Como publicó la diaria el martes, el contralmirante retirado Óscar Otero fue el primer militar que reconoció la existencia de espionaje en democracia ante la comisión investigadora de la Cámara de Representantes que estudia el tema. Otero estuvo al frente de la Dirección General de Información de Defensa entre mayo de 1995 y abril de 1996, durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti. Por esa razón, la diaria llamó al ex presidente para preguntarle sobre el tema.
–No sé si usted ha seguido las noticias de la comisión investigadora del Parlamento que está tratando el espionaje militar y policial en democracia.
–La verdad es que lo he seguido, pero no ha sido buena la información. Esa del comandante de la Armada que salió no la entendí bien. Yo no vi una transcripción más o menos textual.
–Pero más allá de lo que dijo Otero, están todos los documentos que se filtraron del “archivo Berrutti”, que la mayoría muestra que hubo espionaje desde 1985 hasta 1999; entonces, como usted fue presidente en dos períodos durante esos años, quería saber...
–Bueno, mire, esto es muy claro. Nosotros como gobierno y Poder Ejecutivo nunca jamás ordenamos un espionaje de nadie ni de nada. De modo que eso es muy claro mirado desde el ángulo político. Cosas que pueden haber ocurrido ahí adentro habrán escapado a toda idea de contralor o de conducción política.
–Pero más allá de que lo ordenaran o no, ¿usted tampoco tenía conocimiento de que se daban esas actividades? Porque son dos cosas diferentes...
–Por supuesto que no. Si hubiéramos tenido noticias, obviamente que hubiéramos actuado.
–¿Cómo le cae que eso haya pasado en democracia?
–Naturalmente, siempre es motivo de preocupación, y revela una vez más las dificultades que tienen todos los estados para especializar gente. Porque, desgraciadamente, los que se especializan en inteligencia terminan desarrollando una mentalidad que a veces suele ir más allá de lo lógico. Y si se rotan demasiado, siempre están en estado de aprendizaje.
–Lo que trascendió es que Óscar Otero dijo que el espionaje era una “costumbre”.
–Pero él habla de una costumbre de reconocer información abierta. Eso es lo que entendí yo en el diario; no sé si es así o no. Información abierta de lo que ocurre en la violencia en el fútbol o en cualquier lado. Me parece que eso es normal; pero si es eso lo que dijo. No confundamos las palabras...
–En caso de que la comisión investigadora llame a los ex presidentes por este tema, ¿usted estaría dispuesto a ir?
–Sí, yo siempre estoy dispuesto a ir, por supuesto. Pero no creo que pueda agregar nada más que lo que le estoy diciendo a usted.