Con un gol al final, Liverpool derrotó en Trinidad a Boston River, y ascendió al segundo lugar del Apertura

Editar

En un partidazo en la helada noche de Trinidad, Liverpool derrotó como visitante a Boston River y trepó al segundo lugar de la tabla del Apertura, donde quedó a sólo dos unidades del líder Deportivo Maldonado que tiene 25 puntos, uno por encima de Nacional y Peñarol en el tercer escalón, y dos más que su vencido Boston River.

El partido tempranamente lo empezó ganando Boston River con gol de Álvaro López, y rápidamente lo empató Gonzalo Carneiro. En el segundo tiempo llegarían más goles. Pasó Liverpool con un sablazo de Santiago Romero, un rato después lo empató Alexander Machado, pareció que el rojiverde seguiría de largo, pero en la última jugada del partido, en una contra fulminante, Thiago Vecino de zurda y casi en el área chica puso el 3-2 para los negros de la cuchilla.

¿Lo tienen a Liverpool, verdad? El viejo club de Belvedere, de la cuchilla de Juan Fernández, que suma a miles de seguidores de la zona y que, en un siglo de lucha, hace poco ha logrado su primer torneo en la A.

Siempre dando lucha, siempre poniendo todo, siempre soñando. Arrancó el campeonato sobre patines jugando mucho y bien, tropezó, se dio un par de porrazos, pero enderezó su marcha, y ahora está ahí respirándole en la nuca a Deportivo Maldonado y pronto para dar el golpe.

Ya estamos en los descuentos, y allá en Trinidad le están apedreando el rancho. Lo quería ganar pero parece que lo va a perder. Se salva en el anca de un piojo en un ataque continuo de Boston River, y sale la contra. Recibe en su campo y por izquierda Alan Medina. Mete velocidad, engaño y seguridad, avanzando en diagonal. Por derecha viene avanzando a toda velocidad Fabricio Díaz, que hace años que juega pero apenas tiene 19. El eje central aparece como delantero después de correr toda la noche, recorta y pone con inobjetable precisión al centro para Thiago Vecino, que había ingresado apenas un cuarto de hora antes. La empujó a las redes y salió exultante de alegría, a festejar con sus hinchas, la importancia de este gol, la importancia de esta victoria.

El nuevo cuadro del presidente

Si en ese trillado recurso de los medios audiovisuales se saliera a la calle a preguntar por Boston River, seguramente alguien contestaría que es el nuevo cuadro del presidente Luis Lacalle Pou. Otro diría que es el cuadro de los Rodríguez, dado que en su plantilla principal suelen aparecer más de media docena de futbolistas de ese apellido; otros, los menos, los más mayores, dirán que es un viejo club que supo tener su cancha en donde está el Hospital Policial en Montevideo. Y otros tan metidos en el fútbol como los anteriores contarán que es un cuadro que desapareció por décadas para volver a jugar en el siglo XXI.

Alguien con tantas razones como los otros deberá decir que es un cuadro que, después de salvarse del descenso por años, esta temporada arrancó con el buen fútbol planteado por su técnico Ignacio Ithurralde peleando el Apertura, torneo en el que ha estado arriba, siempre oscilando entre el segundo y el tercer escalón de la tabla.

Si llega a salir un notero a preguntar por Boston River, a ustedes potenciales entrevistados les sugiero que lo asocien con el buen juego propuesto por su entrenador y practicado por sus jugadores que se han empoderado con las alas brindadas por Ithurralde.

Lluvia de goles

A los cuatro minutos de empezado el partido, cuando ya diluviaba en el parque Centenario en la ciudad de Trinidad, Álvaro López puso la diferencia inicial para Boston River. Fue una pelota que en media cancha robó Alan Rodríguez, la jugó hacia la izquierda para el desborde de Alexander Machado, que jugó la pelota al área chica para el ingreso del argentino Álvaro López, que marcó el 1-0.

Rápidamente, cinco minutos después, Liverpool llegó al empate tras un córner del coloniense Rodrigo Rivero y cabezazo fulminante de Gonzalo Carneiro para, ante el diluvio continuo, poner el 1-1.

Con campo pesado pero con contendientes que buscaban evolucionar a través de buenas y precisas combinaciones, el partido tuvo momentos interesantísimos, sin acierto en la última o penúltima acción, pero con latencia de peligro. Liverpool fue el que más insistió en tratar de armar acciones elaboradas, pero Boston River, utilizando los laterales, las emparejaba.

Estuvo acertado Jorge Bava en dar ingreso en mediacancha a Santiago Romero, para sustituir al exquisito y experiente Hernán Figueredo, a quien lo estaba perjudicando la cancha y la estrategia del rival que lo asfixiaba cada vez que él iba a distribuir juego.

Fuerte gusto a Romero

A los 15' del complemento, cuando Santiago Romero tenía un cuarto de hora en el campo, Liverpool robó la pelota en tres cuartos de su ataque, se la cedieron al Colo, que avanzó en una pared vertical para remachar un derechazo desde afuera del área para vencer al arquero salteño Santiago Silva y poner a Liverpool arriba en el partido, y en su pugna por el segundo puesto con su rival.

Lacalle Pou, algunos otros hinchas de segunda mano y el par de decenas de hinchas genuinos que debe tener el Boston deben haber sentido orgullo de ver cómo el rojiverde se plantó en su nueva ciudad, Trinidad, atacando para el arco más lejano del centro y creando una y otra acción de gol, hasta que llegó al empate por parte de Alexander Machado. Parecía que llegarían a más aún, pero miren cómo la sacan, miren cómo corre Medina, qué crá ese gurí Díaz, y ahí está Vecino, vecino de esa alegría.