La murga empezó a sonar temprano en carnaval: en los primeros días se corrió la voz de que había que verla. Generó algunos de los momentos más recordables, logrando un equilibrio ideal entre –mucha– risa y emotividad, entre crítica y reflexión. Equilibrio; la palabra se repite a lo largo de la siguiente charla con Fabricio Speranza y Martín Mazzella, letristas de Un Título Viejo. Esta murga tiene un libreto que deja temas de conversación: por su armado, ejecución, aciertos y alguna contradicción, la diaria conversó con dos de sus letristas.
Uno de los éxitos del repertorio es el cuplé de “Los millennials”, y la mayoría de los integrantes de la murga lo son. Hay algo de autoparodia y de autocelebración en eso. ¿En qué cosas se reconocen como murguistas de una nueva generación?
Martín Mazzella (MM): En la sensibilidad humorística y en la forma de encarar la crítica.
Fabricio Speranza (FS): También en la búsqueda del equilibrio en el “código” murguero. Siempre pasás por un momento en que querés evitar los lugares comunes al escribir (lo que se convierte en un lugar común en sí mismo) y después empezás a transar con algunos códigos que tiene el carnaval y que también están buenos. Al principio, como creativo, decís “quiero romper con esto y con lo otro”, pero después te das cuenta de que todo lo demás, lo “clásico”, también sucede y no hay que subestimarlo.
Supongo que ustedes son usuarios activos de redes sociales En la creación, ¿cuánto permea el estado de ánimo que surge desde las tribunas digitales?
MM: Yo trato de no estar tan metido en esa burbuja, porque es justamente eso, ¿no? Si no, terminás corriendo el riesgo de escribir para tus iguales, para la gente que comparte tus mismos códigos, y que es menos de la que creemos. Son fuertes en intensidad, pero no en cantidad. Tratamos de ser conscientes de que el público de carnaval es muy heterogéneo. De un tablado a otro te encontrás con gente con puntos de referencia distintos, que se ríe de cosas distintas y que tiene intereses diversos. El desafío es hacer un espectáculo que puedan disfrutar todos.
Uno de los méritos del espectáculo es ese equilibrio: la murga editorializa y marca su postura sin fogonear el estado emocional del público para obtener resultados.
MM: Lo hablamos mucho; tratar de lograr ese balance es una obsesión.
FS: No pasa por decir “vamos a poner eso porque es lo que quieren escuchar”, y creo que eso es lo que lo hace genuino. Obviamente, tenemos en cuenta algunas posturas: también se puede lograr equilibrio en base a coincidir con la postura del público.
Fabricio, vos y Maximiliano Tuala llevan adelante la parte humorística. No salían en el mismo conjunto desde hace muchos años, cuando formaban parte de Los Choby’s, y, sin embargo, juegan de memoria como si hubiesen salido juntos todos estos años.
FS: De niños vivíamos a tres casas uno del otro, nos criamos juntos. Íbamos a ver carnaval, sacamos Nació de Nalga en Murga Joven, somos padrinos de nuestras respectivas hijas... Es la persona con la que más me entiendo actuando.
Martín Mazzella: "Esos logros que mencionamos se registraron en el marco de los gobiernos del FA, que propició el escenario para que eso ocurriese. Habrá que ver qué eco tienen esas mismas organizaciones a partir de ahora".
Volviendo al repertorio, tengo un poco de conflicto con “Fuiste pero perdiste”. Resulta una pieza muy efectiva en base a enumerar un montón de logros que ocurrieron durante los 15 años de administración frenteamplista, pero muchos de estos logros también se consiguieron por la lucha, durante años, de las organizaciones sociales, y luego fueron avalados y aprobados en el Parlamento con votos de varios partidos. Si bien ocurrió bajo la sábana del Frente Amplio (FA), ¿no se invisibiliza un poco al militante de a pie que puede responder –o no– al FA y que también estuvo detrás de esas causas?
MM: Por eso, después de ese cuplé viene una parte hablada que dice que la lucha de uno es la de todos, y luego les dedicamos la retirada a los militantes, no a los político-partidarios, sino al militante político en un sentido global. Y sí, es una generalización propia del medio en que nos movemos, que es el carnaval. Yo no sé si toda la izquierda está en el FA ni si toda la derecha está en los partidos tradicionales, pero en el imaginario del carnavalero sí. Y esos logros que mencionamos se registraron en el marco de los gobiernos del FA, que propició el escenario para que eso ocurriese. Habrá que ver qué eco tienen esas mismas organizaciones a partir de ahora, con otro gobierno.
FS: Yo me aferro al contexto político en que se dio todo eso, por eso el “fuiste” y no el “hiciste”.
También en un gobierno frenteamplista se vetó, por parte de Tabaré Vázquez –en su primer período–, el proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva, que incluía la despenalización del aborto.
FS: Sí, y eso estaba en el espectáculo y terminó quedando afuera. No fue por autocensura, sino porque no era un pasaje efectivo y había que recortar por un tema de tiempos.
MM: También dentro del FA hubo una postura en contra de ese veto.
Antes de eso, hay una canción en la que encarnan al propio FA. Ahí hay crítica sin renegar de una postura política e incluso afectiva.
MM: El recurso se desprende de la canción original [“Por qué te vas”, de Jeanette, incluida en la película Cría cuervos, de 1976], porque está en primera persona. Es una canción de desamor, por eso la conversación entre el electorado y el propio FA. En la campaña, el FA sentía que el electorado se iba y no entendía por qué. Ahí hubo una actitud soberbia de no querer ver o no querer entender por qué se iban algunos votantes. Las últimas cuartetas de “Fuiste” reflejan esos errores; por ejemplo, que el relato se haya basado tanto en el consumo o en la economía.
Fabricio Speranza: "Hay que buscar consenso, y a veces abrimos la cancha al resto de la murga. Para la retirada a los militantes 'tallereamos' bastante. Nos separamos por grupos, con la consigna de poder contar qué era la militancia para cada uno, y sobre esa premisa construimos".
Escriben en grupo. ¿Cómo se define colectivamente el discurso de la murga?
FS: Hablamos mucho. Hay grandes discusiones ideológicas. “Vamos a poner esto”, dice uno; “yo no lo comparto”, dice otro. Hay que buscar consenso y a veces abrimos la cancha al resto de la murga. Para la retirada a los militantes “tallereamos” bastante. Nos separamos por grupos, con la consigna de poder contar qué era la militancia para cada uno, y sobre esa premisa construimos.