Sobre el pago, se pondrá a disposición del contratista la posibilidad de abonar en pesos uruguayos, dólares, unidades indexadas o una mezcla de estas, sin topes en ninguna de estas categorías. Además, el ofertante que resulte ganador tendrá una exoneración del Impuesto al Patrimonio, a los bienes intangibles y también a la importación de equipos, maquinaria y materiales, siempre que sean declarados no competitivos con la industria nacional.
Astori estableció que el proyecto, sumado a los que están en curso –la rehabilitación de la línea directa y la línea litoral entre Piedra Sola y Salto–, busca “consolidar la oferta de transporte ferroviario para las cargas nacionales y regionales, complementando los modos hasta ahora utilizados”.
En tanto, García resaltó que, teniendo en cuenta la proximidad de la línea que recorrerá el país con diversos emprendimientos sociales agrícolas, mineros, industriales y forestales –algunos de los cuales ya utilizan el medio de transporte anunciado–, el proceso de reconversión del modo ferroviario será “clave” para la producción y conllevará “una oportunidad de consolidarse y definitivamente permitir que el país incorpore a su sistema de transporte un modo complementario, competitivo y sustentable”. En este sentido, Scolieri también aseguró que la obra será independiente de la instalación de una eventual nueva planta pastera de la forestal UPM en el país, ya que, más allá de esto, “servirá para abastecer una demanda de cuatro millones [de toneladas] por año”.