“Te quisieron arrancar pero sólo te podaron”. Fue la metáfora que lanzó una señora, al mejor estilo de aquel personaje que interpretaba Peter Sellers en Desde el jardín (la película basada en la novela homónima de Jerzi Kisinski), para darle animo a Raúl Sendic. Era el sábado de tarde y el local central de Lista 711, el sector del Frente Amplio (FA) que lidera quien desde el miércoles es oficialmente otro ex vicepresidente de la República, desbordaba de gente. Pasaron las 14.00 y todos estaban prontos para esperarlo. Iba a exponer un “informe político” frente a sus correligionarios, que lo acogieron con una catarata de gritos de aliento.
Antes de recibir la metáfora jardinera, tres señoras se alborotaron cual “nenas de Sandro” al ver que Sendic estacionaba su camioneta en Canelones y Río Negro. Sostenían una bandera al tiempo que hacían malabares para intentar sacar una foto. El conciso “¡vamos, Raúl!” fue lo que más se escuchó, acompañado por palmas. “No van a poder con nosotros” y “vamos a seguir luchando” fueron algunas variantes aisladas que sonaron por ahí.
Luego de responder algunas preguntas en una rueda de prensa, Sendic entró al local y se dirigió a los suyos, con ese estilo tan particular de retórica en el que usa indistintamente la primera persona del plural, tanto cuando habla de sí mismo como de su sector o de su fuerza política. Dijo que el encuentro era importante porque se iniciaba una nueva etapa y necesitaba contarles “cuáles fueron los elementos que nos llevaron a tomar la decisión que tomamos, de la que seguramente muchos se sorprendieron, incluso algunos de los compañeros que estaban en el Plenario”.
Así las cosas, Sendic dijo que renunció a la vicepresidencia porque “todo tiene un límite”. Señaló que desde hace dos años viene “soportando” una “importante campaña que se orquestó” contra su gestión al frente del directorio de ANCAP, cuando desde ese lugar lo “único” que hizo fue “cumplir con el programa que el FA había definido” para el ente autónomo. “Porque ustedes saben bien que cuando llegamos al gobierno estábamos al borde del apagón y era necesario desarrollar una serie de inversiones que nos aseguraran que Uruguay no siguiera en esa situación crítica”, dijo Sendic, y agregó que cumplió con lo establecido “al punto de que tuvimos el honor de que dos gobiernos del FA nos designaran en el directorio de ANCAP, justamente por haber desarrollado un plan que estaba acorde con las definiciones estratégicas que el FA había tomado”.
Luego siguió repasando su historial. Subrayó que durante el período del actual gobierno se desarrolló “la campaña de la derecha con algunas filtraciones de la izquierda” para que se creara una comisión investigadora sobre la gestión en ANCAP, y luego “una campaña brutal, a lo largo y ancho del país, en los medios de prensa y en las redes, que buscaba desprestigiar” esa gestión. Sendic dijo que tuvo que soportar “acusaciones de todo tipo, sin que se pudiera probar absolutamente nada” en la comisión investigadora, y que él fue quien dijo que si querían llevar el caso a la Justicia, lo hicieran, así como también tuvo la iniciativa de ir al Tribunal de Conducta Política (TCP) del FA.
El ex vicepresidente contó que hace una semana, en el Plenario en el que presentó su renuncia, les dijo a sus compañeros: “Si tienen dudas sobre lo que hicimos, lleven el informe del TCP a la Justicia, porque hay cosas que no se pueden afirmar ligeramente y sin pruebas”. Por eso también le había llevado al presidente del FA, Javier Miranda, un informe de su estado patrimonial y de su cuenta bancaria. “No se puede ensuciar como se ensució la dignidad de un compañero del FA, cualquiera sea, diez minutos después de publicado el informe y a lo largo de una semana entera”, señaló Sendic, y luego confesó que lo que vivió “no se lo desea a nadie”, porque lo “afectó mucho”, no solo a él, sino también a su familia y a sus hijos, por los que “pasaron por arriba sin contemplaciones”. Después aseguró que “buscaron destrozar” su sector político “aun desde la propia interna del FA”.
No me voy a atornillar
Sendic aseguró que renunció “porque hay que poner un límite y no le tenemos miedo a arrancar de vuelta”. Afirmó que “la dignidad está por encima de los cargos y de los sueldos” y que “hay que preservarla” para hacer una demostración, en un país en el que “se atornillan a los taburetes de ediles y a los sillones de diputados”. “A nosotros nos ha pasado: compañeros que abandonaron nuestro sector político y no entregan las bancas, y después salen a cuestionar la ética y la moral. Pero también les pasó a otros compañeros en la interna del FA, como el MPP [Movimiento de Participación Popular]. Así llegamos incluso a perder la mayoría en la Cámara de Diputados. En el medio de esas disputas entre nosotros, se genera un desgaste brutal de nuestra unidad”, advirtió el ex vicepresidente.
“Es necesario un gesto de desprendimiento que nos permita arrancar otra vez, sin miedo, con absoluta firmeza y sin que se nos mueva un pelo en nuestro frenteamplismo”, insistió Sendic, que de esta manera se ganó un masivo aplauso que brotó desde las primeras filas y que comenzó la diputada Susana Andrade, una de las integrantes de la 711 que más defendió a su líder públicamente. “Porque si vamos a hablar de ética y de moral, empecemos por el desprendimiento, por el no aferrarse a los cargos. Es el primer paso que debemos dar. Porque la lucha no necesita cargos, sino un abrazo de los compañeros; necesita poder estar juntos, necesita del proyecto, de la esperanza y del respaldo de la gente; entonces, no le tenemos miedo a volver y a encontrarnos en cada rincón del país con los miles de ciudadanos que todavía necesitan que el FA siga siendo gobierno”, subrayó el ex vicepresidente.
Luego llegó una parte del discurso en el que el uso de la primera persona del plural confundía y no se sabía si se refería a él únicamente, o a él y otros más. Sendic dijo que el FA supo resolver su situación en el Plenario, del que salieron “planteando la necesidad de seguir fortaleciendo la unidad”, y agregó: “Y también aprendiendo de nuestros propios errores y de nuestras ingenuidades, porque hemos sido ingenuos”. “Pero también sabemos, con absoluta tranquilidad, que hemos sido fieles a nuestros compañeros, al programa del FA y a las tareas que se nos han encomendado”, concluyó.