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Invertir las puntadas: acción colaborativa para visibilizar el origen de la industria textil

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Como parte de su instalación El otro lado de la trama, que puede verse hasta fin de mes en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC, Arenal Grande 1929), la argentina Karina Guadalupe Salinas (Santa Fe, 1970) propone al público desprender las etiquetas de su ropa y colocarlas en una caja que allí dispone. Serán los insumos para su próxima obra sobre la industria textil ‒seguramente un video en stop motion y un último planisferio bordado‒, un asunto que comenzó a investigar hace unos dos años pero que se enlaza con un vínculo con los géneros y el arte textil que viene de mucho antes.

La muestra había cerrado apenas inaugurada, en marzo, a causa de la pandemia, aunque durante esos meses el EAC puso en contacto a su autora con distintas escuelas para que los niños le enviaran etiquetas y videos. Ese intercambio también nutre esta acción colaborativa.

“Arranqué sacando las etiquetas de mi propia ropa, porque decidí limpiar el ropero y encontré que lo que tenía en común la ropa eran las etiquetas. La única opción que tenía era bordar un mapa y empezar a pegarlas para ver de dónde viene la ropa. En ese momento estaba yendo a una residencia de artistas en Curadora, que es cerca de donde vivo. Allí mis compañeros se engancharon y empezaron también a desprenderse de sus etiquetas, y encontré que un solo mapa era chico para tantas, así que lo fui agrandando”, relata.

De manera que empezó ese proceso en su provincia, donde uno de sus mapas fue premiado en un salón de arte del Museo Héctor Borla; luego envió su trabajo a Montevideo y al mismo tiempo presentó otro similar a una convocatoria en Portugal. “Es obra que después empieza a circular, y la acción de sacarse la etiqueta es como un darse cuenta de lo que pasa, es una toma de conciencia del trabajo y el recorrido, la trazabilidad”, explica. Su propuesta tiene un claro sentido político, “porque detrás de la moda hay una industria, hay un sistema de mano obra esclava, y hay una postura sobre qué me pasa a mí con la ropa, el uso que le doy”.

La artista observó que en Uruguay se le pone mayor atención al reciclaje, que se valora la ropa. Cuando se sumergió en esa pesquisa que va de lo íntimo de un guardarropa a un monstruo global, detectó que la mayor parte de la indumentaria proviene de China o de India. “Cuando estuve en un encuentro en Buenos Aires, una chica francesa me comentó que en España no les gusta que diga Made in China, porque lo asocian con cosas de mala calidad, entonces mandan a fabricar una etiqueta que dice Made in Turquía. Eso me llamó muchísimo la atención”, agrega, subrayando con esto una cuestión de estatus que además cargan las etiquetas. “Hay un mercado muy oscuro detrás de la confección de ropa, sobre todo en las cadenas, que tienen ropa barata, pero eso cuesta muy caro. Por ley debería decir el origen, pero no alcanza ni siquiera con ver la etiqueta. Acá en Argentina tenemos ‒o teníamos, no sé cómo estarán ahora‒ muchas fábricas, pero las condiciones de trabajo son terribles. En algún momento también me contacté con una señora que estuvo trabajando en una fábrica clandestina que sufrió un incendio; murieron dos niños y tres adultos. Me comentó cómo los captan, las condiciones precarias en las que viven. Pero en la etiqueta uno no alcanza a ver eso. A lo mejor dice ‘industria argentina’”.

Karina Guadalupe Salinas se identifica esencialmente con el arte conceptual, plasmado en una carrera atravesada por el arte textil: “No es que lo busco, sino que lo tengo tan incorporado que trabajo en una idea y el ciclo termina concluyendo en lo textil. Mi mamá era modista, pero no me lo impuso, es una conexión propia, y cuando empecé a estudiar arte, iba a un taller donde la artista hacía arte textil. Creo que desde hace unos años hay un boom del bordado. Cuando empecé era tomado como una artesanía, no era bien visto”, recuerda.

Sus referentes, sin embargo, no utilizan necesariamente los mismos elementos; la colombiana Doris Salcedo, por ejemplo, trabaja con pétalos de rosa, y desde el lado conceptual, la atraen las producciones del español Santiago Sierra acerca del obrero y el asalariado. “Lo que emparenta todas mis obras son los sistemas de control y de manipulación. En general tienen esa conexión con el obrero, en la valoración del trabajo de las personas, también esa crítica o ese estar alerta a los sistemas”.


Charlas de moda

Este fin de semana llega otra edición de la Moweek, y con ella, una serie de conversaciones en torno al mundo de la moda. El viernes 16 a las 10.00, el tema que proponen Tati Chiarino y Verónica Massonnier es “El bolso del fin de semana”. A las 14.00, Grazia Colombini hablará de “Fashion & Cinema: interacción entre el diseño de moda y de vestuario”. Una hora más tarde, Enrique Topolansky y Alice Otegui se referirán a las claves del éxito para emprendedores del rubro. El sábado, a las 13.00, María Inés Strasser presentará “Estrategias de diseño para el consumidor 2021”. En tanto, el domingo a las 11.00 el foco estará puesto en “Moda y tecnología: cómo aprovecharla y a dónde vamos”. La inscripción es gratuita en moweek.com.uy.

Urdiendo historias

Esté sábado se realizará el primer Té_xtil, un ciclo de encuentros sobre arte textil acompañado de un té, con la participación de Verónica Panella. Como marcan estos tiempos, será con capacidad limitada, en Espacio Tribu (Maldonado 1858) a las 16.00. Tiene un costo de 490 pesos y toman reservas al Whatsapp 098769250.

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