“Hace unos años nos miraban como si estuviéramos locas. Hoy somos muchas más”, reflexionaba Lilián Celiberti anteayer, rodeada de una sala Zavala Muniz tan diversa como las participantes de la actividad “Feminismos y futuro”, que ofició como cierre de la edición 2017 del Día del Futuro. Dicen que los círculos tienen poder y generan energía expansiva. Apostamos a esa forma, entre las participantes y entre las personas que ocupamos la sala.
Diseñar una actividad sobre feminismos siempre es un desafío. Que un medio de comunicación hegemónico tome el tema como propio y lo jerarquice como su actividad central del año es una decisión política. Habla de un compromiso. De la necesidad de estar presentes en el debate y construir hacia adelante escenarios que permitan reflejar los relatos, tan urgentes como necesarios, que los feminismos tienen para compartir con toda la sociedad.
Los feminismos son muchos y muy diversos. Hacer un recorte que represente a todo el universo resulta imposible. Como planteaba la convocatoria, reflejamos sólo algunas formas de ser feminista, en la que esperamos que sea la primera de varias actividades sobre este tema. Faltaron muchas mujeres. Faltaron las mujeres trans, las lesbianas, las que viven en la pobreza, las mujeres rurales, las trabajadoras sexuales, las trabajadoras domésticas, las amas de casa, las privadas de libertad, las que tienen otras capacidades, las niñas, las adolescentes y muchas más. Faltaron también otros varones.
El crecimiento exponencial de los feminismos en Uruguay es un hecho; que se venga dando por fuera de las estructuras tradicionales es un dato. Afuera hay esperanza. Esto nos obliga a repensarnos. Cuestionar nuestros egos, permitirnos ceder ante el incansable impulso de tener el control de todo. Poner en jaque nuestras propias limitaciones a la hora de construir en colectivo. Nos interpela ante el desafío de reconocer que hay otras voces. Validarlas. Aumentar nuestra capacidad de promover a otras compañeras y compañeros dando la misma pelea. Permitirles el espacio para hacer su propia experiencia. Acompañarlas si se equivocan. Encuadrar la lucha. Reconocer cuáles son los verdaderos enemigos. Construir. Sororidad como discurso y como práctica.
Tenemos que darnos cuenta de que, por fin, el tema se nos fue de las manos. Nos lo demuestran, entre otras cosas, la multitudinaria marcha del 8 de marzo y los nuevos colectivos que surgen de la desorganización. Como queríamos, más que nunca tenemos chance de que este sea un tema de todas y todos. Por ahí es el momento de hacer migrar esta discusión a toda la sociedad, reconociendo que aún no llegamos a todos lados y que el desafío real es cambiar la realidad. Llegar al barrio, donde son pocos los varones que se cuestionan la violencia que ejercen y son muchas las mujeres que desde chicas dedican su vida a cuidar a otros, entre otras desigualdades visibles que las van a acompañar durante toda su vida. También es momento de permear a los que toman las decisiones, que no visualizan a las mujeres y acostumbran ir a contracorriente, para lograr que la perspectiva de género los atraviese. A su vez, tenemos que construir movimientos a la altura de las circunstancias, con capacidades propositivas e innovación a la hora de ser y hacer política.
Hago mías las palabras de las compañeras que les pusieron voz a algunos de los feminismos que existen en Uruguay. Porque juntas somos poderosas. Estamos más unidas que nunca.
Alma Espino
Ser feminista es lo más revolucionario. Las desigualdades económicas son parte constitutiva de este sistema. El feminismo desafía el orden económico, político y social existente. Es algo que el progresismo tiene que asumir si realmente quiere ir por la desigualdad. Implica visibilizarla y plantear la equidad como política. Esto no es una cuestión sólo de mujeres, es de toda la sociedad.
Lilián Celiberti
Entiendo el feminismo como práctica y como actitud política frente a la vida. Es un discurso que cuestiona escandalosamente los límites. Para la lucha feminista es necesario abrir espacio a la creatividad y a la imaginación transgresora. Tenemos que colocar la acción feminista en el territorio desplegando lazos de solidaridad para paliar la violencia machista. Sólo reconstruyendo acción política desde la comunidad podremos unirnos y cambiar la realidad.
Alicia Esquivel
El feminismo me lleva a pensar que es posible la libertad. Soy feminista negra y eso me nutre con una autoidentificación cultural particular. Eso incluye la discriminación. Las personas afrodescendientes tenemos la experiencia común de haber sido discriminadas. Los feminismos tenemos que encontrarnos y buscar puntos en común para erradicar la injusticia histórica. Somos mucho más fuertes si estamos juntas. Esta unión me hace creer que la libertad es posible.
Tati Antúnez
En el movimiento sindical las mujeres somos 50%, pero no tenemos representación en el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT. Con este tema en agenda y producto del reclamo colectivo, las mujeres llegamos a ese espacio. Tenemos voz pero no voto. Aun reivindicando una sociedad sin explotados, el tema de las explotadas no está sobre la mesa como quisiéramos en el movimiento sindical. Feminismos y sindicalistas se sacan chispas, pero necesitamos trabajar juntos si lo que queremos es cambiar la realidad.
Agustín Lucas
Traigo una voz que no es la que se espera escuchar en los espacios feministas. Por eso es un compromiso y una responsabilidad. El futuro llegó hace rato y el feminismo es urgente. Desde #MasUnidosQueNunca, como jugadores de fútbol adherimos al reclamo de #NiUnaMenos luego de los femicidios ocurridos en febrero. En la primera fecha de marzo, Mes de la Mujer, llevamos todos un brazalete con esa consigna. Como movilización nos interpeló y llegó a todos los vestuarios, espacio en que los jugadores construimos reflexiones en colectivo desde nuestras masculinidades. Nos movió, nos hizo repensarnos. Si los jugadores de fútbol adherimos al #NiUnaMenos y después le gritamos a una gurisa en la calle, seguimos siendo los mismos, seguimos siendo violentos. Y es un planteo que tenemos que hacernos todos los días para combatir el machismo inmerso que tenemos desde que nacemos, o incluso desde antes.
Vicky Jorge
Todo lo que implique pensar en una forma antipatriarcal desafía al sistema, al capitalismo y, por ende, a nuestra propia estructura. Comprender lo indispensable del feminismo es entender que no es una cosa sólo de mujeres, sino de sujetos que cuestionan mandatos. Tenemos que incluir a los varones en el feminismo. Los espacios de lucha son todos. Entender que estamos dispuestos, disciplinados, colonizados de forma tal que hay muchas cosas que en la práctica nos llevan puestos. Tenemos que cuestionar nuestros propios parámetros y, así, aplicar acciones cotidianas más allá de las teorías.
María Dodera
Como dice Simone de Beauvoir: “La mujer no nace, sino que se hace”. Es un tema de construcción. Una construcción de la mujer en la que todos nosotros podemos llegar a aportar. A diferencia de otros colectivos, las mujeres históricamente no han tenido espacios de identificación públicos. La mujer está incluida en la nada, se construye en entornos de varones. Por eso es necesario darle voz. Hay que pronunciarse contra la opresión. Se trata de poner a las mujeres ante sí mismas reclamando una acción emancipadora. Los derechos de las mujeres no pueden separarse de los derechos de los varones.
Amalia Amarillo
El feminismo es mucho más que la lucha por los derechos de las mujeres. Implica apropiarnos del discurso, que casi nunca es nuestro. Las mujeres tenemos una necesidad muy grande de encontrar nuestros propios discursos y emanciparlos. La lucha no es para unas pocas, es para todas las mujeres. Tenemos que llegar a un feminismo más popular. El clic se hace cuando la lucha es colectiva.
Mariana Mota
Cuando uno lee las leyes lo hace para un determinado ser, que es hombre, de un determinado tipo, sin discapacidades, que no nos representa a todos. Las mujeres nos tenemos que construir en un mundo pautado jurídicamente para varones. El feminismo hace consciente el grado de opresión que vivimos las mujeres en todas las sociedades. Los avances jurídicos no bastan. Tenemos que pensar el derecho desde las mujeres, transformar los modelos que son construidos en clave masculina.
Carolina Cosse
Hace falta mucha difusión sobre el feminismo. Construir, colaborar y reflexionar, sobre todo con los que no militan en la causa. Tenemos que abrir el tema por fuera de los ámbitos militantes y promoverlo en nuevos espacios. También tenemos que trabajar en el miedo y los preconceptos. Abatir el miedo de las niñas a pensar que hay cosas que no van a poder hacer, que no son para ellas. Hay una clave en garantizar las condiciones de acceso. Otra cuestión es despertar la alerta. Cuando vemos paneles de actividades en las que hay sólo varones nos tiene que llamar la atención.
Laura Falero
Afuera del micromundo, en el barrio, no se entiende que hay desigualdad de género. Tenemos que lograr que se entienda que no sólo es deseable la igualdad, sino que es necesaria. Estamos rodeados de micromachismos, que van desde la ropa hasta las prácticas. Nos tenemos que cuestionar por qué en la escuela las túnicas de los varones se prenden adelante y la de las niñas, atrás. ¿Por qué yo no me puedo cerrar un vestido sola sin tener que pedirle ayuda a alguien? Eso también es un tema de poder. Tenemos que detectar los micromachismos para desprogramarlos.
Pau Delgado Iglesias
Todo lo que habitamos parte de una lógica masculina, blanca y heteropatriarcal. La construcción cotidiana forma parte de lo que entendemos como feminismo. Tenemos que reconstruir las acciones políticas desde la comunidad. Tenemos que hacerlo juntas. Es momento de encontrar las nuevas voces, los nuevos espacios. Perder los miedos desde la infancia en adelante. Una vez que encontremos estas voces propias, estos espacios, nos toca salir de eso y expandirlo a los que no están pensando en esto. Aportar para que el feminismo no genere rechazo, como todavía pasa. Tenemos el desafío de expandirnos y convencer.