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Julieta Zylberberg, en Prima facie.

Foto: Difusión

“Víctima puede ser cualquier persona”: la argentina Julieta Zylberberg llega a El Galpón con el unipersonal Prima facie

4 minutos de lectura
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El viernes 12 a las 20.30.

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Alguien siempre está dispuesto a hacer el trabajo sucio. En Prima facie, de la australiana Suzie Miller, ese lugar lo ocupa una penalista que defiende a acusados de delitos sexuales. La dramaturgia toma parte de la experiencia de la autora, que además es abogada, vinculada a las víctimas. El unipersonal se estrenó en 2019 en Sídney, en 2022 llegó a Londres y en 2023, a Nueva York y a Madrid. El año pasado, en Buenos Aires, Andrea Garrote dirigió a Julieta Zylberberg en esta obra que la crítica coincide en calificar como perturbadora.

En medio de una “mudanza titánica” con la familia que ensambló junto con el director Agustín Toscano, Zylberberg cuenta cómo transita este segundo monólogo de su carrera, después de haber bordeado la locura en La fiebre, de Mariana Chaud.

Es como la abogada del diablo el papel que te toca, ¿no?

El personaje inicialmente es una abogada que defiende abusadores. Después ella sufre un abuso y, a partir de ese momento, se ve la justicia del otro lado. Lo que me parece interesante es la postura de que víctima puede ser cualquier persona. No hace falta ser intachable, sin oscuridad, para ser abusada o violada. Esa idea de que las víctimas son unas divinas es dañina y machista también. Les arruinan la vida aunque no sean unas divinas. Un abuso o una violación no necesariamente es en contra de un alma pura. He escuchado decir a un montón de gente sobre famosas que estaban en juicios: “Che, tal cosa que hizo no era muy buena, no era muy copada”. ¿Qué tiene que ver? Es como si uno se tuviese que ganar el lugar de víctima, también. Es bien enroscado y siniestro.

El personaje es alguien de origen humilde, que es muy buena haciendo lo que hace, pero, sobre todo, haciéndose un espacio en un ambiente masculino. Un poco explican el trasfondo de cómo llegó a ese lugar, no por justificar, sino para entender su recorrido mental.

¿Qué devoluciones te hacen? ¿Organizaron foros?

Tiene una recepción increíble; siempre me esperan a la salida, me escriben muchísimo, pero aparte de eso hubo una función como para mil personas, el año pasado, y después hubo una charla, organizada por Diana Maffía, con mujeres que trabajan en género. Hubo un mega debate y estuvo bárbaro.

Un amigo mío que es abogado me dijo: “Sos muy famosa en Tribunales”. Ahora hay gente de ese mundillo que viene y me dice que es tal cual. Y eso que la obra es australiana... Que vengan abogados está buenísimo, porque me parece que es una profesión, como los cirujanos infantiles, en la que necesitan tener la sangre fría para poder llevar a cabo tareas a veces muy lejos de la humanidad. Entonces, está bueno entrar en esos ambientes por un canal al que no están muy acostumbrados, que tiene más que ver con la emoción. Entran en contacto con lo artístico, que pareciera más fuerte que la cruda realidad, y salen movilizados.

¿Ya habías trabajado con Andrea Garrote?

Habíamos coincidido como actrices en El rapto [Daniela Goggi, 2023], y acá fue hermoso. Yo tenía a mi bebé muy chiquito, así que cada encuentro lo teníamos que aprovechar un montón. No es una obra como cualquier otra. Es muy intensa, muy fuerte. No puedo hacerla más de dos veces por semana, incluso en gira. Ahora ya estoy acostumbrada, pero al principio, cuando la ensayábamos, me quedaba sin voz. Lo tuve que entrenar porque es 1 hora 40 súper exigida. Y hace de todo el personaje, o sea, no es discursiva y ya. Es a todo dar.

Tu carrera teatral no es breve, pero es más intensa la audiovisual. ¿Viniste alguna vez con un espectáculo a Montevideo?

Es verdad. Creo que teatro puedo hacer únicamente cuando estoy cien por ciento fascinada, conmovida por el material, entonces no hago todo el tiempo. A Montevideo fui un montón de veces, pero a hacer teatro es la primera. Estuve por Mi amiga del parque, la película de Ana Katz, que filmó ahí una gran parte, y con Adrián Biniez filmé Las olas.

Eras una niña cuando arrancaste en la tele. ¿Cómo son tus recuerdos de Magazine for fai?

Hermosos, los mejores. Creo que todos los que seguimos siendo actores es porque fuimos tan felices. El primer contacto que uno tiene con su profesión es bien definitorio para cuando uno crece. Yo estuve ahí porque estudiaba teatro con Nora Moseinco, y ella era la directora de actores del programa y creadora también junto con Mex Urtizberea.

¿Fuiste a ¡Fa!, los encuentros que hace Mex? Porque tenés una faceta musical también. En Un pájaro azul (Ariel Rotter, 2023) es pegadiza tu repetición de “Estaciones”, de Rosario Bléfari.

Sí, me fascina cantar y lo hago cada vez que puedo, cada vez que me invitan. En ¡Fa! canté una vez con Iván Noble “Vasos vacíos”. Es una faceta importante en mi vida, pero no le dedico mucho tiempo. Es casi como un hobby, pero importante, un puntito más que hobby. Hice tres canciones, dos con mi amigo Manu Hattom. Es algo que me gusta muchísimo, pero donde soy un poco más tímida. Entonces prefiero hacerlo de una manera más desentendida, como si no me hiciera mucho cargo. Me es más fácil así.

Terminaste de filmar Yiya, una serie en la que Cristina Banegas y vos hacen distintas edades de Yiya Murano, “la envenenadora de Montserrat”.

Fue divertidísimo, nos la pasamos muy bien. Es una serie de cinco episodios que escribió Mariano Hueter con Marcos Carnevale. Va a salir por Flow en noviembre. Lo que todos conocemos es la entrevista en lo de Mirtha Legrand, cómo mató a las amigas, y nadie sabe nada de su intimidad. Así que fue un poco cómo la imaginábamos, también. El personaje es bien cautivante.

¿Te guardás souvenirs de los rodajes, más allá de la experiencia?

Me guardo poco porque, imaginate, es un montón. Pero siempre me gusta quedarme con tipo una cadenita del personaje, alguna cosita que después voy incorporando en mi vida, y me encanta. Justo el otro día encontré un dije de una virgencita de La niña santa [Lucrecia Martel, 2004]. Me pone contenta encontrarme con esas cosas así, de pronto.

¿Cómo seguís ahora, que está tan complicado el cine en Argentina?

Está imposible. Ahora voy a estrenar una peli de Dani Hendler en San Sebastián, 27 noches, que está bárbara. Y filmé otra con Martina Juncadella, que es una actriz que dirigió su primera película: se llama Adentro del ruido. Voy a filmar en octubre una participación en una serie. Siempre ando ahí, en movimiento.

Prima facie. Viernes 12 a las 20.30 en El Galpón. Entradas en Redtickets desde $ 1.370.

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