Tiene 62 años, nació en Paddington (Londres) y, según la leyenda, lo echaron de la banda que fundó porque le gustaban los Beatles. Pero, mitos más, mitos menos, lo cierto es que Glen Matlock fue el bajista original de los Sex Pistols, banda a la que le bastó un solo disco para redefinir el punk: Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols (1977) (¿hace falta nombrarlo?). Si bien en el legendario álbum Matlock sólo tocó las cuatro cuerdas en un tema (“Anarchy in the UK”, primer single del disco, editado en 1976), participó en la composición de diez de las 12 canciones (todas menos las dos primeras, “Holidays in the Sun” y “Bodies”) , incluyendo el minimalista y adictivo riff de “Pretty Vacant”. Aun así, para el gran público el bajista siempre estuvo tapado por el humo del malogrado Sid Vicious, una de las mentiras más grandes de la historia del rock (según qué edición del disco se consulte –si se tiene la suerte de encontrar una con créditos de las sesiones–, Vicious tocó media nota o ninguna; la mayoría de los bajos los grabó el guitarrista de los Pistols, Steve Jones).
En fin... Matlock tocará el viernes a las 21.00 en Bluzz Live (Daniel Muñoz y Defensa), junto con Stuka y El Niño (Los Violadores) y Diego Piazza (Flema, Doble Fuerza) –las entradas valen $ 900 y se consiguen por Red Tickets–. Lejos de revisitar el pasado, viene con disco nuevo, demostrando que al final no era tan así eso de que no había futuro. El álbum se llama Good to Go, salió en agosto de 2018, está disponible en Spotify y contó con la guitarra de Earl Slick, quien supo colaborar con músicos de la talla de David Bowie y John Lennon. El disco nuevo resultó tener una interesante colección de canciones de rock bastante clásico, con guiños rítmicos al rock & roll cincuentero y más primitivo, como el rockabilly, que los Pistols también tenían, aunque no parezca a simple golpe de oído (vale recordar que el famoso riff de “God Save the Queen” es similar al de “Summertime Blues”, de Eddie Cochran). De todas maneras, a juzgar por el repertorio de sus últimas presentaciones, es muy probable que Matlock no pueda huir de su pasado y el viernes toque algún nihilista himno sexpistolero.