Cultura Ingresá
Cultura

Entrega de los premios Gigantes de la Lengua, el 20 de noviembre, en el Centro Cultural España.

Foto: Natalia Rovira

Se entregaron los premios Gigantes de la Lengua

5 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

En la quinta edición también se anunció la presentación del libro que reúne todos los textos premiados hasta ahora.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El jueves, desde el auditorio del Centro Cultural de España, donde los organizadores ultimaban detalles, se escuchaba el barullo que venía de arriba: en el hall estaban los niños y niñas que empezaban a llegar para recibir sus premios. Minutos más tarde, la sala estaba abarrotada: los escolares, sus familias y docentes esperaban el inicio de la ceremonia. Como en los años anteriores, niñas y niños de diversos puntos del país estaban entre los ganadores; este año se sumaban adolescentes de 7°, ya que se amplió el rango etario de los participantes. Fue notoria, además, la cantidad de premiados de escuelas de distintos departamentos: Salto, Paysandú, Florida, Rivera, Canelones y Montevideo.

En esta edición los organizadores –la revista Gigantes de la diaria, Ceibal y la Cámara Uruguaya del Libro– quisieron celebrar el quinquenio con la publicación de una antología de todos los textos hasta ahora; está a punto de salir de imprenta y formará parte de los premios de los ganadores. Además de darse el gusto de tener ese material reunido, es una buena manera de calibrar la magnitud del camino transitado en el último lustro, desde que en 2021 se decidió invitar a las niñas y niños de 4° a 6° grado de primaria a concursar con producciones en tres categorías: Literaria, Periodística y Divulgación Científica. Luego se agregaría una cuarta: Plataforma de Lengua, además de un jurado infantil y juvenil para la categoría Literaria.

Desde la primera premiación, en octubre de 2021 en la Feria Internacional del Libro de Montevideo, hasta la ceremonia del jueves, la tónica ha sido la emoción, la energía contagiosa de los niños y niñas, y la satisfacción por el premio al trabajo realizado. En estos cinco años Gigantes de la Lengua registró cambios cuantitativos: la convocatoria creció de forma exponencial desde los 72 textos presentados en la primera edición hasta los más de 350 en la actual; también se amplió el rango etario desde la primera convocatoria, en la que participaban niñas y niños de 4° a 6°, hasta la actual, en la que fueron de 3° a 7°. La justificación de esta ampliación se ratifica en la participación de numerosos trabajos de 3° y de 7° e, incluso, en que algunos de ellos estuvieron entre los premiados.

En líneas generales, los jurados de las distintas categorías –participé en la Literaria– coincidieron en destacar tanto la cantidad como la calidad de los trabajos presentados. Esa sensación puede resumirse en las palabras de Juan Alliaume, integrante del jurado infantil y juvenil –y él mismo ganador en ediciones anteriores, además de colaborador de Gigantes–: “Me encantó ser jurado porque así pude leer todos los textos; los premiados van a ser publicados y todos los van a poder leer, pero los que no ganaron no, y me encantó poder hacerlo porque había muchos que eran buenísimos”.

Niñas, niños y maestras de la escuela 88 de Salto siguen la premiación por Zoom y son una presencia silenciosa en la pantalla gigante; cuando se anuncia su premio, una exdirectora de la escuela exclama “bravo”, conectada ella también desde su celular, mientras camina por la vereda, y les dedica un saludo en el que manifiesta que siempre se emociona cuando un niño o niña de la escuela 88 consigue cosas grandes. Una niña no pudo concurrir porque está de paseo de fin de año y quienes reciben el premio son sus padres, emocionadísimos. Tres niñas de Montevideo están en primera fila y, desde cerquita, las acompañan sus familias. En el auditorio hay tres grupos de escolares: 3° A de la escuela 79 del Prado, Montevideo; 4° y 5° Zorzales, de Imagine Centro Coeducativo de El Pinar, Canelones; 4° de la escuela 334 del Cerro, Montevideo; estos últimos suben al escenario a recibir su premio con la hermanita pequeña de una de las niñas, a la que cuidan amorosamente, como anunciando futuras participaciones. Un adolescente se vino desde Salto a recibir su(s) premio(s) y su padre registra el momento.

Y los ganadores son...

En ese ambiente, la emoción y la ansiedad dominan. Las primeras en subir al escenario para entregar premios fuimos las jurados de la categoría Literaria, quien escribe y la escritora Eugenia Ladra. Las menciones les correspondieron a Zoe Ábalos y Camila Silva, de 4° y 6° de la escuela 46 de Paysandú, por El silencio del segundo piso; Faustino Correa Leguisamo, de 7° del liceo 4 de Salto, por La caja de los tres mundos; Micaela Moreira Martínez, de 4° de la escuela 48 de La Blanqueada, de Montevideo, por María en el país de la maravilla; Jenedir Correa y Faustina Mattio, de 7° del liceo Santa Cruz de Salto, por Tres colores; Clara Briano de Armas, de 6° del colegio La Mennais, por Kate en busca del último dragón; y Julieta Dutra, Candela Silva y Victoria Fernández, del liceo Santa Cruz de Salto, por El perro que quería volar. El primer premio le correspondió al cuento colectivo El guardián de nuestra escuela, de 3° A de la escuela 79 del Prado, de Montevideo.

Foto: Natalia Rovira

En la misma categoría, el jurado infantil y juvenil, integrado por Franka Quintanilla, Inés Yacusa Triñanes y Juan Alliaume Irurueta, seleccionó un premio y una mención. Repitieron mención Jenedir Correa y Faustina Mattio por Tres colores, mientras que Faustino Correa Leguisamo recibió, en este caso, el premio principal por La caja de los tres mundos.

En la categoría Periodística entregaron los premios las integrantes del jurado Eleonora Achugar y Marta Ascano. Destacaron la calidad de todos los trabajos presentados y, en particular, de los premiados. Otorgaron dos menciones: El gran cambio que está a punto de suceder, de 4° y 5° de Imagine Centro Educativo; y Entrevista a Noelia Salina, de Cristal Eloísa Sannino Luengo, de la escuela rural 85 de Florida. El premio fue para Entrevista a Marita, de Jacinta Gómez y Micaela Novelli, de 3° de la escuela 11 de Jacinto Vera, Montevideo.

En la categoría Divulgación Científica, los jurados Eleonora Achugar y Martín Otheguy destacaron la calidad y la diversidad de los trabajos, que se refleja en la temática de los premiados, que abarcan desde lingüística hasta biología y química. Otorgaron tres menciones: La magia de los pigmentos, de 4° de la escuela 334; Cómo cultivar microorganismos: un proceso fabufantástico en el laboratorio, de 7° B de la escuela técnica de Guichón, Paysandú; Las palabras como identidad, de 7° 1 del liceo San Antonio de Salto. El premio le correspondió a 4° A-B de la escuela 88 de Salto, por su trabajo Avistadores escolares en acción, sobre los cetáceos.

Por último, en la categoría Plataforma de Lengua los jurados Leandro Bustos y Valentina Ronqui premiaron a Florencia Valdivieso, de 5° de la escuela 7 de Rivera, por su poesía Mi terrible macana con la ventana.

La premiación termina con una foto de todos los premiados y premiadas, jurados y maestras en el escenario. Organizarla es complicado: el escenario es pequeño y las niñas y niños son muchos. Después empiezan a irse en grupos: van a compartir un almuerzo en el Club Uruguay y luego la exhibición de El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki, en Cinemateca. En el escenario se quedan un ratito más una niña, la única alumna de una escuela rural de Florida, y su maestra, observadas por la mirada emocionada de la auxiliar: una comunidad escolar pequeñísima pero, es evidente, estimulante y acogedora. Un pequeño momento íntimo, de sonrisas cómplices y contagiosas, que sintetiza el sentido colectivo que se pone en juego con esta premiación.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa la cultura?
None
Suscribite
¿Te interesa la cultura?
Recibí la newsletter de Cultura en tu email todos los viernes
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura