Este martes los miembros del gremio de guionistas de Estados Unidos (WGA, por Writers Guild of America) comenzaron una huelga por tiempo indeterminado, luego de que fracasaran las negociaciones con los estudios de cine y televisión, representados por la Alliance of Motion Pictures and Television Producers (AMPTP). El voto a favor de la medida fue unánime en las ramas Oeste y Este de la WGA, y más de 11.000 afiliados abandonaron sus tareas.
Uno de los principales reclamos de los guionistas está relacionado con las compensaciones económicas, en un mundo que ha cambiado desde la última vez que se diseñaron los contratos que rigen en el medio. El auge de las plataformas de streaming y el cambio de los hábitos de visionado repercutió negativamente, ya que las regalías en el caso del streaming son menores, y el pago por episodio se resintió en una era de temporadas de entre ocho y 13 capítulos, cuando antes eran de entre 20 y 24. Además, se contratan menos escritores por programa y con salarios que sufrieron una caída de 4% en la última década (23% si se ajusta a la inflación).
En el comunicado que anunció el comienzo de la medida de protesta, la WGA dijo que “el comportamiento de las empresas ha creado una economía de tareas temporales dentro de una fuerza de trabajo sindicalizada, y su postura inamovible en esta negociación traicionó un compromiso, devaluando aún más la profesión de escribir. Esto cierra las puertas a trabajos estables y las abre a la escritura como una profesión completamente freelance. Este grupo jamás podría considerar un acuerdo de este tipo”.
La respuesta por parte de la AMPTP indicó que las negociaciones priorizaron “la salud y la estabilidad de la industria a largo plazo”, en una época en la que algunas plataformas reportaron pérdidas económicas y se manejó el despido de miles de trabajadores. También se refirieron a algunas de las demandas, anticipando que estaban dispuestos a mejorar la oferta, pero que no se llegará a lo que reclaman los guionistas.
“Los principales puntos de conflicto son la 'asignación obligatoria de personal' y la 'duración del empleo', propuestas del gremio que requerirían que las compañías asignen para un programa a cierta cantidad de escritores durante un período específico de tiempo, más allá de que sea necesario o no”, señaló el comunicado de la industria. “Las compañías siguen unidas en su deseo de llegar a un acuerdo que sea beneficioso para los escritores y para la salud y longevidad de la industria, y que evite dificultades a los miles de empleados que viven de esta industria”.
Para varios analistas de la industria, la marcada distancia entre las partes podría indicar el comienzo de una huelga que se extienda en el tiempo. El último antecedente es de 2007, cuando las medidas se prolongaron durante 100 días, entre noviembre de ese año y febrero de 2008. Se calcula que el parate le costó al estado de California unos 2.100 millones de dólares. Los reclamos de la WGA sumarían alrededor de 429 millones de dólares anuales, mientras que la contrapropuesta de la AMPTP es de unos 86 millones.
En cuanto a las ganancias de la industria, aumentaron desde 5.000 millones de dólares en el año 2000 a casi 30.000 millones entre 2017 y 2021. La inversión, por su parte, aumentó de 5.000 a 19.000 millones de dólares entre 2019 y 2023.
Verdad consecuencia
A raíz de la huelga, diversas producciones se verán afectadas, pero algunas de manera inmediata y otras a través del tiempo. Los primeros programas en anunciar que bajarían del aire fueron los late shows, que cuentan con una gran plantilla de guionistas para sus monólogos, humor de actualidad y dinámicas con los entrevistados. Saturday Night Live, el famoso programa de sketches en vivo, ya levantó sus episodios de mayo y podría decretar la temporada 2022/2023 como finalizada. En el caso de las telenovelas, se quedarán sin guiones en pocas semanas.
En cuanto a las comedias y dramas, en muchos casos las temporadas ya se terminaron de filmar y no se verán afectados, pero una huelga prolongada afectaría sus regresos. En el caso de producciones directamente para streaming, con estrenos escalonados, depende de la etapa en la que se encuentre cada una. Esto no afectaría a los realities (conocidos como “televisión no guionada”), y de hecho, en 2008 hubo un boom de esta clase de programación, luego de la huelga.
Aquella vez los late shows retomaron las transmisiones en medio de la huelga, pero se vieron imposibilitados de presentar segmentos guionados. Eso llevó a que sus conductores idearan formas estrafalarias de pasar el tiempo. Conan O'Brien (que cubrió el sueldo de sus guionistas durante toda la huelga) recurría a tonterías para llenar el tiempo, como cronometrar cuántos segundos podía hacer girar su alianza sobre el escritorio. También realizó tours por sus oficinas y hasta convirtió el estudio en una discoteca con luces láser y música tecno.