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Una imagen del fallecido actor estadounidense Gene Hackman se ve en una pantalla durante la entrega de los Premios Oscar, en el teatro Dolby en Hollywood, California, el 2 de marzo.

Foto: Patrick T. Fallon, AFP

La investigación sobre la muerte de Gene Hackman viene dejando más dudas que certezas

3 minutos de lectura
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Se descartó la hipótesis de intoxicación con gas o monóxido de carbono.

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El miércoles 26 de enero la Policía de Santa Fe, Nuevo México, se hizo presente en el domicilio de Gene Hackman y su esposa, Betsy Arakawa, luego de recibir un llamado telefónico. Allí encontraron los cuerpos sin vida del actor de 95 años y su esposa de 65, así como de uno de los perros de la pareja.

“Podemos confirmar que tanto Gene Hackman como su esposa fueron encontrados sin vida en la tarde del miércoles en su residencia de Sunset Trail”, decía el comunicado atribuido al comisario local. “La investigación está en curso, pero por el momento no creemos que se haya cometido un delito”, agregaba.

Con el correr de los días se fueron conociendo más detalles del hecho, que todavía no ha terminado de esclarecerse. Los primeros en encontrar a Hackman y Arakawa fueron empleados de mantenimiento que de inmediato contactaron a la Policía. Desde fuera de la vivienda cerrada vieron al actor tendido en el hall de entrada y a la pianista en el piso del baño. Allí también había pastillas tiradas.

Debido a las características del hecho, una de las hijas de Hackman, Elizabeth Jean, sospechó de una fuga de gas. Sin embargo, la New Mexico Gas Company realizó una investigación en el inmueble y “no encontró hallazgos significativos”. Se detectó una fuga “minúscula” en una de las hornallas, pero el 0,33% de gas registrado en el aire no sería suficiente para haberle causado la muerte a la pareja. La Policía agregó que los cuerpos habían dado resultado negativo en análisis de monóxido de carbono.

Otro dato significativo en el marco de la investigación policial fue que al analizar el marcapasos de Hackman se descubrió que la última actividad registrada había sido el 17 de febrero, nueve días antes de que los cuerpos fueran encontrados.

Los medios de comunicación estadounidenses se pusieron en contacto con más familiares y amigos del matrimonio, quienes dieron detalles sobre la salud del actor en los últimos meses. Una pareja de amigos dijo a People que la salud de Hackman estaba decayendo y que prácticamente no salía de su hogar. Sin embargo, la otra hija del actor, Leslie Ann, dijo al Daily Mail que “no había indicios de que hubiera problema alguno” con la salud de su padre antes del fallecimiento. “Pese a su edad, estaba en muy buena condición física”, afirmó, pero también admitió que llevaba meses sin hablar con él.

Su carrera

Eugene Alder Hackman había nacido el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California. Cuando tenía 16 años mintió su edad para poder anotarse en la Marina, y trabajó durante cuatro años como operador de radio en sitios como China y Japón. Estudió periodismo y producción televisiva, hasta que volvió a California para intentar convertirse en actor. Fue a clases junto a Dustin Hoffman y ambos partieron hacia Nueva York en 1956.

En 1958 consiguió su primer papel en una producción del off Broadway y poco después llegarían sus primeros trabajos en el cine. Su actuación en Lilith (1964) llevó a que le dieran el papel de Buck Barrow en Bonnie y Clyde (1967), por el que recibiría su primera nominación al Oscar, en la categoría actor de reparto. La segunda llegaría gracias a su rol en Mi padre, un extraño (1970).

El reconocimiento entre sus pares finalmente llegaría al ser protagonista de Contacto en Francia (1971), película que le valió el Oscar por su papel del detective Jimmy Popeye Doyle. “La gente en la calle todavía me llama Popeye. Ojalá hubiera tenido otro éxito y un apodo nuevo”, dijo años después del estreno de esa película.

Claro que Hackman no estaba siendo honesto con su propia carrera, que incluyó a uno de los villanos más famosos del mundo de las historietas: Lex Luthor, a quien interpretó en Superman (1978), Superman II (1980) y la malograda Superman IV: en busca de la paz (1987). Un año después encabezaría Mississippi en llamas, película por la que volvió a estar nominado en la categoría de actuación protagónica.

En 1986 encarnó al entrenador de Hoosiers, la película sobre la campaña del equipo de un pueblo chico que gana el título del campeonato de básquetbol del estado de Indiana. Basada en la historia real del cuadro liceal de la localidad de Milan, en estas latitudes fue conocida como Ganadores, y los cincuentones uruguayos recordarán que tras el cierre del cine 18 de Julio quedó la cartelería de la película en la marquesina, por lo que el letrero fue parte de los festejos de Peñarol campeón de América en 1987 en el Centro de Montevideo.

Otro de los roles más recordados de Hackman, también reconocido por la Academia, fue el del sheriff Bill Daggett en Los imperdonables (1992), dirigida por Clint Eastwood. El director recordó en 2009 que Hackman se negó a participar después de leer el guion, ya que no quería hacer otra película violenta. “Estoy cansado, ya fui parte de muchas de ellas”, le dijo. Eastwood respondió: “Sé exactamente a lo que te referís. Leelo de nuevo, porque creo que podemos hacer una gran declaración contra la violencia y el asesinato si lo hacemos bien”.

Más allá de los papeles rudos, en varias ocasiones demostró su capacidad para la comedia, empezando por algunos momentos de su ridículo Luthor, obsesionado con hundir parte de Estados Unidos para vender terrenos frente al mar. En 1974 había sido el ermitaño ciego en El joven Frankenstein de Mel Brooks, estuvo en El nombre del juego (1995), y fue el senador conservador Kevin Keeley en la remake estadounidense de La jaula de las locas (1996). También estuvo a las órdenes de Wes Anderson para ser Royal Tenenbaum, el patriarca de una familia de genios disfuncionales en Los excéntricos Tenembaum (2001).

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