El presidente Luis Lacalle Pou invitó con un asado a los trabajadores de una obra cercana a la Torre Ejecutiva. Pero a pesar de que allí había 50 personas trabajando, solamente tres aceptaron compartir el almuerzo con el mandatario. Desde el Poder Ejecutivo reconocieron que esta actitud los “sorprendió y decepcionó”, aunque, por otro lado, “nos dio la posibilidad de hacer algo bueno”. “La carne y los chorizos que sobraron los vamos a donar a una aldea de República Centroafricana en donde existen los niveles de hambruna más altos del planeta. Estimamos que todo el pueblo va a poder comer durante unos cuantos meses”, explicó una fuente del gobierno.
Por otra parte, el gobierno de República Centroafricana agradeció el gesto mediante un comunicado. “Queremos expresar nuestra gratitud hacia el presidente de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou, y también a los 47 trabajadores que no quisieron comer ese asado. Esperamos que en el futuro, si se producen episodios como este, algo que aparentemente sería muy probable, nos sigan enviando las sobras”.
Esta es la segunda donación importante que hace el gobierno a países en crisis. A comienzos de marzo, las sillas que quedaron vacías durante el acto de asunción de Lacalle Pou en la plaza Independencia fueron donadas a una escuela de Siria. “En general nos donan cosas usadas, es muy lindo que esta vez nos hayan llegado sillas impecables, que no fueron usadas ni una vez”, declaró un maestro de ese centro de estudios.