En este año tan particular, en el que los espectáculos con público recién comienzan a volver, tímidamente y tras una ansiosa espera, protocolo sanitario mediante, la primavera llega con la novedad de algunos espectáculos y talleres para niños como los que solían acompañar las vacaciones escolares.
La Zavala a todo clown
Estrenada el sábado 12, este fin de semana son las dos últimas funciones de Opalalá, el circo único, el nuevo espectáculo de la compañía Opa! Payasos, hoy y mañana a las 17.00 en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís.
“Se abre el telón y al grito de ‘¡opalalá!’ se anuncia al público una gran función de este maravilloso y particular circo. Tras bambalinas aguardan artistas extraordinarios con sorprendentes actos. Pero este circo peculiar guarda un pequeño y único secreto que, a medida que transcurre el espectáculo, comienza a develarse. Los personajes de Opalalá tienen el desafío de intentar llegar al final del show sin que niñas y niños se den cuenta del inevitable y bochornoso desenlace”. De esta manera los integrantes de la compañía de clowns dejan planteada la premisa y el suspenso de este espectáculo, que prometen ágil y divertido, y que combina diferentes disciplinas circenses en una puesta que busca “un encuentro cálido y alegre con el público, una experiencia para compartir en familia”. “Ante la emergencia sanitaria, la ausencia de espacios de convivio como medida de prevención fue protagonista. Acompañando el retorno paulatino a los espacios públicos, estrenamos este nuevo trabajo que sobre todo honra el encuentro, el ritual de compartir historias junto al público”, comentan.
De acuerdo al protocolo, las localidades son muy limitadas y se venden en pares (de esta manera se garantiza que cada niño se siente junto al adulto acompañante), y están a la venta por Tickantel o en la boletería del teatro.
La Zitarrosa también
Mañana a las 16.00, en la Sala Zitarrosa, Encanto al Alma presentará El contrahechizo dorado. Prometen un espectáculo “poblado de sonoridad y de ritmos musicales muy nuestros”, con un repertorio que incluirá “Zapatitos de gigante”, “El abrazo”, “Los siete mares (Pirata)”, entre otros de sus temas más conocidos y queridos por el público infantil, además del estreno en sala de algunas canciones nuevas. La puesta incluye canciones, títeres, cuentos y juegos, en una propuesta que invita a la fantasía. “Desde lo sensorial, lo simbólico y lo mágico, se proponen variados estilos musicales que van dando lugar a muy diversos climas: de alegría, juego y baile alternando con momentos donde la sonoridad se vuelve muy sutil. Se cuenta una historia en forma interactiva y participativa, que se comparte y se recrea con los niños y que integra, por medio de las canciones, muchas pequeñas historias pobladas de personajes fantásticos muy reconocibles y queribles”, describen.
La banda surgió en 2005 y desde entonces ha tenido numerosas presentaciones en salas de todo el país, además de publicar los discos Somos arcoíris (2011), Magia de la tierra (2014), El viaje de la semilla (2015) y La tierra de los cuentos (2017).
Las entradas cuestan $ 380 (los niños menores de tres años tienen acceso libre, sin acceso a butaca) y están a la venta en la boletería de la sala.
Una pindó en la Verdi
Como todos sabemos desde 2003, una pindó es una palmera muy alta que se ve desde muy lejos. El genial cuento de Susana Olaondo sobre una hormiga perdida que consigue encontrar su hormiguero con una ayudita de los amigos que va encontrando en su camino, y siguiendo esa consigna tan contundente como vaga, hace tiempo que tiene su versión teatral de la mano de la compañía L’Arcaza, que con una puesta austera –en el mejor de los sentidos– y dinámica lleva a las tablas a los personajes que habitan las páginas del libro de Olaondo. Muy recomendable para niños pequeños, con canciones, relato y cambios de vestuario para metamorfosearse de un bicho a otro, es una obra deliciosa, que mantiene la atención y el disfrute de los más chicos.
Esta vez va en la Sala Verdi (Soriano 914) el lunes 21 y martes 22 en doble función, a las 14.30 y a las 16.30. Las entradas están a la venta por Tickantel y en la boletería de la sala. Por razones de protocolo sanitario, las localidades son limitadas.
MAPI otra vez presencial
El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) regresa a la modalidad presencial con sus ya clásicos talleres que aproximan a los participantes a la arqueología, la prehistoria y la temática que abarca la institución. De acuerdo con el protocolo sanitario, el cupo máximo es de ocho a diez niños por grupo. Están dirigidos a niños de seis a 11 años y tienen una duración de una hora y media. El costo es de $ 180 por participante. Los talleres requieren inscripción previa en mapi.uy/virtual/mini-vacaciones-de-primavera.
El lunes 21 a las 15.00, en Descubriendo nuestro pasado se invita a los presentes a ser protagonistas de una excavación arqueológica, buscar objetos del pasado e investigar en el laboratorio como hacen los arqueólogos. Con las manos en el barro es un taller de cerámica indígena cuya propuesta es recorrer la prehistoria americana a través de la cerámica y conocer sus usos, formas, colores e historias, para luego poner las manos en el barro y crear inspirados en el recorrido.
El martes 22 a la misma hora tendrán lugar una segunda edición de Con las manos en el barro y el taller de arte rupestre Pintando la prehistoria, que parte de la pregunta disparadora “¿sabías que en nuestro país las pinturas rupestres se hacían en grandes rocas al aire libre?” y lleva a los participantes a experimentar con las diferentes técnicas de expresión que utilizaron los indígenas en el pasado.