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Foto: Rodrigo Viera Amaral

A 90 años de la primera brigada de salvavidas, Uruguay avanza hacia una ley de seguridad acuática

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Autoridades, docentes y guardavidas de todo el país se reunieron para repasar la historia del servicio y analizar los desafíos actuales en materia de seguridad acuática y prevención.

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El martes pasado, en la sala Ernesto de los Campos de la Intendencia de Montevideo, se celebraron los 90 años de la Primera Brigada de Salvavidas, antecedente del actual Servicio de Guardavidas de la capital. La actividad, organizada por la Secretaría de Educación Física, Deporte y Recreación y el Servicio de Guardavidas, convocó a autoridades nacionales y departamentales, docentes, exintegrantes del cuerpo y profesionales vinculados al área.

La conmemoración se enmarcó en la Semana de la Seguridad Acuática, un espacio de intercambio y reflexión sobre la prevención de accidentes en el agua. A nivel mundial, este problema sigue siendo un desafío de salud pública: cada año se registran alrededor de 300.000 muertes por ahogamiento, según la Organización Mundial de la Salud. En Uruguay, la Mesa Interinstitucional de Seguridad Acuática (MISA) indica que la mayoría de los incidentes afecta a niños de entre 1 y 4 años y a adolescentes, y desarrolla estrategias de educación y prevención comunitaria.

Durante el encuentro se repasó la historia del servicio, fundado en 1935, y se abordaron las transformaciones en la labor de los guardavidas, así como los retos actuales en materia de seguridad acuática. También se rindió homenaje a figuras históricas como el profesor Julio J Rodríguez, Héctor Bebe Badano, Américo Benítez y Patricia Llambí, primera mujer guardavidas del país. Además, se proyectaron materiales audiovisuales sobre la evolución del servicio, se compartieron experiencias de rescate y hubo un espacio de intercambio técnico con referentes departamentales.

El director del Servicio de Guardavidas de Montevideo, Álvaro Cabrera, abrió la ceremonia destacando la trayectoria y consolidación del servicio. “En estos 90 años se ha producido un cambio profundo. Pasamos de un grupo de idóneos que custodiaba unas pocas playas a un equipo profesional con más de 200 guardavidas que cubren toda la costa de Montevideo. Contamos con personal técnico estable, estructura organizativa y formación continua”, expresó.

Cabrera agradeció el respaldo de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) y la participación del personal del servicio: “Ha sido un apoyo clave para fortalecer la visibilidad del servicio y su vínculo con la ciudadanía. Seguiremos desarrollando actividades relacionadas con la seguridad acuática y la prevención a lo largo de todo el año”, agregó.

El director de Deportes de Maldonado, Fernando Álvez, resaltó la expansión del sistema en todo el país. “Hoy contamos con más de 300 casetas, nuevas motos de agua y cuatriciclos para rescate. Es un trabajo exigente pero con un enorme compromiso. El convenio de cooperación entre intendencias permite fortalecer un servicio presente a lo largo de toda la costa”, señaló.

Por su parte, Lionel de Mello, director de la Secretaría de Educación Física, Deporte y Recreación, señaló que el modelo de Montevideo “ha servido de referencia para otros departamentos” y destacó que “en los últimos cinco años no se registraron ahogamientos en playas con cobertura, un dato que evidencia la efectividad del trabajo preventivo y la coordinación interinstitucional”.

Alejandro Pereda, secretario nacional del Deporte, subrayó el papel fundacional del servicio en la creación de políticas públicas. “La brigada marcó el inicio de una política de Estado centrada en el cuidado de la vida en el agua. Hoy el enfoque está en la prevención y la educación más que en el rescate. Es un trabajo compartido por diversas instituciones”, dijo.

En diálogo con la diaria, Cabrera explicó que uno de los objetivos para el próximo año es consolidar la colaboración con el Instituto Superior de Educación Física (ISEF), que implementará la Tecnicatura en Guardavidas en 2026. “Contamos con unos 70 guardavidas contratados durante todo el año, que integrarán un área académica junto con la SND y el ISEF. La idea es aportar infraestructura, formación y práctica profesional”, detalló. Sobre la preparación para la temporada, agregó que el servicio cuenta con 210 guardavidas activos y un refuerzo de 32 zafrales para cubrir eventuales ausencias o licencias.

En la misma línea, De Mello destacó que el servicio “es hoy un ejemplo de eficiencia y profesionalismo”. Recordó que desde su creación, en 1935, “se ha consolidado como un modelo nacional”. Asimismo, indicó que “el principal aporte en estos 90 años es que otros servicios de guardavidas se formaron a imagen del de Montevideo. Su trabajo continuo inspiró no sólo al resto del país, sino también a experiencias en la región”.

La correcta ubicación de las banderas, la comunicación con los bañistas y la delimitación de zonas seguras son parte del trabajo cotidiano. Esa tarea preventiva muchas veces pasa desapercibida, pero es fundamental.

Remarcó además la importancia de la prevención como eje central de la labor. “La correcta ubicación de las banderas, la comunicación con los bañistas y la delimitación de zonas seguras son parte del trabajo cotidiano. Esa tarea preventiva muchas veces pasa desapercibida, pero es fundamental”, puntualizó.

Desde la perspectiva nacional, Pereda indicó que la Semana de la Seguridad Acuática “permite profundizar en herramientas y métodos para llegar a la comunidad”. Advirtió que los ahogamientos “siguen siendo un problema significativo, especialmente en la primera infancia y en adolescentes”, por lo que “el enfoque debe centrarse en la educación y la prevención”. Añadió que la secretaría trabaja junto con la ANEP en un programa que promueve la universalización de las actividades acuáticas e incorpora contenidos sobre seguridad en el currículo escolar.

Normas y estrategias específicas

La MISA avanza en la redacción de la Ley Nacional de Seguridad Acuática y en la elaboración del Plan Nacional de Seguridad Acuática, ambos orientados a unificar criterios de prevención, capacitación y actuación en todo el país.

Gustavo Fungi, jefe del Comité de Guardavidas, explicó que el proyecto, aprobado por la Cámara de Diputados en 2019, volvió a tratarse este año en la Comisión de Salud del Parlamento. “Se trata del mismo texto, pero con nuevas recomendaciones, como la descentralización de la MISA y la creación de la arquitectura inicial del plan”, aclaró.

El plan se estructura en cuatro ejes: educación en seguridad acuática, gestión integral de riesgos, investigación y legislación, todos basados en evidencia científica nacional e internacional. “El ahogamiento es un fenómeno complejo y multifacético. Por eso las soluciones también deben serlo y fundamentarse en datos comprobados”, apuntó Fungi, citando al investigador neozelandés Kevin Moran.

Entre los principios que guiarán el plan se incluyen la inclusión y cooperación interinstitucional, el desarrollo de estrategias específicas de intervención, la promoción de espacios seguros de práctica acuática, el empoderamiento comunitario y la planificación basada en evidencia.

Fungi enfatizó la necesidad de medidas concretas, como la reglamentación del vallado de piscinas domésticas, principal escenario de los ahogamientos en niños de 1 a 4 años. “Una medida técnica debe complementarse con campañas de concientización y legislación”, subrayó.

También dijo que la educación y la gestión de riesgos son pilares esenciales para la prevención y que el plan contempla la creación de comités departamentales de seguridad acuática. “Estos comités reunirán a instituciones vinculadas a la prevención de lesiones por ahogamiento para desarrollar planes de acción locales”, explicó.

Respecto del trabajo interinstitucional, Fungi resaltó el papel de los guardavidas, “técnicos especializados en prevención y asistencia en el medio acuático”, y la importancia de una formación profesional adecuada. “En Uruguay, el ISEF es la única institución que garantiza una capacitación completa, y es fundamental mantener ese estándar frente a certificaciones externas que no cuentan con la misma calidad ni carga horaria”, afirmó.

El ahogamiento es un fenómeno complejo y multifacético. Por eso las soluciones también deben serlo y fundamentarse en datos comprobados.

Finalmente, recordó que la seguridad acuática involucra a múltiples actores: la Prefectura Nacional Naval en aguas navegables, la Dirección Nacional de Bomberos en aguas no navegables, el sistema de salud, las emergencias móviles y la educación. “Un plan nacional debe integrar necesariamente a todas estas instituciones, incluyendo las deportivas, porque la seguridad atraviesa todas las prácticas acuáticas”, concluyó.

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