La multiplicación de estímulos (y de dispositivos que los generan) ha hecho estragos en nuestra concentración, y a veces parece imposible sentarse en el sillón del living y dedicar una hora y media a ver una buena película. En estos momentos es fundamental el formato de “comedias de media hora”, que suelen tener unos 22 minutos de lo que se llama, en la jerga de la tevé, “artístico”. Lo irónico es que, si la serie es buena, uno termina mirando cinco o seis episodios de corrido.
Netflix acaba de agregar un muy interesante exponente de esta categoría: The Good Place, creado por Michael Schur, alguien a quien difícilmente conozcan por su nombre, pero sí por creaciones como Parks and Recreation o Brooklyn Nine-Nine. Con este pedigrí, ya vale la pena echarle un vistazo.
La serie termina de llamar la atención por su premisa: Eleanor (Kristen Bell) despierta en una cómoda oficina en la que le explican que murió y que se encuentra en el Más Allá. Por suerte, la suma de sus buenas acciones le valió una plaza en el “lugar bueno” (no quieran saber lo espantoso que se pasa en el “lugar malo”). El divertido tour por el sitio en el que pasará la eternidad lo da Michael (Ted Danson), quien le presentará a sus vecinos y explicará el funcionamiento de todo. “Un bodrio”, como cantaba el Cuarteto de Nos en su mítica “Al cielo no”, salvo por un pequeñísimo detalle: Eleanor no debería estar allí. Semejante error comenzará a desatar calamidades, y los habitantes de ese sector en particular moverán cielo y cielo para encontrar al responsable, mientras Eleanor trata de aprender en la muerte aquellas lecciones éticas que despreció mientras estaba viva.
La química entre Kristen Bell y Ted Danson es fundamental para que el humor funcione. Ella en particular es perfecta en su papel de “buena por error”, así como en los flashbacks que la pintan como una persona muy, muy imperfecta. El elenco se completa con al menos cuatro actuaciones de buen nivel (incluyendo a la simpática “computadora” celestial) y con el correr de los episodios la trama va ganando en sana complejidad, incluso con deliciosas visitas al “lugar malo”.
The Good Place comienza recordando a Pushing Daisies, de Bryan Fuller, con sus colores primarios y su premisa que puede ser resumida en un tuit. Sin embargo, para cuando termina la temporada la comedia tendrá toques de Lost. Tranquilos, que Schur aprendió de sus colegas y declaró que tiene la historia más o menos escrita de antemano.
En Netflix se encuentran los primeros 13 episodios, mientras que los de la segunda temporada se estrenan cada jueves, un día después de su emisión en Estados Unidos.