El alcalde de Sarandí Grande, el nacionalista Cayetano Stopingi, se manifestó “molesto” con la actitud de los miembros de “la cúpula” del Partido Nacional por justificar situaciones como las generadas por el intendente de Artigas, Pablo Caram. “¡Basta!”, exclamó en su cuenta de la red social Facebook, y comentó que “por algo la gente está cansada y ya no cree en nadie”. “Seguramente las cúpulas que toman las decisiones de los partidos políticos no tienen idea lo que nos cuesta a los que trabajamos realmente cerca de la gente”.
Sin embargo, su líder departamental, el intendente Carlos Enciso, evitó juzgar a su par artiguense y pidió que para hablar sobre designaciones y contrataciones de familiares se analice “caso a caso”. Enciso dijo que “es algo que acá [en Florida] no pasa”, pero cuando un periodista local le preguntó si eso era por razones éticas respondió: “No pasa porque no pasa, porque las circunstancias nunca nos llevaron a pensar en involucrar en un cargo de confianza a alguien directo de nuestra familia”.
“Basta” fue el título de la publicación compartida por Stopingi, de 32 años, cuando el caso Caram estaba en todos los diarios e informativos. “No me considero político pero estoy en política y eso me hace ser parte del sistema que está tan desprestigiado por nosotros mismos. No comparto para nada que desde el Partido Nacional se defienda a aquellos que obran mal o que no se manejan en los carriles de la responsabilidad y la ética en sus labores. Tampoco lo comparto cuando pasa en otros partidos. Y menos cuando la defensa es decir que estoy haciendo algo mal pero el otro lo hace peor. ¡Basta! No se puede seguir así”. Lo escribió poco después de que el propio jefe comunal del departamento afirmara que Luis Lacalle Pou le había manifestado su apoyo y de que Luis Alberto Heber lo defendiera con el argumento de que el hermano de Tabaré Vázquez –Jorge Váquez– ocupa un cargo en el Poder Ejecutivo. “Seguramente las cúpulas que toman las decisiones de los partidos políticos no tienen idea de lo que nos cuesta a los que trabajamos realmente cerca de la gente el hacer creíble esta actividad que sirve para lograr hacer muchísimas cosas en beneficio de la gente. ¡Basta de desligarse de culpas!”, escribió Stopingi.
El alcalde explicó a la diaria que su crítica, fundamentalmente, “es a los argumentos que se esgrimen cuando hay que defender a alguien cuyas acciones no son éticas”. “Ocupar un cargo público implica manejar con responsabilidad los dineros públicos. Es claro que hay un descreimiento hacia la clase política, y es un desprestigio generado por los propios políticos”. “No tengo pelos en la lengua para señalar que me molesta la forma en la que el partido a veces maneja los temas, con una lógica centralista que no es para nada representativa de lo que entendemos. Nosotros en los pueblos tenemos que intentar explicar después por qué el partido defiende cosas que son indefendibles. Está bueno que el partido marque diferencias con el FA y que señale los errores del gobierno del FA, pero nosotros tenemos que hacer un mea culpa y reconocer los errores que se cometen” en el PN, añadió.
Tampoco tanto
La postura del intendente Enciso, sin embargo, tuvo puntos de contacto tanto con la condena a Caram como con la justificación. “No tiene que ir todo a la misma bolsa, porque no es lo mismo un ingreso directo que un cargo de confianza por acuerdos políticos que pueda haber a nivel local” dijo, aunque, agregó: “Creo que no es lo ideal en un momento en que las gestiones públicas tienen que dar determinadas señales, determinados mensajes”. “Lo único que puedo aportar es que en esta intendencia esas cuestiones no pasan, y no porque tenga una familia chica, sino porque, aunque no fuera así, no lo haría. Pero cada uno tiene sus acuerdos, sus coincidencias. En algunos departamentos hay casos de familias con mucha actividad política, y en otros departamentos tal vez no se justifica tanto”. “Hay que ver caso a caso”, agregó, “porque hay gente que también por ser familiar puede quedar como excluido de antemano, y si es cargo de confianza hay una potestad de las autonomías, del discernimiento político sobre si está bien o no. Hay casos y casos, y las generalidades son injustas”.